Consolidado en su tercera edición, el festival Formes Diverses de Vida da el salto a la edición y estira su propia esencia como sello discográfico, siguiendo los pasos de Conjunto Vacío, otro festival autogestionado, con actividad también en la edición. El estreno del Formes de Vida, de cuyo cartel hablamos en 2.000 Enemigos Mortales el pasado lunes, se da con la publicación de Antología, compilación de temas del artista electrónico Espinoza, con quien hablamos en estas mismas líneas.
La edición se presenta en formato USB -ojo a su cuidadísimo y artesanal diseño- y abre las puertas al universo creativo de Espinoza, una obra en donde se alterna lo industrial con electrónica analógica, de la que hablamos con su propio autor. Antologia (Formes Diverses de Vida, 2017) recoge en suma cinco EP’s y se presenta bajo la etiqueta imaginaria de ‘Burning churches‘.
TEXTO: R. IZQUIERDO | FOTOGRAFÍA: FORMES DIVERSES DE VIDA
Nos gustaría empezar contextualizando tu proyecto musical. ¿Cuáles son los orígenes del proyecto musical Espinoza?
Espinoza nace como un intento de llevar a la electrónica impresiones captadas en grupos como Neurosis, Amenra, Earth o Isis, sin dejar de lado la emoción de Slint. Esas fueron y son mis premisas con Espinoza, junto a la experimentación y a sonoridades más clásicas de la electrónica.
No sé si el hecho de plantear una antología te ha servido para hacer balance del trabajo realizado hasta la fecha.
La verdad es que no. En cuanto a la música propia, nunca miro hacia el pasado. Si hago balance, puedo ver la antología como un punto de partida.
Llama la atención el formato físico en el que aparece, ese “sarcófago de madera que esconde un pendrive e madera”, puerta de entrada a la Antología desplegada. ¿Cómo surge la idea de la compilación, y qué relación previa tenías con Formes Diverses?
No tenía ninguna relación previa con Formes. De hecho, la primera notica que tuve de ellos fue una entrevista que leí en shookdown. En aquella época, intentaba hacer llegar mi música a los sellos locales, estatales e internacionales. Al leer aquella entrevista me quedó claro que ellos serían perfectos para editar mi material. Un año después contactaron conmigo y desde entonces, nos hemos entendido en planos que trascienden lo musical. Respecto al sarcófago y la antología, ellos querían apostar por unas ediciones especiales y dejaron en mis manos el material a editar. Al no haber problema de espacio con el pendrive, pensé que lo que tendría más sentido sería editarlo todo junto. A los chicos de Formes les encantó la idea y empezamos con las pruebas para el sarcófago. Todo lo que me enviaban dialogaba perfectamente con la música.
El ‘envoltorio’ de la edición está hecha a mano, lo que le da un componente más orgánico a la compilación. ¿Qué rol juega en tu trabajo creativo todo lo que va más allá de la música?
No separo la música del resto. Todo está relacionado, si hay imagen, tiene que tener sentido, video, materiales, textos, etc.
Más allá de su funcionalidad –permite recoger cinco horas de trabajo- creo que el sentido estético del disco es casi un plus más dentro de la edición. ¿Tuviste desde el principio pensado hacerlo así o fue algo planteado a raíz de la incorporación a FDV?
Es 100 % dependiente de Formes. La antología nace del soporte, y de la coherencia. En un principio me propuse editar una especie de best off con ellos, pero después de meditarlo, solo tenía sentido la antología.
La edición recoge un total de 5 EP’s, por lo que en cierto modo resume y compila un período creativo bastante amplio. ¿Has seguido un orden cronológico? ¿Qué puedes contarnos de la línea evolutiva del proyecto?
Los EP’s llevan un orden cronológico que recogen todo lo que he hecho como Espinoza. A nivel técnico, cada EP está marcado por las máquinas que he ido usando en cada momento. En la actualidad el proceso se ha radicalizado y creo que es más denso y experimental. Trabajo solo con un modular y las mismas premisas.
Hay varias influencias apuntadas en las notas promocionales: de Posh Isolation a clásicos del instrumental. Relacionándolo con el hecho de haber recogido hasta cinco EP’s quería preguntarte por la intencionalidad de cada uno. ¿Buscas un eje temático, cambia el sonido según el momento en el que se compuso? ¿Qué es lo que determina la línea de cada trabajo?
Cada uno es especial para mí, pero todos nacen de la necesidad de hacer música. El equipo usado cambia según los eps. Cada máquina tiene unas particularidades que te permiten expresarte de determinada manera y eso te inspira hacia una u otra dirección.
Hay pasajes oscuros, “toques sinéticos”… ¿resulta complicado trasladarlo al directo? ¿Qué diferencias marcas entre el material publicado y su traslación al directo?
La verdad es que no tengo pensado llevar los eps al directo. Cuando Formes contactaron conmigo, ya estaba trabajando íntegramente con el modular. El directo será Espinoza en esencia, pero no en forma.
Volviendo un poco a la edición física, personalmente me hizo ilusión que FDV apueste por la edición física. ¿Qué es lo que más valoraste de su propuesta?
La sintonía con ellos es total en muchos aspectos. Es difícil explicarlo, pero de forma resumida podemos decir que nos entendemos a la perfección. Solo hace falta leer su nota de prensa, la suscribo totalmente. De la propuesta de Formes valoro cómo lo viven, cómo se implican, cómo apuestan por aquello que quieren hacer, sin importarles lo económico o el qué dirán. Creo que lo suyo es una apuesta firme por la creatividad y el pensamiento.
Y un poco relacionado con la anterior, ¿cómo ves el directo a día de hoy para proyectos como el tuyo? ¿Crees que estamos en un buen momento apra la electrónica de corte experimental?
Más que el momento, es el lugar. En nuestro país no se apuesta ni por la cultura ni por el pensamiento así que es muy difícil llevar a cabo esta y casi cualquier propuesta cultural. Por suerte, hay gente que lucha una barbaridad para seguir montando situaciones, tanto músicos como promotores y editores. Veo la cosa mal, pero dentro de lo malo, hay opciones.