Martin Scorsese decidió reconstruir la vida del beatle más innacesible y nos ha dejado como legado para el futuro un trabajo titánico de casi horas de duración, en el que exhibe músculo en lo relativo a lo documental, con una amplísima cantidad de fotografías y vídeos inéditos que nos acercan un Harrison más próximo. Presentado en dos partes en algunos circuitos comerciales -Canal + lo está emitiendo así-, en el pasado In-Edit de Barcelona pudimos disfrutarlo en su versión extendida. Una delicia para saborear con pausa y sumergirse de lleno en una mente creativa prisionera en ocasiones de la grandeza de su grupo. Una reseña de ART VANDELAY.
Ficha Técnica: George Harrison: Living In The Material World. Estados Unidos, 2011
Dirección y guión: Martin Scorsese.
Fecha de estreno: 11/11/2011
Más de cuatro horas de documental para un trabajo casi homérico en el que Martin Scorsese reconstruye la vida y milagros de George Harrison. Desde el boom inicial de los Beatles a su entrada en lo trascendental, la India mediante, en un trabajo que cuenta con la amplia cantidad de imágenes inéditas como gran baza a jugar.
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George Harrison: Living In The Material World es ante todo un film muy personal en el que la carrera del beatle Harrison queda analizada al detalle gracias a la gran cantidad de testimonios de altura conseguidos por Scorsese. Su amigo Eric Clapton, Paul McCartney, Yoko Ono u Olivia Harrison, así como su también compañero de fatigas Ringo Starr, y él mismo en diferentes entrevistas de archivo, analizan el desarrollo de su carrera, sus paradojas -la entrega a lo espiritual, aún viviendo en una mansión de lujo del todo terrenal- y los altibajos de una carrera en solitario que quizá nunca brilló como debiera son algunos de los episodios retratados en el documental, que cuenta con un inicio arrebatador -los orígenes de la banda de Liverpool desde sus tiempos en el instituto hasta su definitiva consagración- y que si bien sufre algún punto de inflexión en su ritmo, funciona como trepidante biopic gracias al saber hacer de Scorsese.
El documental gana un punto de interés en lo referente a su capacidad para diseccionar a fondo el personaje de Harrison, puede que el beatle menos accesible y más excéntrico de los cuatro. Consciente de que el efecto sorpresa se perdió hace demasiado en lo relativo a los Beatles, Scorsese apuesta por lo audiovisual y bucea en fondo de archivo inédito para acercarse al mito -insistimos, el más inaccesible hasta la fecha- con respeto y curiosidad. Una de las bazas con las que ha contado Scorsese en este sentido es la viuda del propio Harrison, una Olivia Harrison que ofrece testimonios clave a la hora de profundizar en este ejercicio de estilo en el que la apuesta por confiarlo todo a Harrison reduce incluso la firma de Scorsese, más funcional que en otros biopics, sabedor de la importancia del material custodiado.
El documental explota así el carisma ilimitado de Harrison -algo quizá impensable en la era dorada de los Beatles, cuando el binomio Lennon – McCartney lo eclipsaba todo-, teniendo su entrada en los trascendente una de sus partes más decisivas, si bien en ese apartado a Scorsese se le va (algo) el metraje en favor de otras épocas vitales del británico. En cualquier caso, el contraste entre el misticismo y la meditación por un lado, la gloria y la fama por otro, ejerce de hilo conductor en buena parte de las casi cuatro horas del film -nunca se hace largo, insistimos, y eso es mérito de Scorsese- en un ejercicio que evita caer en la hagiografía excesiva y que cuenta también con declaraciones de personas clave en su vida pre y post Beatle, como el productor Phil Spector o Eric Idle, uno de los fundadores de los Monty Phyton, con los que tuvo una intensa relación, llegándoles a producir varios de sus trabajos. El propio Idle recuerda en el fim, de hecho, como Harrison puso grandisimas cantidades de dinero para financiar La Vida de Brian, película decisiva no sólo en la carrera de los Phyton, sino en la propia comedia británica.
Capítulos más oscuros -su relación con las drogas no queda de lado- y el recorrido vital de la banda son recogidos igualmente por Scorsese, de nuevo autor de una recopilación musical escogida con gran mimo y que hacen del documental, uno de los más aplaudidos en la pasada edición del In-Edit.
Dejamos, fuera ya del documental, un precioso directo con My Sweet Lord como eje central. A disfrutar
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