Estimado inventor del interruptor sensorial,
No se crea que esa carta es fruto de una experiencia desafortunada y puntual.. ¡Al contrario! Llevo ya unos años estudiando meticulosamente este curioso invento.La tecnología tiene mi máximo interés y, siempre estoy al acecho de cualquier novedad que vendría a mejorar mi vida.
No obstante, con todo mi respeto, dudo del avance del susodicho objeto para el género femenino (No podré avanzar ninguna teoría sobre su avance para el género masculino ya que unos encantadores hombres encargados de la seguridad me expulsaron del baño para hombres justo cuando iba a empezar mis primeras observaciones).
Permítame criticarle ciertos puntos que, si les estudia con profundidad y con toda la seriedad debida, podrían llevar a una mejora del invento.
El tiempo hasta que se apague la luz está mal calculado y, no se puede volver a encender con el pie.
Entenderá que sostener el bolso y la ropa levantada (y el abrigo en unas pocas semanas) ya requieren mis dos manos y mantenerse en equilibrio supone en si una hazaña. Apagarme la luz y obligarme a hacer el acróbata a oscuras en una situación un poco incómoda no rima para mí con avance tecnológico.
Esperando que me tenga en cuenta y que por fin pueda volver del baño sin parecer haber hecho un maratón alrededor del bar.
Le saluda atentamente,
Lea Lip