El sábado 21 no es un sábado cualquiera, al menos en esta casa: Tirana y Atomizador coincidirán en el mismo escenario, y eso es algo que nos hace muy feliz. El concierto será en el Heliogàbal de Barcelona y servirá para presentar formalmente el nuevo EP de Tirana, proyecto personal de Olivia Mateu, de vuelta con «Una Vida Apartada» (Hi Jauh-USB – Ultra Local Records, 2018). Con Jose HAZ de Atomizador hemos hablado en varias ocasiones por aquí, tanto en nuestra edición impresa -cuando nos regaló aquella bonita charla con Berto Fojo, de Cuchillo de Fuego– como en la digital. Tras participar activamente el año pasado en la edición del disco recopilatorio Sonámbulo Jose presentaba a finales del año pasado «Hallucinosis» (Discos Walden, 2017), trabajo dividido en dos partes, que le trae de vuelta a Barcelona.
Charlamos con Jose sobre el proceso creativo de su proyecto más personal, al tiempo que recomendamos vívamente la asistencia a un de los conciertos destacados del mes.
Entrevista: R. IZQUIERDO | Fotografía de portada: detalle de la portada de HALLUCINOSIS
A finales del año pasado presentabas “Hallucinosis”, la última referencia hasta la fecha de tu proyecto Atomizador. Desde la web de Discos Walden lo describen como “17 piezas de art-brut-pop surreal”, repartidas entre la cara de viajes y la de sueños. ¿Cuánto te llevó cerrar las canciones del álbum?
Bueno, esa descripción la escribí yo mismo…No soy muy amigo de las etiquetas, pero me gusta asociar a mi música palabras y conceptos con los que me siento identificado. Empecé a componer las primeras canciones del disco cuando acabé de grabar el anterior “Fuego” y terminé las últimas unas semanas antes de julio de 2017. Unos dos años y poco, más o menos.
Algo que seguramente ya habrás contestado en más ocasiones, así que de entrada disculpa por mi ignorancia en este sentido: ¿por qué no titulas tus temas?
No tengo letras ni títulos porque no quiero expresar nada más que la propia música. Sí que me gusta darle luego un “envoltorio” artístico y físico, por eso los publico en forma de disco, y les doy un nombre que diferencia unos discos de otros.
Que el disco se divida entre “viajes” y “sueños” me lleva a pensar que hay un cierto componente “escapista” como punto en común: viajando o soñando, ¿al final todo es evasión?.
Para mí la música y el arte han sido siempre un escape de la realidad. Me encanta soñar y viajar con la música desde que recuerdo. En ese sentido me siento muy cercano al movimiento psicodélico, aunque yo nunca he usado drogas para hacer música o dibujar, y al surrealista. Además, creo que para poder transformar la realidad o construir un espacio de libertad primero hay que imaginar, y para mí imaginar está indisociablemente unido a soñar y “viajar”. Aun así, no me siento identificado con el concepto de “evasión hedonista”. Vivo en el mundo, tengo un trabajo a jornada completa y me asaltan las noticias de “la realidad” (ni siquiera sé muy bien qué es eso exactamente) aunque intente escapar de ellas con todas mis fuerzas. En mi opinión, lo que las personas hagamos en nuestro día a día tiene importancia y tiene un impacto en nuestra realidad más cercana, y aunque soy muy individualista, si comparto mi música en discos y conciertos es para conectar con espíritus similares y crear y conocer nuevos espacios de libertad; grietas y brechas en este sistema aplastante que sufrimos.
Supongo que tras una trayectoria decididamente prolífica toca preguntarlo. ¿Qué es lo que más te motiva para seguir componiendo música?
Me paso el día entero pensando en música y muchas noches soñando con ella. He construido toda mi vida alrededor de esa cosa maravillosa y mágica. Mi trabajo está relacionado con ella y mi tiempo libre está casi exclusivamente dedicado a escuchar, componer, investigar, y estudiar música. Soy verdaderamente feliz escuchando, componiendo y grabando, para mí es algo es inagotable y mi mayor fuente de placer y felicidad.
¿Qué puedes contarnos de la grabación con Juan Carlos Blancas? ¿Llegaste a la grabación con la estructura conceptual cerrada?
Juan Carlos ( https://c0eval.bandcamp.com/) es uno de los músicos más increíbles que he tenido la suerte de conocer, le admiro profundamente y me considero muy afortunado por haber podido grabar con él.
Y relacionado con lo anterior, ¿cómo suele ser tu proceso de trabajo habitual?
Cuando grabo siempre voy con los temas milimétricamente compuestos y ensayadísimos con la guitarra (y el ukelele cuando lo usaba). A veces tengo algunas ideas para algunas voces, pero casi todas ellas las compongo espontáneamente en el momento de grabarlas. Lo hice así por vez primera en 2006 cuando grabé una versión del Concierto de Aranjuez para una película y luego cuando grabé el disco compartido con Esperit! en casa de mi amigo Mau. Grabando y componiendo las voces así entro en un estado de concentración total en el que surgen montones de ideas musicales en mi cabeza. Para mí es un gran misterio y algo mágico y fascinante a lo que soy totalmente adicto. Una vez que siento que el tema está finalizado y no necesita nada más paso al siguiente hasta que grabo todas las voces y sólo queda mezclar. Es un proceso muy rápido y muy concentrado, ya que a medida que grabo las voces ya voy decidiendo mentalmente dónde van a estar colocadas en la mezcla. A excepción de “Fuego”, que lo grabé yo mismo en mi casa por las tardes durante un mes, el resto de grabaciones las he hecho en 1, 2 ó 3 días. Gasto mucho tiempo en componer las guitarras, pero me gusta grabar rápido.
En Barcelona podremos verte con Tirana el próximo día 21, artista con la que tienes algunos puntos en común: ambos asumís buena parte del curro detrás de cada disco, también del componente visual. ¿Qué es lo que más te gusta de la música de Tirana, y del modo que tienen los amigos del Hi-Jauh de vivir la música?
Con Tirana toqué en Hi-Jauh hace dos años y, aunque ya conocía su precioso disco, me encantó su concierto. No compartimos mucho tiempo juntos, pero fue una tarde muy bonita y me gustó mucho el espíritu del lugar y de ellxs y lo que pude percibir de su forma de entender la música. La gente de Hi-Jauh me parece verdaderamente especial, su música tiene un sentimiento muy puro y muy bonito, en mi opinión muy conectado con la fragilidad y la expresión de las emociones más intensas. Me hace mucha ilusión que volvamos a compartir concierto y estoy deseando escuchar su música ensoñadora en directo de nuevo.
No sé si sería casi extensible a otros colectivos con los que te relacionas, como el Liceo Mutante, o movidas interesantes y autogestionadas en otras localizaciones como el fanzine Mierda. Tal y como lo veo yo, disfrutas de una trayectoria muy libre, que te permite estar en contacto con asociaciones o colectivos afines, algo que es realmente bonito. ¿Qué es lo que más valoras de ese sentido de comunidad?
Bueno, al seguir sólo mis instintos, gustos y pasiones es inevitable que acabe conectando con la gente que comparte una cierta visión de la música, el arte y la vida. Es maravilloso haber conocido a tanta gente increíble e inspiradora a lo largo de los años. Gente de la que me siento orgulloso de llamar amiga, uno de los mayores tesoros que tengo. La gente del Liceo Mutante, de la Dinamo DIY Espai, del Matadero de Azkoitia, y tanta otra gente que organiza historias sin intereses ocultos, por el mero hecho de crear momentos especiales y espacios y experiencias para compartir, es gente que me inspira totalmente, ejemplos de resistencia y solidaridad. Es una de las cosas que me hizo sumergirme en el hardcore-punk hace muchos años, esa idea de construir otra forma de hacer las cosas, una contracultura o subcultura, un mundo subterráneo. Algo que para mí además va ligado a pensamientos idealistas. Mi gente favorita sueña con otro mundo y pone todo su empeño y fuerzas en realizarlo y vivirlo.
Y siguiendo con lo anterior, ¿qué importancia le das a esas conexiones para el mantenimiento de una cultura underground o subterránea, al margen de intereses comerciales y demás?
Son absolutamente necesarias. La música y el arte subterráneos se alimentan del intercambio libre de ideas a través de estos espacios, fanzines, discos, radios…para mí es una pequeña gran red (pequeña porque evidentemente no es un movimiento de masas, pero grande porque realmente es gigantesca) de información alternativa a lo establecido.
Hace poco creo que también tocaste con un grupo que estoy escuchando bastante últimamente, Nunofyrbeeswax. ¿Qué rutina mantienes como “oyente”? ¿Tratas de escuchar mucha música nueva a la semana? ¿Cómo te mantienes informado?
Toqué con Nunofyrbeeswax hace un par de semanas y lo pasé muy bien, me gustó mucho su energía. Como oyente no tengo rutina alguna, devoro toda la música que puedo y me suelo mover por rachas inmersivo-obsesivas. Puede que una tarde relea un artículo en un fanzine o vea una foto en internet que me lleva a pasar semanas metido en algún universo musical fascinante. Mi última inmersión enloquecida fue la música y el arte del gran Chris Knox, por ejemplo. Escucho toda la música que puedo, y escucho música nueva (nueva para mí, puede ser de hace 80 años) casi todos los días. Me informo por fanzines, páginas web, blogs, libros…
Hace poco leí una entrevista que te hicieron en ‘Agente Provocador’ y comentabas que cada vez tienes menos espacio en casa para los discos o los zines que te gusta consumir. Por más que ahora parece que se tiende cada vez más al single digital seguimos siendo unos cuantos los que valoramos y coleccionamos discos en formato físico. Dos preguntas sobre tu rol como coleccionista: ¿recuerdas tus primeros discos comprados?
Entiendo a la gente que se pasa al formato digital, pero a mí me gusta estar rodeado de discos, libros, publicaciones, cómics y arte en las paredes (normalmente el de mis amistades). Me inspiran, me parecen objetos llenos de belleza, casi talismanes. Excitan mi imaginación y mi creatividad y son una parte importantísima de mi vida y de cómo pienso. Hasta hace poco no me consideraba coleccionista, porque siempre asocié esa palabra a la gente que gasta mucho dinero en un disco concreto o a esos coleccionistas de un solo proyecto musical que tienen hasta sus posavasos, y yo estoy interesado en la música por encima de todo. Pero hace poco leí un libro de John Corbett (“Vinyl Freak”, una maravilla para la gente interesada en el jazz más oscuro) en el que hablaba de esto, y su definición de coleccionista encajaba bastante con mi personalidad, así que supongo que sí que colecciono discos, cómics y libros y fanzines de música y arte. Mi casa está llena de estos artefactos (aunque todavía no llego al nivel de algunos amigos y conocidos que viven totalmente sepultados por discos, algunos de ellos precintados), y la verdad es que tengo que admitir que soy un yonki de los discos. Paso mucho tiempo buscándolos, gasto todo el dinero que puedo (y a veces que no puedo, supongo) en ellos, tengo mis propias reglas para mantener mi adicción más o menos a raya y desde adolescente tengo esa compulsión de adquirir un disco y sentir esa excitación inexplicable antes de ponerlo.
¿Recuerdas aquellos con los que dijiste: vale, soy un coleccionista y esto va a ser una parte importante de mi vida?
Los primeros discos que compré con mi dinero (que obviamente no era mío, era el que mis padres me daban para comer en el cole y yo guardaba ayunando para comprar un disco de serie barata cada semana y pico) fueron “Led Zeppelin I” y “Led Zeppelin III” a los 14 años (¡dos discos mágicos que sigo amando!). Los escondía debajo de la cama para que mis padres no los vieran y me preguntaran de dónde había sacado el dinero para comprarlos (historia típica). Ya tenía una pequeña colección de cassettes de Beatles, Beach Boys, Doors y Mamas & the Papas, pero estos fueron los primeros discos que me hicieron sentir esa emoción extraña y adictiva.
Volviendo a la libertad creativa que comentábamos antes, más allá de por Atomizador se te conoce también por tu paso por A Room With a View y Ensaladilla Rusa, proyecto que en cierto sentido dio paso a Afeite al Perro. No sé si lo consideras un punto de conexión entre tus dos fases artísticas o creativas más longevas, así que te lo pregunto tal cual: ¿qué pesó jugó todo lo puesto en práctica en Ensaladilla Rusa para desarrollar a posteriori Atomizador?
Afeite Al Perro nació como sello para Ensaladilla Rusa (aunque sólo editamos nuestro primer cd-r ahí). Toda la energía e ideas que vivimos Pablo (ahora Pablo Prisma), Miguel (Miguel Llansó, cineasta y batería de Extinción De Los Insectos), Jaime (guitarra en Ensaladilla y Campamento Ñec Ñec!) y yo en esos intensos años conformaron muchas de las cosas que acabaron desembocando en Atomizador. Aun así, creo que hay una diferencia fundamental entre esos dos momentos (o eso me gustaría): Ensaladilla Rusa era un proyecto musical que iba “a la contra”, por decirlo así, y Atomizador es un proyecto que sólo quiere volar.
Hablando de la línea gráfica de “Hallucinosis”, pregunta que podría valer también para el grueso de tu discografía. ¿Qué importancia le das a esa faceta dentro de lo que es el acabado de un disco? Tanto en tu sello Afeite al Perro como por tu trabajo como HAZ resulta obvio indicar que es algo a lo que le das mucha importancia
Hace un montón de años, tras una extraña experiencia con la portada de un disco de uno de los grupos en que tocaba, pensé que nunca más iba a dejar que mi música fuera acompañada de una imaginería con la que yo no me identifico. El dibujo es otra de mis formas de expresión creativa, por lo que me parece totalmente natural unir mi música y dibujos cuando publico un disco. Ambas facetas beben de los sueños, el trance, la psicodelia y el automatismo surrealista; para mí representan las dos caras de una misma moneda.
Una de las cosas que más valoro de todo lo que haces es la ética de trabajo (o el amor por la música, si nos ponemos cursis) que hay detrás: hay tanto en HAZ como en Afeite El Perro o en tus proyectos musicales mucha “verdad”, y eso pesa más que cualquier interés comercial. ¿Algún consejo para alguien que se anime a montar un sello?
Me gusta más “amor por la música” que “ética de trabajo” sin lugar a dudas, por muy cursi que pueda sonar. En cuanto a lo otro, no tengo consejos para nadie, Rubén. Me acaba de venir a la cabeza una frase de los míticos GRB: “Tu anarquía, no la mía”.
¡Gracias por la entrevista y el interés!