El año pasado los Da Souza participaron en uno de nuestros lanzamientos favoritos del curso, compartiendo publicación con Regalim, una de las joyas ocultas de Famèlic, a la que dieron finalmente salida en formato vinilo a través de un cuidado split. Su aparición en vinilo evidenció el excelente momento de forma por el que pasa el sello –Famèlic editaría también en 2015 singles de Heather, Germà Aire y L’Hereu Escampa-, descubriéndonos de paso el directo de Regalim –Aïda Camprubí le entrevisto para el Underzine 4- y reinvidicando el dulce momento de forma por el que pasan la formación balear, justo el curso en el que prometen cerrar el círculo con su “Gran Salt Endavant”.
Cabalgando sobre el feedback acumulado desde la salida de Bossanova, los baleares ultiman la puesta de largo de su esperadísimo nuevo trabajo, disco que llega con título ambicioso y que ofrece un discurso “agridulce”, con interesantes reflexiones sobre el tiempo que nos ha tocado en suerte.
Este año sacáis nuevo disco. ¿En qué punto está la banda?
Últimamente nos sentimos muy banda, y no solo musical: empezamos a tener dejes de banda callejera. Tenemos planeado algún día dejar de lado la música y dedicarnos a nuestra vocación: ser detectives privados….
¿Cómo llega Da Souza a la salida del álbum?
El álbum nace del proceso creativo más grupal que hemos vivido hasta la fecha. Hemos estado más de un año trabajando en ello y el resultado es un disco que sentimos muy nuestro, muy autorepresentativo: es el disco que queríamos a hacer. Esto nos llevará a estar más cómodos tocando en directo, disfrutando más, lo que derivará en guasa y gustera a partes iguales.
“El disc és un viatge en el temps”, explican en Famèlic. ¿Hay algún leit motiv en el álbum?
Todos los terrícolas viajamos en el tiempo. Eso es algo que no tiene discusión, excepto en la facultad de filosofía, que no cuenta porque ahí discuten muchas otras cosas similares. El caso es que el viaje en el tiempo más habitual es el unidireccional y a ritmo de 60 segundos por minuto. Y el disco va en parte sobre viajes en el tiempo de este tipo. “Gran Salt Endavant” és un año, en varios sentidos: está hecho en un año y va sobre el año en que está hecho. También está dividido en 12 partes y cuando te das cuenta ya ha pasado.
El título del disco es “Gran salt endavant”, un título bastante ambicioso. ¿Es una declaración de intenciones?
Realmente no. “Gran Salt Endavant” es el nombre de un proyecto del Partido Comunista Chino que, a finales de los 50, pretendía industrializar el país en un breve periodo de tiempo. Las medidas fracasaron estrepitosamente y lo que tenía que suponer un gran avance, desembocó en un desastre de millones de muertos. El nombre y el plan no podía ser más grandilocuente, y las consecuencias difícilmente pudieron ser más duras. Ese choque entre optimismo y realidad aparece en el disco, en una escala mucho menos drástica, claro. Si hubiéramos titulado el disco así en los años 40, sería un título ambicioso, pero hacerlo hoy tiene esa ironía macabra de quien juega con la ventaja de saber que va a perder.
Sigo con la nota de prensa: “Lluís Cabot es posa davant d’un mirall i ens explica els moments i pensaments d’un jove illenc instal∙lat al Raval barceloní des de fa ja un grapat d’anys”. Se da a entender que es un trabajo no diré que autobiográfico pero sí muy meditado. ¿Es un disco terapéutico? ¿Hasta qué punto es importante la vertiente emocional en el álbum?
La música es una de esas cosas buenas que tiene el planeta Tierra. Solo por eso, todo los discos son terapéuticos. Pero, aparte de eso, éste no lo es especialmente. Sí que es muy meditado, mental y emocional. Las letras pueden tener un punto autobiográfico porque las ha escrito una persona y siempre se filtran cosas. Pero bueno, no hay que olvidar que es un disco de rock.
Por lo que hemos podido leer hay una carga melancólica en el disco que, francamente, nos apetece descubrir. ¿Os ha contagiado Regalim su melancolía del Split?
Realmente creo que es un disco agridulce, como la salsa. No es melancólico, pero tampoco jovial. Tiene un poco de todo y en este sentido es muy humano. Tal vez la sensación que prima es la de incertidumbre ante el cambio. Pero en todo caso, es la incertidumbre típica del viaje cotidiano, en el cual se mezclan variedad de estados de ánimo.
Reflexionáis también sobre el modelo de ciudad, la relación con las máquinas… ¿es un disco de denuncia?
A veces basta con describir la realidad cotidiana para que, en cierta manera, se critique a sí misma. Pienso en un verso de Octubre: “Al metro i al bus tothom mira cap avall, a les pantalles dels seus dispositius, i aprofiten per mantenirse actius mentre les estacions passen.” Describe una estampa muy habitual, sin entrar a valorar ni denunciar nada, pero puede dar que pensar.
Lleváis tiempo vinculados a Famèlic. ¿Qué relación tenéis con el sello?
El sello són Aleix, Sergi y Edu, y por encima de todo son amigos nuestros y personas a las que queremos mucho. Además de eso, son gente que apuesta incondicionalmente por nuestra música, lo cual nos llena el corazón de amor. Por su filantropía y humanismo les estamos eternamente agradecidos. Así que nuestra relación con ellos es muy buena.
De alguna manera sois el nexo de dos escenas cada vez más sólidas. ¿Puede hablarse de una conexión Vic – Palma? ¿Con qué grupos os sentís más cómodos?
Si El Chaval de la Peca hubiera sido ministro de fomento, nosotros viviríamos en el puente entre Mallorca y Cataluña. Mallorca es nuestra placenta geográfica, pero en VicGurb siempre nos han hecho sentir como en casa. Además, allí hay grupos con los que compartimos mucho, como Furguson, L’Hereu Escampa, Germà Aire o Power Burkas.
Hablando de Palma. ¿Cómo se explica el boom de proyectos interesantes que salen de las islas? Estoy bastante expectante por escuchar el debut de Saïm. ¿Qué otros proyectos me recomendáis?
En Mallorca ha habido buenos músicos desde que el turismo lo demandó, allá por los 60’s o yo qué sé. Después hubo un momento en que los músicos se desprendieron de la necesidad de gustar al turista y se empezaron a gustar a sí mismos. Y así hasta hoy. No creo que haya un boom excepcional, sino uno de esos buenos momentos que se dan periódicamente. En Mallorca ahora mismo hay un proyecto estelar que nos fascina: Jorra i Gomorra. Básicamente la vertiente más personal, poética, cómica y gamberra todo a la ve zde Jorra Santiago, un semidios omnipresente que toca en todos los grupos de Mallorca. A parte, también hay bandas de humanos que nos gustan mucho: Miquel Serra, Lost Fills, Ora, Salvatge Cor…
Antes hablábamos de Regalim. Creo que la suma del Split fue espectacular, dos EP’s que por separado hubiesen postulado sin problema a lo mejor del año. ¿Con qué os quedáis de aquel lanzamiento?
Sobre todo nos quedamos con el hecho de haber compartido música y mística con Regalim. Gracias a su divina esencia, hemos aprendido nuevos métodos de relajación, meditación y levitación. No exageramos si decimos que parte de nuestra evolución en el último año se la debemos a él. Nos ha enseñado a escuchar nuestro corazón y a saber discernir su tranquilo latido de entre todo el alboroto de la grande Babylon.
Cerrando el apartado Regalim, ¿cómo fue el compartir escenario con él? ¡Imagino que fue algo a recordar!
Fué un honorazo poder acompañarle en directo. Como te hemos explicado, ha sido un aprendizaje constante: hemos pasado de ser unos músicos y personas mediocres a ser muy buenas personas. Justo antes de subir al escenario en el concierto de presentación del split en Barcelona, el pobre Xavier empezó a llorar porque decía que no le saldría bien su parte de no sé cuál de las piezas. Regalim paró, se arrodilló, le secó cuidadosamente la cara y le dijo: “Si lloras porque has perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Sublime.
Imagino que ahora estaréis ya trabajando en el directo del disco. ¿Cómo ha ido el proceso creativo y de trabajo del álbum?
El proceso creativo se ha repartido entre el local y casa, haciendo demos, experimentos, etc. El núcleo principal de las canciones lo grabamos en directo, así que la esencia será la misma en el escenario. La verdad, ha sido un proceso muy gratificante: ya solo por el año que hemos pasado trabajando en el disco nos sentimos satisfechos. Hemos aprendido mucho y hemos conseguido plasmar la idea que teníamos en la cabeza. Finalizar el proceso con esta sensación nos deja los chakras brillantes y relajados. Así que ahora estamos con ganas de salir a pasear y compartirlo con otras personas.
Ya acabo. “Tot i el títol, el ‘salt’ potser no és ni ‘gran’ ni necessàriament ‘endavant’”. ¿A dónde lleva ese salto?
Bueno, esa frase hace referencia a lo que comentábamos antes, de la ironía del título y de la sensación agridulce de la incertidumbre. El salto, de momento, nos ha llevado hasta aquí. Ahora no sabemos dónde llevará, y precisamente por eso el disco sigue teniendo sentido. Esa es la gracia.