En esta segunda colaboración, hablo con David Kirchen (21), un joven artista estudiante de Bellas Artes en la UCLM, nacido en Gijón y cuya trayectoria no para de crecer gracias a diversos proyectos paralelos al ámbito académico. Fundador del Colectivo Élite, que agrupa a jóvenes creadores desde una perspectiva multidisciplinar con el que ha realizado una primera exposición este mismo Junio y que será trasladada por otros puntos de Asturias durante el verano. Por LARA A. MIRANDA

David participará además en el Búnker 145 Fest, que tendrá lugar en León en el mes de Julio, donde podremos observar obra suya además de una charla sobre su trabajo de invetigación sobre la femme fatale en la historia del arte. Para la entrevista, me reuno con David Kirchen en Gijón, más concretamente en el Museo Barjola, situado cerca del puerto deportivo, y donde mientras damos un recorrido por su interior me contesta a mis preguntas. Aqui os ofrezco el retrato rápido de David Kirchen en diez breves reflexiones.

Dave Kirchen, en una imagen para Shook Down

¿Qué te impulso a dedicarte al mundo del arte? ¿Crees que el recorrido educativo que marca el sistema es adecuado para llegar a saber si verdaderamente quieres ser artista?
Me he criado en un ámbito familiar muy relacionado con el mundo del arte. Los hermanos de mi padre, mi padre y mi abuelo son diestros en las técnicas artísticas. Mi padre ha pintado desde muy niño e incluso ha trabajado como diseñador en alguna ocasión, y mi madre, desde el ámbito de la estética, tiene ideas muy impulsivas, algunas inviables y otras muy interesantes. Ambos son muy críticos con mi trabajo y eso supone una ayuda enorme en mi desarrollo. De mi padre tengo la técnica, y de mi madre la pasión y la idea; puede que sea una cuestión genética.

Creo que el sistema educativo, en referencia a las artes, aviva la burbuja de ensoñación tan característica de estas disciplinas. No todo el mundo está preparado para el arte, y eso es algo que no nos dicen. Es una cuestión de interés y lucha

¿Opinas que para ser buen artista es necesario estar formado en Bellas Artes? 
En absoluto. El estudio de las Bellas Artes está dedicado a la formación técnica ,y en menor medida, a la teórica. Es una carrera muy útil para aquellos que se quieran dedicar al mundo del arte, pero de ninguna manera es necesaria, de hecho, muchas veces, el estudio de las Bellas Artes resulta autodidacta en un 90%. El talento es algo paralelo a la educación. Existen estudiantes de Bellas Artes que carecen por completo de talento. Se trata más de ser consciente de tus capacidades, ahondar en tus intereses, y tener un conocimiento más o menos sólido sobre la historia del arte. No existe mejor profesor que tú mismo, porque no hay ninguno que te conozca como tú. Ver, leer, escuchar y hacer, eso es todo.

Estamos hartos de oir hablar acerca de lo corrupto que está el mercado de arte contemporáneo, ¿cómo te posicionas ante el panorama que ofrece el mercado artístico? ¿sigue existiendo el buen mercado, marcado por unos criterios especializados en arte y tasación, o ha desparecido por completo, y sólo contamos con la opinión de gente no experta que tan sólo busca una mera inversión?
El mercado artístico contemporáneo está muy desvirtuado. Muchas galerías trabajan con una serie de artistas contratados que exponen de manera cíclica hasta la saciedad. Seguimos anclados en la idolatría a unos iconos consagrados que niega la oportunidad a los jóvenes creadores. La firma sigue valiendo más que la técnica y el mensaje, y es una pena. No todas las galerías tienen esta filosofía, pero sí la mayoría. Como empresas, les interesa ganar dinero, que obtienen de coleccionistas beocios que solo buscan inversiones mullidas, para nada arriesgadas. Pero siempre habrá algún temerario que apueste por nosotros, es una cuestión de moverse, casi un marketing artístico, algo muy importante que no se enseña en las facultades de Bellas Artes, y que yo he echado mucho de menos en mi formación.

El mercado artístico contemporáneo está muy desvirtuado. Muchas galerías trabajan con una serie de artistas contratados que exponen de manera cíclica hasta la saciedad

El intrusismo en el arte, siempre ha sido un rumor que ha acompañado al arte moderno y contemporáneo, para ti, ¿es cierto? ¿has podido observar algún caso en concreto por el que se te cerrase alguna puerta?
Las academias de pintura han hecho mucho daño –risas-. Tenemos que ser capaces de diferenciar el hobby de la vocación. Mucha gente tiene suerte, dinero y contactos para vender su basura como arte. Pero la obra artística es algo físico, accesible para todos, y en nuestras manos está el ser capaces de valorar la técnica, la forma, la expresividad y el discurso. Mucha gente se sube al carro, es inevitable, pero su obra habla por ellos. Hace pocos días pude ver en la televisión como Carmen Thyssen pintaba relajada un horrendo bodegón. Me produce impotencia, pero también gracia.

Aunque nos pese siempre estamos influenciados a la hora de crear por referentes, personas que nos inspiran o nos han inspirado en algún momento de nuestra vida y cuya obra ha significado un giro en nuestra forma de observar el arte, para ti, ¿cuáles han sido tus tres grandes refentes a la hora de comprender y entender el arte como lo haces, y por qué?
Soy un artista muy heterogéneo. Tengo una gran colección de libros a los que acudo cada vez que me enfrento a un nuevo proyecto. Establecer solamente a tres referentes que influyan en mi obra es casi imposible, porque nunca sé donde encontraré la respuesta a mis dudas, si será en el constructivismo ruso, la Bauhaus, el cubismo, el expresionismo abstracto, el prerrafaelismo, la pintura flamenca, un edificio o la revista Vogue, es un misterio. Pero sí puedo establecer tres referentes que han influido en mi modo de entender el mundo del arte de forma teórica: Marcel Duchamp y las teorías Dadá, Salvador Dalí y su teoría del genio, y Andy Warhol y su visión estética y mercantil.

Si tuvieses que escoger una disciplina a la que dedicarte toda tu vida, ¿cuál sería?
Ninguna. Como ya he dicho, soy un artista muy heterogéneo al que le resulta imposible mantenerse quieto en una única disciplina artística. El mundo artístico cuenta con muchas metodologías y esto supone una gran riqueza expresiva. No todas mis ideas son viables a través de la pintura, y es por eso por lo que hago uso de la fotografía, el video, la escultura, el diseño o el grabado. Trabajar con varias disciplinas es muy enriquecedor. Nunca sabes que metodología irá mejor con tu proyecto hasta que lo pruebas.

Podrías describirnos cuál es o sería tu atmósfera ideal de trabajo, tu ideal de taller…
Mi ideal de taller es un espacio amplio, ya que me expando mucho de forma horizontal a la hora de trabajar. Debe ser un sitio blanco, luminoso, con luz natural, y ya puestos, cenital. También una gran colección de libros y documentos a los que acceder de forma inmediata ante un caos frente al lienzo. Un laboratorio de fotografía sería genial, incluso una fotocopiadora, una impresora y un escáner. Las paredes estarían forradas de recortes y fotografías que me inspiran. ¡Ah! y una cafetera. Lo cierto es que el último piso de este museo –Museo Barjola- sería un lugar adecuado.

Prefiero reír y tomármelo como una broma, aunque llegue demasiado lejos. Yo no puedo hacer nada contra la baronesa, un icono del arte contemporáneo

David Kirchen, 2012. Óleo sobre lienzo, tríptico

Una ciudad para vivir, otra para inspirarte y otra para pasar los veranos:
No he vivido en muchas ciudades, pero me quedo con Gijón. No es grande, pero tampoco pequeña, el ambiente es genial, el clima es perfecto y hay de todo un poco. Sin embargo no me importaría vivir en Rochefort o La Rochelle. Las visite hace algunos años y me parecieron perfectas para una “tranquila” vida de artista.

Berlín es la ciudad que más me inspiraría, sin ninguna duda. La historia, una constante en mi trabajo, se respira por cada rincón de la capital alemana. Sin embargo, una vez superado su pasado, se presenta como una ciudad joven, cosmopolita y moderna, perfecto para mis fotografías. Cada verano intento visitar nuevos lugares, no suelo repetir mis destinos. Tengo muchas ganas de conocer Budapest, Moscú y Nueva York.

En el escaparate del «moderneo» que hoy se masca en todos los medios «alternativos» o que al menos quieren parecerlo, contamos un sin fin de personalidades de lo más pop que ya han sido carne de Terry Richardson y algún que otro artista consagrado en este tipo de círculos.A qué personalidad del mundo de la música, el espectáculo o el cine te gustaría emplear para una de tus obras, y cómo sería dicha obra.
Existen infinidad de personajes del artisteo con los que me gustaría trabajar. Sin embargo, llevo bastante tiempo con una fotografía en la cabeza, y Florence Welch, de Florence and The Machine, sería perfecta para ella. Su música me ha inspirado mucho el año pasado, e incluso he trabajado a partir de su primer disco Lungs. Pero mañana será otra persona. Hoy escucho esto, mañana aquello, hoy pinto esto, mañana aquello.

Finalmente, explicanos cuáles son tus proyectos actuales y cuáles son tus planes de futuro como artista.
Actualmente estoy desarrollando mi instalación para el Búnkerfest en León que tendrá lugar este próximo mes de Julio. Mientras tanto, sigo trabajando con Colectivo Élite, intentando encontrar más lugares que apuesten por nosotros. A largo plazo, me planteo un máster en Museología, museografía y técnicas expositivas. Sin embargo, nada es seguro. Todo cambia en este mundo, y en el del arte, más.

AquÍ tienes un espacio para reflexionar o realizar una pequeña crítica sobre el arte, tu obra o lo que te parezca… lo que quieras.
Existe una expresión latina a la que siempre hago referencia en este tipo de contextos: ver sacrum. Significa Primavera Sagrada y que hace referencia a una tradición de la antigüedad. Dicha tradición se basaba en el acto de preparar un contingente de jóvenes –generalmente nacidos el mismo año- para abandonar el pueblo con la misión de conquistar nuevas tierras y establecer nuevas tribus. Pero Ver Sacrum también es el título de la revista de la Secesión vienesa, cuya primera edición data de 1898. La metáfora es evidente: El deseo de expulsar a las jóvenes promesas de un arte clásico y tachado de académico, para conquistar nuevos terrenos de la concepción y la belleza, y establecer así nuevos lenguajes artísticos. La Secesión ya lo había dejado claro a las puertas del siglo XX. A día de hoy no hemos aprendido la lección. Estamos más estancados que la Ofelia de Millais.

Para saber más y acercarse a la obra de David Kirchen.