Repasamos las dos primeras jornadas del Sonorama, marcadas por el esperado regreso de Los Enemigos, por una muy destacada presencia femenina -constante a lo largo de todo el Festival- y por la mediática presencia de Love Of Lesbian y La Casa Azul. Junto a los grandes nombres brillaron The Gift, con uno de los mejores directos del Festival, Kakkmaddafakka y su enérgico show vitalista y una EME DJ que puso el mejor broche de la noche con su magnética presencia. Crónica y fotografías de RUBÉN IZQUIERDO
- Love of Lesbian y La Casa Azul respondieron a las expectativas copando la atención mediática en la jornada del Viernes
- Anni B Sweet, primer nombre femenino protagonista del Festival, con una Sónia
Algo tiene el Sonorama que engancha y que convierte a su público en clientela habitual. Este año tardó en cerrarse el cartel, aunque eso pareció importar más bien poco a las cerca de 40.000 personas que se dejaron ver por el Festival a lo largo de los cuatro días en los que Aranda de Duero se llenó de música y recuperó las sensaciones perdidas en los meses previos al Festival, cuando la temida crisis hizo impacientarse a más de uno por la falta de novedades en el line up. Al final, la organización del Sonorama logró ser fiel a sí misma, llevando una nutrida representación del star system patrio y las habituales propuestas foráneas con las que acabar de engrasar el cartel
Lo hizo con una propuesta ecléctica y variada, que tuvo en Vetusta Morla y Love Of Lesbian los conciertos más multitudinarios y en algunos de los nombres internacionales –The Dandy Warhols y Kakkmaddafakka, sobre todo- otros de los más interesantes. Todo ello con un cartel en el que brillaron sobre todo las propuestas femeninas, con algunas de las grandes voces de la escena indie presentes a lo largo de los cuatro días -de Anni B Sweet a Russian Red, pasando por The Pepper Pots y Maika Makovski– y que dejó un regusto positivo, sobre todo en las jornadas del Viernes y el Sábado.
Puede que ese perfil de público, el visitante regular que repite año tras años independientemente de la calidad del cartel o de los carteles de la competencia, haya contribuido en sobremanera a la hora de crear viejos hábitos entre los asistentes, una suerte de ritual que se hace fuerte en los escenarios secundarios -el Escenario Principal con el que se jalonan a los grupos que más calado dejan en la Carpa o las plazas es marca de la casa- y que te hace sentir como en casa desde los primeros conciertos.
En un año marcado por la notable y nutrida presencia de solistas femeninas estaba escrito que sería una mujer la encargada de abrir el fuego. Rebeca Jiménez cumplió de sobras presentando su intimista propuesta, por más que su música se disfrute mejor en formato sala. Abrir un Festival suele ser un trago complicado -aún hay poca gente y el público parece tomárselo con calma ante todo lo que resta por llegar- aunque las tablas cogidas por Rebeca en los últimos años hicieron el resto y convirtieron al suyo en uno de los conciertos más intimistas -en el buen sentido de la palabra- de todos los que transcurrieron en la primera jornada.
Tras Rebeca Jiménez el turno fue para No Band For Lluvia, fieles a sí mismos en la presentación de su primera propuesta discográfica, la primera con la que Lluvia Rojo se estrena en la industria musical, primera parada de un viaje que parece destinado a brindarnos grandes alegrías en los próximos años si hacen de esta primera aventura un camino a seguir.
Aunque Los Enemigos cargaron con el peso mediático de la jornada, los nombres femeninos presidieron un Jueves en el que gustaron las propuestas de Anni B Sweet y No Band For Lluvia
The Cabriolets aportó la cuota mediática de la jornada, preludio inmediato a los dos platos fuertes del día, Anni B Sweet y Los Enemigos. La malagueña ha encontrado la madurez creativa con Oh, Monsters!, uno de esos discos que deben crecer una barbaridad en formato sala y que siguen haciendo de Anni B Sweet un nombre ineludible en esa ola de solistas femeninas surgidas en los últimos años. Su propuesta crece en formato banda, en un concierto marcado por la presencia de David Indio y Guillermo Galván de Vetusta Morla en el escenario, con los que cantó algunos temas en una suerte de teaser de la euforia que la banda madrileña llevaría al Sonorama en su concierto en el festival, uno de los más multitudinarios de la noche.
Multitudinaria fue también la presencia de Los Enemigos. Diez años después de su retirada, la banda puso el pause a los proyectos en solitario de algunos de sus integrantes para recuperar algunos de sus mejores temas, en un intento de hacer buena esa operación retorno tan en boga en grupos internacionales y algo menos manida por estos lares. Con el retorno de los madrileños, claros triunfadores de la noche, se ponía fin a una calurosa jornada de apertura, con los termómetros enfilando los 40 grados y la sensación de que una nutrida parte del público se guardaba fuerzas para lo que quedaba por llegar.
