Vic sigue empeñada en presentarse como una de las ciudades más productivas de la escena catalana. De allí proviene CARLA, proyecto integrado por Carla y Toni Serrat, hermanos de Joana Serrat, de estreno este mes con Night Thoughts (Sones 2016). El disco culmina la primera etapa creativa del proyecto musical de Carla, con un matiz electrónico que le sirve para construirse un universo musical propio, acorde al presentado en su faceta como ilustradora. Hemos hablado con ella justo antes del inicio de su gira de presentación. Entrevista de R. IZQUIERDO | Fotografías de CARLA.

Sones acaba de editar tu primer disco.  ¿Qué novedades nos encontramos respecto al EP del año pasado?
Digamos que el proceso no ha cambiado, ya que he vuelto a trabajar con Edu Martínez y con Jose Cattaneo en los ACLAM estudios, variando únicamente en la opción de masterización, que hicimos con John Davis.

Con el EP Lucky One te diste a conocer en solitario. ¿Qué impacto tuvo para ti aquel lanzamiento?
‘Lucky One’ fue una manera de presentar y celebrar mi entrada en el sello el año pasado. Además, hacerlo me ayudó mucho para introducirme en todo el proceso musical, y para comprender qué significa grabar y sacar un disco, fuera cual fuera el formato.

¿Y qué nos espera en el disco?
Creo que ‘Night Thoughts’ ofrece un abanico más amplio de canciones e historias respecto al EP. Inevitablemente, se crean otras sensaciones, y la relación con todo el conjunto cambia, lo que le da otra perspectiva al oyente. Creo que eso le permite hacer una interpretación más libre y personal de lo que escucha: ahora tiene más información para poder entrar en el universo de CARLA.

Desde Sones describen el álbum como un trabajo de “aura nocturna, synth pop y electrónica fina”, lo que marca el tono del álbum. ¿Qué puedes contarnos del proceso creativo del disco? ¿Y en qué sentidos crees que evoluciona respecto al anterior?
El disco trae consigo un conjunto de piezas previamente escogidas, unas más viejas que otras, y también las canciones de los dos Ep’s anteriores ‘Let’s burn a forest’ y ‘Lucky One’, aunque con variaciones en las mezclas y el master. Marcando la selección de los temas como punto de partida todo empezó a construirse poco a poco, y tomó forma a medida que se iba trabajando. Fue un proceso largo.

Por lo que dices, imagino que uno de los retos fue la selección de canciones
Lo fue. Hay canciones que veía  y sentía en planos muy distintos de otras, sobretodo por la diferencia de tiempo en que las compuse, pero la gracia fue encontrarles un hueco y ligarlas dentro de un mismo espacio. Una vez hecho esto, ya nos pusimos a trabajar en la pre-producción de los temas.

Cuando publicaste los primeros temas me sorprendió su componente electrónico, quizá porque te conocíamos de  tus colaboraciones más folk junto a tu hermana. ¿Qué recuerdas de aquella época?
Bueno, empecé a cantar con Joana cuando  tenía 16 años más o menos. Salió de manera natural, en casa, cuando estábamos en nuestro cuarto y me enseñaba las canciones que acababa de hacer. Las voces salían casi automáticamente. Un poco más tarde ya empecé a acompañarla en sus conciertos, a hacer los coros de sus discos, etcétera.

¿Y qué recoges de tu paso por el proyecto de Joana para CARLA?
De esos momentos me llevo sobretodo la experiencia que cogí con ella y con la banda, porque poco a poco vi cómo funcionaban los directos, los festivales, las historias que escuchaba…y por supuesto todo el trabajo que implica ser músico en un escenario. Por eso, sobretodo me llevo el hecho de familiarizarme con el escenario, de sentirme más cómoda, aunque siempre pueda tener los nervios de antes de empezar un concierto, soy consciente de que ahora, con mi proyecto personal, me resulta más fácil afrontar según que escenarios.

Antes de Lucky One presentaste el autoeditado Let’s Burn a Forest. ¿Cierras una primera etapa musical con el disco?
No se si cierro una etapa o no, pero hay un punto y aparte claro. Algunas de aquellas canciones son de un período concreto, que siento más lejano. Algunas que llevo bastante tiempo arrastrando  y por eso creo que todo lo que salga a partir de ahora, será más nuevo y refrescante para mí.

