Flor Braier

Flor Braier – NIT (Autoedición, 2017)

La actriz y música argentina-catalana Flor Braier presentaba el mes pasado NIT, su primer LP. El álbum llegaba tras la edición previa de dos EP’s y después de un intenso periplo de directos repartido fundamentalmente entre Catalunya y Argentina, sin olvidar otros puntos del territorio estatal. El disco supuso un paso adelante en su sonido, investigando nuevas vías y profundizando «en las opciones para revestir la estructura del concepto canción». Todo ello gracias a un intenso trabajo de producción en el que la propia Flor se involucró a fondo, hallando una nueva vía electrónica en los ocho cortes que integran el disco.

El nuevo sonido de Flor Braier se apoya en el uso de sintetizadores, «moogs, capiras del sur del Brasil y los instrumentos inventados por el artista multimedia Federico Joselevich, el hidrórgano y el tubodroide». La propia Flor nos atiende desde Argentina para ampliarnos detalles sobre esta interesante producción.

TEXTO: RUBÉN IZQUIERDO | FOTOGRAFÍAS: PABLO STERNBACH

NIT (Autoeditado, 2017) es tu primer LP y llega tras la publicación de dos EP’s previos. Creo que conceptualmente has introducido varias novedades para tu primer largo. ¿Puedes contextualizarnos el camino que te ha llevado a NIT?

Supongo que después de haber pasado por distintos formatos tocando, después de un tiempo apareció un interés distinto: sumergirme más en la producción, encerrarme un poco a concebir un sonido, trabajar más el carácter de cada canción y todo ese mundo…  Los dos discos anteriores a NIT fueron hechos de forma más espontánea, casi sin pensar, o sea, lo contrario a este último.  Mi primer EP, de hecho, tenía un sonido super despojado, un registro de las canciones como vinieron al mundo, algo de eso se fue transformando hasta necesitar otro tipo de producción.

Más allá de las novedades técnicas o estilísticas, quería saber sobre el sentido conceptual del disco. Me da la sensación de que es un trabajo más oscuro que los EP’s. ¿Lleva un mensaje unitario?

Estoy de acuerdo. Hay más oscuridad en algunas canciones. No quiere decir que me lo haya propuesto ni nada por el estilo. Supongo que no es algo que pase de la noche a la mañana: Ay, qué dark me he despertado, voy a hacer un disco un poco más oscuro y tal… Quizás ese registro que ya estaba en algún lugar, aparece sin necesidad de tener coherencia estilística con lo anterior. RÍO–el EP anterior a NIT- igualmente tiene bastante sombrita también. Me gusta cuando la música es capaz de contener opuestos y no se pone solemne. La música más alegre que no se pone naif, que tiene su toque ácido o irónico. Y por el lado opuesto, lo mismo: la música muy tremendista de corazones desgarrados que se toma muy en serio a sí misma también tiene problemas para mí.. Por supuesto que esto no aplica a todos los géneros.

Creo que el disco se grabó parcialmente durante tu última gira por España. ¿Qué recuerdas de aquellos días?

Para nada, para nada (risas). El disco se grabó en Buenos Aires durante el 2016. En mi última gira por España, recorrí varias ciudades por Galicia, Asturias, País Vasco, Catalunya, Madrid y etc. Fue todo en tren, medio de transporte del cual soy muy fan. Como me pasé muchas horas sobre rieles, ahí maquinaba bastantes cosas y organicé notas, servilletas y documentos que fueron algo así como la pre-producción de NIT. También hice un video con los distintos paisajes desde la ventana del tren para mi cover de “A Certain Softness”. Está por ahí.

Reescuchando tu primera maqueta, creo que el sonido de entonces apostaba más por lo lo-fi.¿Consideras este un disco de ruptura?

