Los cambios de estilo siempre son admirables para bandas consolidadas en su género. Pero hacerlo con buen gusto lo es aún más. Los franceses Alcest, uno de los mayores exponentes del post-metal en los últimos años, dejan atrás los riffsmetaleros y publican un cuarto LP bañado de luz y optimismo. Por XAVI FERNÁNDEZ

Alcest, en una imagen promocional

Alcest, en una imagen promocional. Fotografía de William Lacalmontie

Seguramente el nombre de Alcest no te suene mucho, a no ser que estés muy al día de la escena black/metal continental. Lo cierto es que el tema de las etiquetas siempre ha supuesto un quebradero de cabeza para los críticos de esta banda. Shoegaze, post-metal… Estos franceses tan pronto te introducen en preciosasmelodías post-rockeras como te empiezan a soltar gritos desgarradores. Sus fans acostumbran a amar más sólo una de estas dos caras, pero esa fusión de estilos les ha consolidado en el panorama europeo con tres discos notables y constantes giras por Europa y Estados Unidos.

¿Por qué hablar de ellos ahora? La banda liderada por Stephane Paul (más conocido como Neige) anunció un cambio de dirección para el que sería su cuarto álbum, Shelter. Dicho y hecho. Contar con Birgir Jón Birgisson, habitual productor de Sigur Rós, ya invitaba a darles una oportunidad. Pero las expectativas crecieron más si cabe al saber que en algunos de los temas participarían el vocalista de Slowdive, Neil Halstead, o los islandeses Amiina. Es decir, un supercóctel del que difícilmente podía salir algo malo. Su primer single, Opale, evidenció hace unas semanas esta vuelta de tuerca a su sonido, acompañado de un vídeo mucho más luminoso y colorido de lo que nos tienen acostumbrados.

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No es Shelter un disco demasiado homogéneo, más allá del evidente esfuerzo de los franceses por dejar atrás sus matices más metaleros y oscuros. Podemos encontrar temas con claros tintes de post-rock que recuerdan lejanamente a Sigur Rós o Immanu El, como Voix Sereines o la sobrecogedora Délivrance, diez minutos de maestría que vale la pena ponerse en bucle cualquier domingo por la tarde. Las voces siguen teniendo una relevancia notoria, como en la propia Opale o Shelter, pero los gritos han dejado paso definitivamente a voces más preciosistas sin afán de protagonismo,más bien de acompañamiento a toda una comunión de guitarras, pianos, violines y demás. Mención aparte para la preciosa colaboración de Neil Halstead en el tema Away, que junto a Délivrance ponen broche de oro a un álbum que juguetea con el post-rock, así como el shoegaze y el dream pop con mucha clase.

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Podremos verles los días 5 y 6 de febrero en Madrid y Barcelona (Joy Eslava y Sala Apolo), acompañados de Hexvessel y los muy recomendables The Fauns.

Escucha el disco en Deezer: