Fifteen Years Old es el proyecto musical de Solange Jacobs, artista peruana afincada en Barcelona, de estreno este curso con Abecedario. El disco ha contado con la producción de David Acuña, con quien ya colabarara en su primer trabajo de estudio, además de con la participación de Daniel López Quiroga y de Alberto Centra. En Abecedario Solange explora nuevos territorios sonoros para ella, presentando un desnudo directo, en el que su voz aparece «duplicada, loopeada y manipulada«. Hemos hablado con ella por tal de conocer un poco más de cerca los detalles de este Abecedario, del que dejamos a su voz sus notas promocionales:
Voces que habitan en uno. Abecedario es eso que señala el título: la creación de un alfabeto personal donde la sexualidad y la religión, el activismo político y el deseo, se entrecruzan y ofrecen una observación e intervención en la realidad desde la poesía, desde la voz y el sonido. Sin tapujos, y con crudeza, el tema que da título al disco es uno de los momentos más audaces en la trayectoria FYO, un trabajo conceptual que lleva al formato de canción más allá. En el Álbum está presente ese aire fantasioso, de niña perdida, que se alimenta de Jeannete, de las voces de sirena de grupos como Cocteau Twins y Cranes, de la melancolía del folclore, del trance religioso vocal, todo eso que convierte a su voz en un terciopelo que nos guía a través de todo un mapa de emociones sin contención alguna. El disco ha sido editado por Buh Records, en edición de CD, y se encontrará disponible en discotiendas desde el 20 de febrero, así como también online en diversas plataformas. El arte del disco ha sido realizado por la misma Solange Jacobs
¿Qué tal si nos presentas el proyecto de Solange para empezar?
Solange es mi nombre “oficial”, según mi documento de idenditad, aunque mis amigos me han rebautizado como Sol, nombre que he asumido como mio. En este momento mi proyecto de vida está vinculado al disco que acabo de lanzar, “Abecedario”. Llevo unos tres años con base entre Barcelona y Lima, y el disco nació tomando un poco de ambos contextos, de mi situación nómada durante los últimos años y del aprendizaje de la experiencia emigrante siendo mujer, joven y sudamericana, viviendo parcialmente en este contexto. Mi proyecto ahora es seguir construyendo a través de la música y la imagen imaginarios y posibilidades de resistencia frente a lo duro de la experiencia cotidiana – a nivel global – y que estos imaginarios se puedan compartir de manera colectiva.
En las notas promocionales explicas que eres «una arquitecta peruana que trabaja con la música y las artes visuales como medios de experimentación». ¿Qué valor multidisciplinario le das a tu trabajo?
Lo cierto es que mi formación de base como arquitecta ha sido determinante para establecer metodologías de trabajo. La vinculación que existe entre la arquitectura y la vida cotidiana ha sido determinante en ese sentido, pues si eres arquitecta la idea de crear para vivir es mas explicita, y ese punto de encuentro es el que más me interesa. La vinculación de cualquier especialidad con la experiencia vital, y que la podemos encontrar en otros productos culturales mas allá de cualquier formación académica es interesante también, como la que se da con los músicos ambulantes. Yo he decidido tener presente que lo que construyo en el tiempo es siempre mi Yo, individual y colectivo, mas allá de la construcción de una profesión o carrera en la cuál intervienen un cruce de disciplinas. Esto es bastante simple: se trata básicamente de vivir o intentar vivir plenamente, abierto al mundo y con consciencia de ello, así que de alguna manera todos somos “multidisciplinares” en realidad, en el sentido en el que la vida misma es siempre multidimensional.
Anteriormente militaste en Tonka, banda con la que lograste un gran reconocimiento en tu país. ¿Qué recuerdas de aquella época? ¿Qué te llevaste de allí para tu nuevo proyecto?
