El Viaje como hilo conductor. No uno concreto, sino todos los que han hecho de mí quien ahora soy.
Cerca del frío y del agua. Del hielo.
Conversaciones imaginadas en un tren. Miradas a través del cristal. Respuestas clavadas en el reflejo al penetrar en la oscuridad de un túnel.
Las vidas que no viviré. Las vidas que sí he vivido. Los minutos que prometo no volver a malgastar.
La necesidad de saborear ciertos recuerdos antes de que fundan a blanco.
Decidimos, nadie sale indemne.
Ahora estamos listos.
(Ainara LeGardon)
La música de Ainara LeGardon representa muchas cosas y uno se siente un poco ridículo tratando de explicarlas aquí. Resumiendo, habría que decir que es una figura esencial del rock independiente de estos últimos años, con cuatro discos de estudio como legado provisional, y una estudiosa clave de temas tan espinosos como el de la Propiedad Intelectual, cuyo alcance va más allá del de la difusión de su música. Ello hace de su figura un nombre clave para quien pretenda validar a la música como vehículo de queja, de experimentación o de riesgo. Ainara lo concentra todo en una obra que incluye discos crudos, auténticos y sin artificios, como el presentado el último otoño, un Every Minute (Aloud Music, 2014) que esbozaba en nueve temas parte de su esencia musical. Sus últimas visitas a Barcelona han servido para presentar sus posiciones teóricas e ideológicas en materias como el buen uso de los derechos de Propiedad Intelectual, perfilando un doble legado destinado a dejar huella. Lo que sigue es una de nuestras charlas, concedidas entre viaje y viaje. La lectura de esta entrevista debe entenderse como la primera mitad de un díptico, que completamos con la que nos ha brindado Sergio Picón para hablar del Aloud Music Fest. Por la filosofía del festival, y los preceptos marcados por Ainara en algunos de sus textos, entendemos que las dos propuestas ejemplifican bien la posibilidad de generar y trabajar a partir de otros modelos a los imperantes. A esa esperanza nos aferramos.
Ainara LeGardon actuará en formato solo eléctrico el próximo 20 de noviembre junto a Murnau b y Your Grace en la Sala Almo2bar de Barcelona. Entradas disponibles aquí.
Texto: RUBÉN IZQUIERDO
Fotografías: ÁLVARO SANZ
Si me permites, arranco la entrevista con un par de cuestiones relacionadas con tu último disco. Every Minute empezaba con un tema totalmente en acústico. ¿Cómo fue la experiencia de desnudar totalmente una canción como “Last Day”?
No sólo en acústico, sino a capella, sin más instrumentación que mi propia voz. La experiencia de desnudar “Last Day” nunca se llegó a producir puesto que nació y creció a partir de una letra y una melodía vocal, consistiendo una de sus encarnaciones más instrumentada, en una versión con golpes a la caja de la guitarra y suaves patadas en el suelo (grabada en un concierto hace ya dos años). La evolución lógica ha sido la de desprenderse de esa percusión, y no la de vestirse con otros arreglos. Simplemente he seguido las instrucciones que la propia canción me iba dando.
Siendo honesta, In the mirror es el disco más personal que he compuesto hasta la fecha. Every Minute sería el diario de alguien que ha aprendido a mostrar con naturalidad sus miserias y sus alegrías, y que ha entendido ambas como un territorio fértil
Apuntabas en las notas que el viaje, todos los que han hecho ser quien eres, era el hilo conductor del disco. ¿Lo convierte eso en tu disco más personal? ¿Qué es para ti Every Minute y qué posición crees que jugará en tu discografía?
No es más personal que cualquiera de los anteriores. In the mirror (Winslow Lab 2003), por ejemplo, es otro diario de viaje en el que relato sucesos acontecidos en un periodo de 48 horas en octubre del 97. Tardé cinco años en terminarlo. Durante ese tiempo, cualquier otra canción que fui componiendo no inspirada en aquel diario, quedó descartada (“Before waking up”, por ejemplo es de aquella época, aunque no vio la luz hasta una década después). Incluso ocurrió que tuve la sensación de que a esa colección de canciones le faltaba una conclusión, y decidí revivir el viaje cinco años después. De ahí surgió “14 hours”, que sirvió para cerrar el disco. Creo que In the mirror se tiene ganado el número uno en el ranking de mis discos más personales. Every minute es el diario de alguien que ha aprendido a mostrar con naturalidad sus miserias y sus alegrías, y que ha entendido ambas como un territorio fértil.
Repites con Aloud y lo cierto es que me cuesta imaginarte en otro sello por todo lo que representa la filosofía Aloud. ¿Qué vinculación emocional tienes con Aloud? ¿Recuerdas tu primer contacto con el sello?
A mí también me cuesta imaginarme coeditando con otro sello, la verdad. El primer contacto con Sergio Picón fue mucho antes de que Aloud existiera. Somos amigos desde hace 17 años, así que ya os podéis imaginar el vínculo emocional con el sello. Hay confianza y respeto en ambos sentidos, y trabajamos en un contexto de libertad absoluta.