El disco marca un punto y parte en mi trayectoria musical. Las de los primeros EP’s forman parte de un período concreto que siento más lejano

CARLA

Apuestas por el uso de sintetizadores analógicos. ¿Alguna referencia firme antes de empezar a trabajar en el disco? ¿Qué escuchas que sea de una onda parecida?
La afición por los sintetizadores analógicos viene de Edu Martínez, músico con quién he co-producido el disco. Él es teclista y tiene montones de sintes en su estudio, le flipan y me ha enganchado el interés, claro! Como referencia hacia el disco, diría que sobretodo Chromatics, Little Dragon,  Electric Youth, Caribou… Pero grupos que escucho y he escuchado mucho: Everything But The Girl, Sade, James Blake, Lali Puna, The Postal Service…también referentes importantes para mí.

En el disco colabora tu hermano Toni, con quien hemos podido verte en algunos conciertos como el del BIS.  ¿Cómo os repartís el trabajo?
Toni es la otra mitad de CARLA, el proyecto está pensado a dúo ahora mismo: por un lado voz y sintes; y por el otro el ritmo y percusión.  Hasta ahora las canciones que me iban saliendo, las grababa en casa, como demos caseras, y siempre trabajaba un poco el ritmo,  es algo que me flipa y aunque no entienda mucho, me gusta marcar unas guías rítmicas en los temas. Luego Toni, coge y se lo hace suyo, sumando cosas y adaptándolo a su gusto claro

Vuelvo a las notas: disco introspectivo sobre “la condición personal y el amor”. ¿Es un disco autobiográfico?
Es un viaje íntimo a  partir de la introspección de los propios sentimientos. Explora la nostalgia, la melancolía y el deseo. No diría que es completamente autobiográfico, pero si que las historias y sensaciones de las que hablo en el disco las cuento en primera persona; la gran mayoría de ellas autobiográficas sí, pero otras de imaginadas e incluso soñadas.

Aunque seguramente a nivel de sonido no tenga necesariamente nada que ver el tono melancólico me evoca a proyectos como Daughter. ¿Hasta qué punto es importante para ti marcar un tono anímico en el disco?
Es interesante que me lo preguntes. No me propongo marcar un tono anímico en los temas previamente, pero, inevitablemente acaba pasando. De hecho la mayoría de las canciones están hechas en horas bajas, de ahí el nombre del disco, y sobretodo de cuando tengo la necesidad de coger el piano y reconfortarme de alguna forma, de ahí quizás esa melancolía que se desprende de ellas. Es curioso, que esto también me pasa con mi faceta de ilustradora. La gente me dice: ‘Porque dibujas personajes tristes?’ y yo digo: ‘¡si no están tristes!, son así’. Por eso creo que es un poco…la marca de la casa.

Volvamos a la producción. Lo produces junto a Edu Martínez. ¿Qué tal fue el trabajo con él?
Sí, como te decía la producción la hicimos codo a codo Edu Martínez y yo. Edu es el músico con quién he estado trabajando des del 2014, ya con el autoeditado ‘Let’s burn a Forest’ y con ‘Lucky One”.  Ha tocado, y toca, con grupos de estilos distintos al mío, pero compartimos muchísimos gustos musicales ya que tiene ésta otra faceta electrónica. Des del principio nos entendimos muy bien y los dos estamos muy contentos del resultado de éste disco.

En la masterización ha trabajado John Davis, de amplísima trayectoria.
 David Giménez, mi mánager, fue quien me ayudó a buscar un buen masterizador en función del sonido y de los grupos a los que escucho. La primera vez que habíamos trabajado con John Davis fue en el EP ‘Lucky One’. Justo después de enviarnos el master, nos escribió personalmente diciendo que le gustaban mucho los temas, y por el buen feedback y el resultado del master, decidimos, sin ninguna duda, que queríamos que el broche final de ‘Night Thoughts’ lo pusiera él.

Para acabar, me gustaría hablar de las colaboraciones. Destacan los nombres de Víctor Partido o Núria Graham. ¿En función de qué criterios hiciste la elección?
Se lo propuse sobretodo por la confianza y la proximidad que tengo con ambos, a demás de que los dos cantan en inglés.  A Víctor lo conocí por David. Habían trabajado juntos y además hay una gran amistad desde hace años. Víctor tiene una voz muy bonita, grave y profunda, que era perfecta para lo que necesitaba en el último corte del disco; y con Núria, nos tenemos mucho cariño. Ambas somos de la misma ciudad, vamos al mismo bar, y conocemos a la misma gente. Fue muy fácil trabajar con ella. Le mostré la canción y las frases que quería que cantara, y vino una mañana al estudio y con sólo un par de tomas ya lo teníamos. Núria es muy intuitiva y le salió muy natural. Pensé en ella porque ‘Hold dub’ tiene un rollo muy soul, y creí que pegaría muy bien con su voz, que es muy sensual.

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