Pony Feelings era tan lo-fi que incluso la canción que le da nombre al álbum está grabada en el lavabo de mi casa con un programa cutre, mic del ordenador sin enchufar nada. Otros temas de ese disco los grabé en Barna, otros London, otros en Buenos Aires. Las ciudades por donde estaba yendo y viniendo y donde aparecían esas primeras canciones. Eran grabaciones que no estaban destinados a conformar un disco desde su concepción. Pero de pronto fui haciendo un collage, un relato que tenía sentido para mí, porque las grabaciones eran igual de nómades que yo en ese momento. No hay mucho plan detrás. Que NIT explore otro sonido y esté más producido tampoco es parte del plan, es una nueva necesidad y lo que tuve ganas de probar esta vez. Considerar si algo rompe o no con lo anterior es algo que solo te lo puede decir el paso del tiempo. Porque no tengo idea si mañana o pasado vuelvo con el Pony Style….

Tu carrera previa se ha movido entre Argentina y Barcelona. No sé si el hecho de haber trabajado en los dos territorios ha tenido incidencia en el sonido. ¿Cuándo empezaste tu proyecto musical? Respecto a los orígenes, ¿qué movimientos de diferenciación más claros ves?

En 2010 toqué por primera vez en ambos lugares. En Barcelona toqué en El Colmado y en Buenos Aires en La Castorera, dos lugares que ya no existen más para música en directo.. La Castorera fue demolido y El Colmado hoy en día es un almacén de electrodomésticos de segunda mano con las persianas abajo…. Toqué sola con la guitarra en esos primeros conciertos y durante algunos años y también con invitados amigos, pero todo muy acústico y minimal, no en formato banda, eso vino después..

Volviendo al sonido, para llegar a él  ha habido un evidente trabajo de investigación: has trabajado con nuevos instrumentos y has introducido novedades en cómo suena todo. ¿Qué te llevó a esa necesidad de cambios? ¿Y qué fue lo más complicado a la hora de llevarlos a cabo?

Sí, trabajar de forma independiente te da la posibilidad de hacer algo y volver a empezar, de no depender de nadie que te esté marcando los tiempos del proceso. Por eso la posibilidad de probar distintas versiones de cada tema, instrumentos o cosas con libertad absoluta y poder dar marcha atrás o volver a dar forma al trabajo cuantas veces sean.  Este es un disco que tiene mucho trabajo previo de pensar de qué podían vestirse las canciones.. Y así y todo, hay algunas con las que probé versiones completamente distintas hasta que me convencieron. Fue más de un año de trabajo.

¿Tienen que ver los matices electrónicos con la música que escuchas? Como oyente, ¿en qué andas actualmente?

Los matices electrónicos aparecieron de forma bastante natural, experimentando… Y cuando los empezaba a probar y mi cabeza se movía de arriba a abajo sutilmente como perrito de taxi, ok, entonces funcionaban… Así de profundo fue el criterio. En qué ando como oyente estos días…  Rancheras mexicanas y The Clash.

Al uso de sintetizadores incorporas las ‘caipiras’ del sur de Brasil y, algo que me llama especialmente la atención, la utilización de instrumentos creados por uno de tus colaboradores, Federeico Joselevich. ¿Qué fue lo más destacado de su uso? ¿Adaptaste los temas expresamente para que sonase de algún modo en concreto?

Federico Joselevich es un amigo genial, inventor y artista tech. Compartimos doble identidad Barcelona-Buenos Aires, además! Visitar su taller porteño es una experiencia del tercer tipo… Ya habíamos trabajado juntos en un concierto experimental, “Disastro”, hace algunos años.. Él tenía esos instrumentos gigantes y ambos queríamos ver cómo funcionaban en el disco.. El tubodroide es un instrumento de 22 tubos de bronce que se toca con un sistema de resortes electrónicos y el hidrórgano es una esfera de acrílico, con un teclado que activa unos chorros de agua que golpean las placas de bronce que hay adentro. El sonido es amplificado por micrófonos subacuáticos de contacto. Yo enloquezco cual niña con sus inventos. Fui más feliz tocando los instrumentos de Fede que cualquier otra cosa, lástima no poder transportarlos para tocarlos en directo porque son como naves espaciales y ahora están desarmados. Creo que solo los tocamos dos o tres músicos en total. Soy privilegiada. Eso es por tener amigos marcianos.

Ademas de componer y tocar también te has encargado de la producción del álbum y de su producción. ¿Hasta qué punto es importante para ti mantener el control creativo de la obra? artística. ¿En qué parte el proceso has aprendido más?