Participaste en el primer AloudFest tocando en el Helio, y este año viniste al “Dark side of Aloud”. Siguiendo con eso, en el blog comentabas que “Cada día estoy más orgullosa de formar parte de la familia AloudMusicLtd, de colaborar, de inspirar y dejarme inspirar por ellos”. No sé si a la hora de llevar a cabo tus trabajos sobre la propiedad intelectual y demás has hablado con Sergio sobre temas similares, dada la existencia del decálogo Aloud (descargas gratuitas, CD’s a 10 €, etc). ¿Intercambiáis ideas sobre esos aspectos a la hora de transmitir vuestra música?
Constantemente. Solemos tener conversaciones de horas, compartiendo nuestras ideas, haciéndonos preguntas y reflexionando sobre cómo podríamos mejorar las cosas. Sergio es un confidente y alguien a quien pido consejo muy a menudo. Siempre tenemos en mente el lema “Ética, política y militancia” al tomar cualquier decisión.
El estudio arrancó antes de tener la idea de plasmarlo en papel. Una vez hecho, mi visión sobre el asunto no ha variado mucho: muchas de las ideas que ya tenía se fueron reafirmando en el proceso
En tu último estudio reflexionas sobre el modo de operar monopolístico de las entidades de propiedad intelectual. En el mismo afirmas que algunas de las cuestiones que transmitisteis fueron contestadas de inmediato y otras se quedaron sin respuesta. ¿Con qué expectativas arrancaste el estudio?
El estudio, en realidad, arrancó mucho antes que la propia idea de plasmarlo en ese formato. Durante meses estuve impartiendo talleres, realizando encuentros con otros artistas, ayudando a los que necesitaban solucionar algún problema o duda respecto a SGAE, etc. De forma paralela, desarrollé mis estudios en el Instituto Superior de Arte y me pareció un tema muy interesante para exponerlo en mi proyecto final. Respecto a las preguntas que se quedaron sin respuesta, da la impresión de que algunas entidades prefieren no ofrecer demasiada información (desde luego no por escrito), evitando comprometerse.
Para realizar el estudio se recabaron opiniones de más de 250 artistas, a través de encuentros, talleres y entrevistas. Si me permites una pequeña batería de preguntas relacionada con el proceso de elaboración del mismo, te las dejo aquí: ¿varió tu visión sobre el asunto después de intercambiar experiencias? ¿Crees que el mismo ha permitido generar un caldo de cultivo que acelere el cambio?
Mi visión sobre el asunto no varió mucho. Muchas de las ideas que tenía se fueron reafirmando a lo largo del proceso, ya que las respuestas y reacciones de la gente eran muy parecidas. No hice más que recabar y poner sobre el papel una necesidad y un sentir colectivos. Y sí, creo que tras el proceso se ha creado un caldo de cultivo muy positivo. Un buen número de creadores, informados y con un deseo de cambiar la situación, ya no miran hacia otro lado, sino que se involucran activamente en una reflexión y una toma de decisiones que con suerte puede desembocar en ese necesario cambio.
El reto de los autores es, en mi opinión, no dejarse condicionar por los nuevos modelos a la hora de crear. Tomarlos como las herramientas que son, sin que nos limiten
Uno de los primeros elementos que sacas a relucir en el texto es que la aparición de “Internet ha propiciado un escenario en el que la transmisión del conocimiento es más fácil y rápida que nunca”, lo que termina por generar “una nueva opción para los creadores”. Hace poco participé en una charla sobre las discográficas en este nuevo contexto y Dani Granados, de Producciones Doradas, incidía en ver Internet más como una oportunidad que un problema. ¿Crees que ya se ha superado, sobre todo en discográficas independientes y autogestionadas, aquel pensamiento en el que Internet suponía un riesgo?
Los que van más atrasados respecto a la situación de cambio, como casi siempre, son los políticos y legisladores, junto con algunas entidades de gestión. Aunque muchos sellos independientes y autores se han sumado al vehículo del cambio, creo que, en general, el miedo y el recelo aún no se han superado del todo, y es una pena, porque la realidad es que nada volverá a ser como antes, y cuanto más pronto aceptemos esta situación, mejor nos irá a todos. No es fácil encontrar las vías, a veces ni siquiera sabemos cuál es el problema o si realmente lo hay. Solemos tender a comparar situaciones, y nos quebramos la cabeza porque aún estamos descubriendo la manera de trabajar en este contexto, que poco tiene que ver con la era pre-Internet que muchos de nosotros hemos vivido. Lo que no se nos debe olvidar nunca es que la materia prima con la que trabajamos es el corazón y las ideas, las mismas de toda la vida. El reto de los autores, en mi opinión, es no dejarnos condicionar por los nuevos modelos a la hora de crear. Tomarlos como las herramientas valiosas que son, pero sin dejar que nos limiten.
Denuncias la incompatibilidad de intereses, el de la colectividad y el individual, que da como resultado el hecho de que todos salgan perdiendo, salvo la SGAE y sus socios más destacados. ¿Qué pasos se deben dar, a tu entender, para que culmine el proceso de cambio?