Recuerdo de aquella época una convivencia feliz con el resto del grupo, tres colegas que en ese momento fueron mas que mi familia. Musicalmente lo que me lleve de allí fue la claridad de lo que no quería hacer mas en el futuro. Tonka siempre apuntó a ser un producto comercial y por eso su éxito mediático, estaba destinado a las masas en un momento en el que en Perú no se encontraban productos con esa “calidad” a nivel comercial y profesional – tres chicos jovenes y una chica en minifalda haciendo Pop en ingles, con bastante énfasis en lo visual y la puesta en escena, pues los cuatro eramos arquitectos. Otra cosa es que a nivel de música me sentía bastante limitada, así que cuando dejé el grupo surgió mi primer disco “The Image Lovers”, que era totalmente la liberación de una serie de objetos emocionales que se habían acumulado en mi boca y en mi corazón mientras estuve en Tonka.
¿Hubo algún episodio a la hora de cambiar de proyecto?
El paso decisivo para lanzar este disco fue la experiencia de vivir en Valencia durante un año y mi relación con la fotografía. Ambos fueron espacios de liberación que surgieron después de Tonka, con mucha fuerza, pues habían estado contenidos,. Se retroalimentaron constantemente.
En Barcelona, por otro lado hay una escena mucho máss consolidada, también variada y súper interesante, por el hecho quizá de que es una ciudad donde el tránsito es una constante, y eso permite cruzarte con gente y conocimientos de diferentes lados
Actualmente vives entre Lima y Barcelona. ¿Dónde te resulta más sencillo desarrollar tu música? ¿Qué tal ves la escena local barcelonesa?
Ambos contextos son geniales, y muy diferentes a la vez, en Lima hay una escena emergente y una ebullición de talento muy grande en este momento. Hay mucha gente haciendo cosas nuevas y eso siempre es genial. En Barcelona, por otro lado hay una escena mucho máss consolidada, también variada y súper interesante, por el hecho quizá de que es una ciudad donde el tránsito es una constante, y eso permite cruzarte con gente y conocimientos de diferentes lados. A nivel local me gusta mucho la propuesta de Coagul y de Sexores, con quienes estamos en conversaciones para montar algo mas adelante. En general, y en este momento en particular, creo que disfruto mas de la experiencia con el disco fuera de Lima, por alguna razón Abecedario está llamando mas la atención afuera de Perú, la mayoría de reseñas sobre el disco son de afuera, y es una de las razones por las cuales he decidido movilizarme. En este momento me encuentro coordinando una pequeña gira para Setiembre por Europa.
¿Cómo planteas el directo?
Me gusta también la idea de exponer el disco en contextos muy diversos, donde incluso se traspase la barrera del idioma, ya que la música tiene una carga fuertemente emotiva y el trabajo con el cuerpo a través de ella es vital. El hecho de que haya un alto nivel performativo mas allá de lo musical me permite desarrollar un lenguaje propio del disco que es flexible de localizar y que puede ser “universal”, en el sentido de que es un lenguaje confrontacional en su expresión en general, mas allá que discursivo.
Presentaste en el MACBA un proyecto de Música y Perfomance. ¿Cómo surgió la oportunidad?
Se dio en el contexto del MOR (Museo Oral de la Revolución) en cuál tuvo la curaduría de Paul B. Preciado, filósofa feminista que dirigía el Programa de Estudios Independientes (PEI) del MACBA, junto con Marcelo Expósito, del que formé parte como becaria. El MOR consistía en activar de manera oral una serie de relatos y discursos, que habiendo siendo enunciados desde la subalternidad -es decir desde minorías, ya sea de clase, raza, u orientación sexual- habían sido silenciados históricamente. Con esto nos propusimos a reactivar dichos materiales a través de dispositivos orales en el espacio de La Capella del MACBA. La pieza que yo presenté se titulaba Hierba Silvestre.
¿En qué consistió tu propuesta?
El proyecto consistía en la intervención de canciones vinculadas al periodo de violencia política en el Perú (1980 – 2000) mediante el uso exclusivo de la voz y el cuerpo y a través de la modificación de la letra de cada canción. A partir de ahí iba reemplazando el contenido de esta por una cifra que era cantada hasta el final y que correspondía con el número de víctimas de un hecho de relevancia vital durante ese periodo. Centrando así el contenido de la narración en el uso de la cifra como codificación de una ausencia que es a la vez presencia, y trabajando directamente con la cifra de desaparecidos tras el conflicto armado en Perú.
