El debut en solitario de Frankie Rose, con Frankie Rose & The Outs, dejó la sensación, en parte, de que ni la crítica ni el público fueron del todo justos con un disco que quedaba quizá un peldaño por debajo de propuestas similares, pero que escuchado con la distancia disponía de piezas del calibre de Candy -su tema icónico de entonces- o la ahora reivindicada Little brown haired girls, tema que enlazaba a la perfección con las band girls de las que Rose provenía, donde jugó un peso mayor acaso que el señalado por el tópico. Crónica y fotos de RUBÉN IZQUIERDO
- Frankie Rose volvió a Barcelona de la mano de Houston Party para presentar Interstellar, trasladando con éxito al directo los temas del álbum que la consagra al fin como solista tras su prometedor debut con The Outs en el disco anterior
- Ya sin The Outs, el nuevo disco reivindica el peso en la escena neoyorquina de la ex Dum Dum y ex Vivian Girls
- El cambio de registro del disco se notó menos en directo, donde Frankie volvió a destacar como guitarrista
De aquella primera incursión en solitario Rose resolvió dos cosas. Una, que le apetecía -era casi una urgencia vital, atendiendo a la dicho en las varias entrevistas concedidas para promocionar su último disco- un cambio en el estilo y en la forma y que su regreso a las band girls estaba descartada, valorando así la autonomía conseguida con el cambio en su debut como Frankie Rose & The Outs. Para Instellestar ha firmado ya sin los Outs y con el citado cambio de rumbo en el registro, que mantiene el toque Rose en momentos como Know me, ofreciendo nuevas e interesantes lecturas en la homónima Instellestar. El concierto de presentación que ofreció dentro del ciclo de El Decantador, celebrado en el Magatzem Escolà, era el primero que realizaba en Barcelona para presentar su segundo LP en solitario, por lo que la expectación en el Magatzem era elevada. Cálida y cercana -las características del escenario facilitaban el feeling- Frankie desgranó el recorrido vital de su nuevo disco, por más que el formato en el que tocó rememoraba a su etapa con The Outs, rescatando a su vez los mejores temas de su disco anterior.
Rose emergió con Interstellar, una de las principales puntas de lanza de su nuevo trabajo, para proseguir con Night swim, ofreciendo un inicio de repertorio centrado en su nuevo trabajo, del que ya hablamos aquí, y sintiéndose muy cómoda con la nueva banda, con la que interactuó en repetidas ocasiones, exhibiendo en conjunto una solidez mayor a la disfrutada en sus anteriores visitas a Barcelona -Frankie ya estuvo en el Primavera Club 2010, jornada en la que no conectó como lo hizo el pasado lunes- y en el Jack Daniel’s Festival frente a l’Estadi Olímpic, donde su directo brilló menos de lo deseado por el sonido del escenario-. Superados los problemas de aquella doble cita, la exmiembro de las Dum Dum y Vivian Girls -formaciones en las desempeñó un papel más clave de lo que se acostumbra a remarcar, erigiéndose en compositora de uno de los mejores temas de los Vivian, formación de la que era miembro fundadora- se hizo desde los primeros compases de Interstellar con las características peculiares de la sala, exhibiendo la felicidad propia de quien ha encontrado, al fin, la senda deseada.
El Decantador cerró con éxito la tercera de sus jornadas de cata y música en directo, con la intensa actuación de una notable Frankie Rose, muy cómoda en el formato de aforo reducido planteado por el ciclo
Siguió el concierto con Candy, tema que funciona como unión entre los dos álbumes –Michael Cheever, productor de su nuevo disco había realizado una remezcla del mismo tiempo atrás- enlazando ese primer -o segundo, si atendemos a Interstellar– pico emocional de la noche con Know me y el tema que mejor define el sonido de las dos Frankie Rose, la encontrada hasta su segundo LP en solitario y la disfrutada antes, cuando el protagonismo del sonido más genuinamente band girl protagonizaba su música, una tipología de música de la que estaba empezando a saturarse según lo dicho en varias entrevistas, como la publicada en Go Mag, donde señalaba su giro (luminoso) hacia un sonido más sintético.
Disco de emociones, con una importante carga evocadora -y compuesto con la guitarra, los giros en la forma se reservaron al trabajo de estudio, la presentación de Interstellar prosiguió con Gospel/Grace y Pair of wings, una de las más evocadoras de su nuevo trabajo, y personalmente -y aquí entramos ya en el terreno de la opinión propia- de las más logradas.
Ya en la recta final, Had we hat it precedió a la citada Little brown haired eyes, uno de los tres iconos rescatados del disco anterior, mientras que la volátil Daylight sky sirvió para poner en la rampa de lanzadera a la más densa Moon on my mind, antesala de la Save me con la que ya cerraba su primer disco que sirvió para echar el cierre a la tercera jornada del Decantador, iniciativa a la que se le adivina un largo recorrido, visto el éxito de las tres ediciones llevadas a cabo hasta la fecha.