Respecto a SGAE, la reestructuración completa de la entidad, que conlleve un cambio en los Estatutos y normativa interna, así como en el Contrato de Adhesión. Conceder representación a todos los socios y permitir la gestión por obra. Abrir un diálogo con entidades como Creative Commons, y escuchar y atender las necesidades reales de los autores. Dejando a un lado SGAE, en Europa ya han comenzado a darse esos pasos en el proceso de cambio, mediante la aprobación de la Directiva Europea que da luz verde a los operadores de gestión independientes y con los ejemplos de las entidades de gestión colectiva de Suecia, Holanda, Dinamarca y Francia colaborando con Creative Commons, y con la cooperativa alemana C3S ya en marcha y dispuesta a ser la alternativa real a la GEMA (la SGAE alemana, que en su día rechazó el acuerdo de colaboración con CC).
Este año he seguido mucho tu blog, me gusta el tono de cuaderno de bitácora que destila. Nos permite seguir de cerca el proceso creativo del álbum o pasajes de la gira cuando presentas, etc. ¿Qué feedback recibes de tus lectores?
La respuesta es muy buena. Al margen de que las estadísticas de visitas arrojen datos muy positivos, el proceso de redacción me sirve como herramienta creativa. Me fuerza a plantearme las razones que me llevan a dar cada paso, y me permite explorar el terreno de la escritura como otra forma de expresión artística que nunca antes había compartido en público (ni la forma, ni el contenido de esos textos, que desgranan momentos íntimos y sirven como complemento a la experiencia de la escucha de las canciones o los conciertos).
Aunque siguen existiendo pequeñas grandes iniciativas de carácter privado estamos en un momento complicado: por no haber, no hay ni público interesado en según que propuestas
En el mismo hablas mucho de los viajes preconcierto. El concepto viaje ya aparecía en las notas promocionales del disco y algunas de las entradas del blog se realizan durante esos viajes. Leyéndote das a entender lo obvio: que el hecho de viajar, conocer sitios, etc. forma parte de la hoja de ruta emocional del músico. Imagino que eso, en un lugar como España, con todas las precariedades conocidas a la hora de viajar, tocar, etc. es casi un ejercicio de riesgo. ¿Cómo ves la salud del directo en nuestro país?
Vivo en el País Vasco, un territorio en el que aún se respira el respeto a la cultura y al papel que ésta representa en el desarrollo de los ciudadanos. Me siento afortunada. Por lo que sé, también en Cataluña sigue habiendo muchas buenas iniciativas. Pero en el resto del Estado, salvo honrosas excepciones, hay zonas en las que directamente no existen las oportunidades: no hay salas, no hay promotores que estén dispuestos a arriesgar, no hay ayudas institucionales o apoyo por parte de quienes pueden apoyar. Por no haber, no hay ni público interesado (y eso es fruto del círculo vicioso que arranca con la falta de oferta cultural interesante, y desemboca y se alimenta de una audiencia sin criterio). Afortunadamente, siguen existiendo esas pequeñas grandes iniciativas asociativas de carácter privado, aquí y allá, que de forma puntual vienen a paliar esa escasez de oportunidades. En los últimos años he podido tocar e impartir talleres en A Casa Tomada (A Coruña), Asociación Equipo Para (Tenerife), Espacio Cruce- Arte y Pensamiento Contemporáneo (Madrid), Espacio Tangente y el colectivo Sunday Songs (Burgos), los festivales Keroxen, Lemon Day, Off_Herzios, y un largo etcétera, que ayudan a mantener la salud del circuito.
Me emocionó particularmente una entrada en la que escribías “por favor, id a conciertos. Abandonad la pereza. Que vuestros ojos miren y vean, que vuestros oídos gocen, que vuestro cuerpo escuche, que vuestra emoción rebose”. Nosotros este año hemos montado varios conciertos en Barcelona y siempre tienes la sensación de que te la juegas al programar. En ciudades de extrarradio el problema se acentúa y como bien sabrás cuesta horrores llenar según te alejas de las capitales. ¿Qué crees que faltaría para cambiar esa tendencia?
Si tú te enteras antes que yo, dímelo, porque no tengo ni idea. De todas formas, mi experiencia me dice que no tiene que ver con ciudades grandes o pequeñas, sino con la educación y costumbres del público de cada territorio. Seguimos luchando para que esa frase-petición que destacabas al principio, deje de ser un ruego y se convierta en una práctica habitual.
- ENTREVISTA PUBLICADA ORIGINALMENTE EN SHOOK DOWN UNDERZINE III
La entrevista se realizó aprovechando la publicación de Every Minute (Aloud Music, 2014) y la publicación de varios textos de Ainara LeGardon sobre la propiedad intelectual. Ambos temas fueron tratados en la entrevista que nos concedió para el tercer número de Shook Down UNDERZINE, encuentro que recuperamos aquí, también en su versión originalmente maquetada.