Creo lo que hago es continuar construyendo ese soundtrack en el tiempo, pero ahora desde una perspectiva que, sin negar el pasado, sea capaz de subvertirlo.
Me gustaría saber cómo gestionas tu carrera musical y hasta que punto te resulta difícil darla a conocer en nuestro país.
La verdad es que trabajo desde los quince años, y he trabajado mucho tiempo en posiciones de gestión dentro de empresas . Sé que esto puede sonar nada cool, y en verdad no lo es, pero esa experiencia me ha dado las herramientas y la capacidad de gestión para realizar muchas cosas a la vez. De momento mi trabajo con la música lo gestiona el sello peruano Buh Records, un sello independiente muy conocido en el underground internacional por trabajar siempre con artistas experimentales. Entre Luis Alvarado (Buh Records) y yo nos encargamos de la difusión, y lo demás corre por mi cuenta. Con respecto a la difusión en un contexto nuevo, pues nunca es fácil instalarte en una nueva ciudad, en un nuevo país, en un nuevo continente, pero tengo la suerte gracias a Buh Records de haber conectado con gente local muy talentosa como Narcoleptica y Javier Piñango, en Madrid, Coagul y Sexores aquí en Barcelona y gracias al PEI, de haber ingresado con bastante facilidad a una red de contactos que opera de manera local pero que es internacional. Creo que es un poco la suma de eso y buscarse la vida trabajando intensamente.
En febrero presentabas Abecedario. ¿Qué puedes contarnos de este último proyecto presentado hasta el momento? ¿Difirió tu sistema de trabajo respecto a otros proyectos?
Si, mi primer disco con Fifteen Years Old fue en inglés, Abecedario es mi primer proyecto en castellano, que es mi lengua materna, y fue todo un reto reencontrarme y reconocerme en la poética del idioma con el cuál yo aprendí a hablar, que no es mas ni menos que la poética de mi contexto. A pesar de que no es una influencia musical notable en el disco, escuchaba mucha música latinoamericana, mientras componía, desde Folclore hasta rock contestatario de los ochentas, pasando por música mas politizada como la de Violeta Parra o Victor Jara. El hecho de haberme deslocalizado supongo que me ha hecho preguntar quien soy, de donde vengo, todas esas cosas, y por otro lado la influencia del contexto que te recibe resulta igualmente inevitable.
En las notas promocionales comentabas esto: «El género, como en la vida, es una etiqueta mas – derivada de una construcción social – pero si tuviera que utilizar algunas palabras para generar una lectura aproximativa a mi trabajo serían las siguientes: Performance Poetry, Political Pop, Experimental Pop, Moon Music and Autobiographical”. Independientemente de lo dicho sobre los géneros y los tags musicals, algo que suscribo totalmente, ¿tienes alguna referencia en concreto a la hora de componer?
Siempre digo que mi trabajo en general, y sobre todo con la música es totalmente autobiográfico. Lo es en el sentido de que, a pesar de haber tenido una formación o inclinación hacia la música internacional, alternativa y anglosajona durante mi adolescencia, mis referentes naturales a la hora de componer vienen por otro lado. como la música que escuchaba en la radio de niña en casa de mi madre. Ahí destacaría a Jeanette, la diva de la balada por entonces, cuyas composiciones me resultaban de una sensibilidad trágica que vinculada al mundo infantil podía resultar en una especie de “genero musical corta venas para niños de cinco años”, y con la cuál lograba mucha identificación. Después te diría la música en el transporte público, la música de las telenovelas, mi experiencia de niña en el coro de la iglesia… Creo que en gran parte mi sensibilidad con la música se ha construido a partir de mi propia experiencia vital. Cuando compongo en lo último que pienso es en hacer música. Sin embargo es el lenguaje que impera en mi por necesidad, y las referencias de las cuales se nutre ese lenguaje son totalmente populares: se basan en mi “soundtrack” vital… En realidad creo lo que hago es continuar construyendo ese soundtrack en el tiempo, pero ahora desde una perspectiva que, sin negar el pasado, sea capaz de subvertirlo.
- TEXTO: ROBYN HANNA
- FOTOGRAFÍAS: cedidas por Fifteen Years Old.