Cantante, poetisa, editora… parece que no hay género que se le resista a Gina Mobilio, cuyo álbum de debut salió a la venta el pasado 27 de Febrero, un trabajo que ya está presentando en varios locales de Estados Unidos, el último de ellos el Spike Hill de Brooklyn para el St. Patrick’s Day. Por RUBÉN IZQUIERDO. Fotografía de portada de BOB BLACK
- Tras pasar por algunos de los centros emblemáticos de la cultura antifolk estadounidense, Mobilio debutaba el pasado mes de Febrero con Razor Behavior
- Mobilio ha colaborado en varios medios como redactora, completando su trayectoria como poetisa y escritora
Empezamos semana con las primeras escuchas para lo nuevo de Gina Mobilio, cuyo álbum de debut salió a la venta de manera oficial el pasado 27 de Febrero. Mobilio consumaba así una trayectoria vital siempre apegada a Nueva York, donde ha desarrollado hasta la fecha su desarrollo artístico, ya sea como cantante, compositora o poetisa, además de cimentarse un notorio prestigio como redactora en varias publicaciones de ámbito estatal, curtiéndose un nombre a través de conciertos acústicos, lecturas de poesía y demás formas de manifestación artística y cultural.
Ese carácter pluridisciplinar es uno de los primeros elementos que llama la atención de nuestra protagonista, a la que se le adivina una notable formación artística y una sensibilidad que lleva más allá de sus temas, haciéndolo evidente en la lectura de su blog personal, que complementa en parte su obra creativa, o en el mimo con el que ha desarrollado ésta. Y es que antes de la edición de su álbum de debut, Mobilio ya era una habitual en la escena independiente de la Gran Manzana, con paso por centros neurálgicos de la cultura alternativa como The Living Room o Cafe Vivaldi y templos casi icónicos como el Sidewalk Cafe o el Bowery Electric, además de ser invitada a convocatorias del prestigio del Antifolk Festival, alternando siempre esa doble faceta de cantante y compositora con la de escritora y poetisa.
Su faceta como artista la completa, tal y como comentábamos en el primer párrafo, su rol como colaboradora en varias publicaciones de peso, habiendo firmado en medios como Bullet Magazine, American Songwriter Magazine o American Cheerleader Magazine, poniendo ahora a prueba el prestigio alcanzado con la edición de Razor Behavior, trabajo para el que firma todas las canciones -salvo Dino Crush, con créditos compartidos junto a Brian Fitzsuosa- rodeándose de una banda completada con Charles Mansfield (guitarra), Ben Pagano (piano) y Julian Samal (saxo).
Cuenta Mobilio que su álbum de debut cuenta con la influencia de los trabajos compuestos y producidos por solistas femeninas en la década de los 40, en un trabajo en donde los contrastes -el bien y el mal, lo sano y lo sano o lo incorrecto y lo incorrecto escenifican esa doble vertiente de la vida-, dándole a ese Razor Behavior, y a la irónica portada que acompaña el debut, un peso evidente a todo el LP.
La formación literaria de nuestra protagonista hace prácticamente obligado que el peso de las letras en el disco fuese importante. Y es que nuestra protagonista acumula una sólida formación en poesía -estudió en el Marymount Manhattan College, publicando varias de sus poesías en revistas de prestigio.
Con todo, el debut de Mobilio confirma su capacidad para alternar sus dos principales vertientes artísticas, teniendo en el título homónimo su mejor carta de presentación, un tema rotundo centrado en asuntos serios -la capacidad para autodestruirnos, esas cosas- que hace de nuestra protagonista de Nueva Jersey un nombre a seguir.
El resto del álbum mantiene el tono por más que debamos consagrar a Razor behavior como su mejor canción, haciendo de este debut un lanzamiento fresco, a tener en consideración dada la enjundia que encierra el mismo, y que nos hace retener su nombre, más allá de las virtudes del álbum, que las tiene, por todo lo que se intuye que resta por venir.