Viernes, 11/08/12
Igloo abrió el fuego en la jornada del viernes, que contó con una sensiblemente mayor afluencia de público gracias a la presencia de nombres mediáticos como Love of Lesbian o La Casa Azul, avanzadilla al llenazo de Vetusta Morla en la jornada del sábado. Los de Santi Balmes siguen con su ruta pletórica, enlazando llenos allí por donde pasan, por lo que se presentaron en Aranda de Duero sabiéndose ganadores de la noche, tal y como lo confirmó la plaga de camisetas de John Boy que pudo verse a lo largo del recinto.
Quizá llevado por cierto espíritu de contradicción, conviene apuntar que un servidor disfrutó más con The Gift que con los dos platos fuertes de la noche. A los portugueses les situaron a las 20:00 horas, algo que no acabó de convencerles, pero aún así se desquitaron con una actuación notable, ofreciendo uno de los mejores conciertos de la jornada. Con una excelente puesta en escena -seguramente la mejor del festival- y un discazo del calibre de Explode lo difícil era no trascender a pesar de la hora. Sónia Tavares se comió literalmente el escenario y gracias a temas como RGB o The singles -imposible no emocionarse con el primero- logró robarle parte del protagonismo a los nombres mediáticos de la jornada.
Grandilocuentes cuando tocaba, concisos cuando el guión lo exigía, The Gift coronaron su paso por el Festival con Driving you slow, una de las joyas de Fácil de Entender, resuelta con una explosión de confeti que hizo las veces de perfecta metáfora de la magia. Maravillosos.
Dinero y Corizonas siguieron copando la atención en los dos escenarios principales, mientras en la Carpa propuestas como The Monomes, Ruidoblanco o The Birkins hicieron subir la intensidad de la misma con sus propuestas ya consagradas en determinados circuitos. No sorprendería ver a cualquiera de las tres bandas en futuras ediciones ya en los dos escenarios de gran aforo, como tampoco sorprendería que Corizonas alargue su idilio con el Festival vistos los excelentes réditos de su nuevo disco -imposible no recordar el paso de Coronas, aún en solitario, hablando de sus progresos en el mundo del rock tres años antes, cuando cautivaron a un Sonorama que bendijo esa excelente fusión, presentada aquí mismo dos años atrás, cuando se presentaron como Dos Bandas & Un Destino, que han terminado por realizar con Arizona Baby-.
Antes de la irrupción de los noruegos Kakkmaddafakka, We Are Standard se encargaron de hacer tiempo para la explosión del tsunami Love of Lesbian, lo que hizo que una muchedumbre siguiese el concierto previo de Santi Balmes y compañia desde la lejanía. Cumplido el guión -extasis colectivo, aforo masivo y triunfo de la noche- los fans más acérrimos de la formación noruega esperaban ansiosos el salto al escenario de una de las revelaciones de esta temporada de Festivales con gran entusiasmo. Y los noruegos no defraudaron, saldando con notable alto el tener que actuar ante el cabeza de cartel de la noche. Los nórdicos conectaron con el público desde el principio con su lúdica y festiva puesta en escena. Your girl o Heidelberg se mantienen como apuestas firmes para firmar lo que hacen tan bien como lo hacen: invitaciones a la fiesta permanentes, alocadas coreografías y un envidiable vitalismo que les convierte en apuesta segura.
En esas llegó el turno de La Casa Azul. A la papeleta de tomar el relevo de Balmes y compañia se sumó la de salir a escena después de la adrenalítica presencia noruega en el segundo escenario, pero Guille Milkyway cuenta con la carta ganadora de La Polinesia Meridional. Temas como Los chicos shoy saltarán a la pista, La fiesta universal o Sálvase quien pueda brillaron con fuerzas, antes del vibrante remate llegado a lomos de la Revolución sexual, tema icónico del grupo que enlazó casi con el inicio del show de EME DJ, incorporación de última hora por la baja de The Zombie Kids.
La popular DJ se hizo con el protagonismo del cierre llevando la euforia ante un público entregado, un remate excelente a la mejor jornada del Festival, trufada de varios puntos culminantes, que tuvo en la magnética presencia de la DJ gallega una de sus notas más felices. EME cerró el viernes junto a Meneo y demostró estar ante de sus mejores momentos, con un verano trufado de presencias festivaleras. Triunfo merecido y de los que alegran.
Rectificacion, el cierre y el confetti de The Gift fue con In Repeat. Totalmente de acuerdo con el conciertaco, menos mal q nos queda Portugal… Y EmeDj sublime!!!
muy bien EME y los noruegos. De los dos primeros días tb me gustó Anni. Los grandes nombres me cansaron un poco