Trabajar en la producción de material propio es intenso porque no dejas de trabajar en ningún momento del día. Es posible que esté exagerando un poco pero sí, te llevas el disco puesto en la cabeza a todos lados … No solo en relación al sonido y a la concepción del disco si no a todo.. La producción es fascinante y es una agonía porque la última palabra es propia y eso a veces puede producir insomnio entre otros males.

Nit incorpora canciones también en portugués. ¿En qué te ha influenciado la música brasileña a la hora de fijar tus canciones?

Mira, siempre que salgo de casa de mis padres, bajo las escaleras del metro Ciutadella- Vila Olimpica y me encuentro a mí misma tarareando alguna brasileireada en el andén. Muchas veces eso es lo que suena en mi casa familiar y de pequeña es la música que escuchábamos sin parar… Yo cuando empecé a cantar, cantaba solo en portugués. Empecé a estudiar ese idioma a los 13 años en un lugar en Passeig de Gràcia, me acuerdo. Muchos años después, me saqué un título para poder dar clases. Mis padres no terminaron de entender el súbito fanatismo idiomático… Me lo tomaba todo muy en serio. Pasé un verano de mi adolescencia en Brazil con el que había sido mi profe, instalada con su familia. Mucha feijoada y mucho culebrón del mediodía con música regional de allá. Un tiempo después viví en Lisboa y me preguntaban de qué parte de Brazil era… Locura.

Y el hecho de moverlo entre diferentes países, ¿qué hándicaps te trae a la hora de moverlo? ¿Supone un inconveniente no estar radicada de manera permanente en un mismo contexto musical?

Para el directo siempre fue más divertida la posibilidad de que salieran cosas en ambos lugares, por la posibilidad de tocar con distintas formaciones y amigos. La auto-gestión y auto-promoción siempre es un hándicap y eso no tiene tanto que ver con dónde estés, si no con el sistema en el que vivimos en el que todo se mueve  por intereses económicos que se comen todo…  Entonces mover el disco de forma completamente independiente es lo que te da esa libertad para hacerlo como decidas sin que te estén marcando las formas, la agenda y un largo etc… La autogestión es muchas veces lo que te permite hacer las cosas a tu manera y esa libertad a la hora de producir. Ahora que la gente llegue a tu música es muy azaroso porque no eres negocio y tampoco estas en una escena indie concreta de referencia para la gente. No sé si me explico…

El colorista vídeo de The Love Life of an Octopus, uno de los platos fuertes de su nuevo trabajo

Uno de los elementos destacados del disco es el clip que has presentado para The love life of an octopus, clip dirigido por Natasha Braier y Nico Casavecchia. ¿Cómo llegáis a la idea del clip? ¿Qué tenía el tema para escogerlo como single?

Tenía la posibilidad de filmar debajo del agua! Supera ese plan con el calorazo tropical de Barcelona en Agosto!.. Es una tema que permitía mucho juego a la hora de producirlo porque tiene distintos tempos, es un juego rítmico constante la canción así que fue el primero que decidí grabar. Además cuenta la historia de un pulpo luchando contra cangrejos disléxicos, expulsando tinta para defenderse de sus depredadores.  En el video aparecen todas las imágenes de la canción, como el pulpo camuflándose y cambiando de color para sobrevivir en el fondo del océano.

Creo que el clip se rodó con iphone 6 bajo el agua, e incorpora las criaturas creadas por Casavecchia. ¿Cómo llegáis a ese imaginario?

Con Natasha y Nico -los directores- venimos colaborando hace mucho tiempo. Cuando lancé mi primer trabajo discográfico (“Pony Feelings”, 2011) rodamos en Barcelona el videoclip de You are So Apricot, la canción que cierra ese primer disco. En “The Love life of an Octopus” (single de “Nit”, 2017) se recrean las imágenes que aparecen en la letra de la canción. Nico, diseñó y animó esos bichos que interactúan conmigo en el agua,  interpretando casi palabra por palabra lo que la canción cuenta y sus personajes porque es una canción bastante narrativa. Trabajar con artistazos como ellos dos siempre es un lujo. A los tres nos gusta mucho y se nos da muy fácilmente. Creo que eso se nota cuando ves el video!

Escucha el nuevo disco de Flor Braier, NIT, en Spotify: