Este trío afincado en Brooklyn publicaron el pasado año su segundo álbum, Prom, un trabajo que podría considerarse de catarsis para la propia banda, especialmente para el vocalista, Travis Johnson, que utiliza la música como terapia para su transtorno obsesivo compulsivo. El disco, mezcla de pop con electrónica y con un sonido algo tenebroso, suena, sobretodo, muy bello. Por NORMA SOLANO

  • Los miembros de Grooms se conocieron en 2004, pero no fue hasta 2009 cuando publicaron su debut
  • Rejoicer y Prom son dos trabajos muy distintos, que muestran dos estados de ánimo de la formación
  • La banda es muy activa en lo que se refiere a directos, aunque su escenario habitual es Nueva York.

Los miembros de Grooms, en una imagen promocional

Poco imaginaban Travis Johnson (voz, guitarra) y Emily Ambruso (voz, bajo) cuando se conocieron en la red social Friendster que el destino les llevaría hasta aquí. Tal y como cuenta el sello discográfico responsable de la edición de sus álbumes,Kanine Records, se conocieron ‘ridículamente’ en la red y se encontraron en persona en una fiesta de San Valentín en Oklahoma unas semanas después.

Muy pronto empezaron a hablar sobre pop y música experimental, y poco tiempo después se mudaron a vivir por separado en Nueva York y a escuchar mucha música encerrados en sus dormitorios. Allí pronto conocieron a Jim Sykes (batería) pero no empezaron a tocar juntos hasta unos años después, con la publicación del álbum debut de Grooms.

[youtube id=»ks6M__8nP9E» width=»600″ height=»350″]

Rejoicer, así se llamaba el álbum, se trataba de un trabajo oscuro y ruidoso y con letras tormentosas, en el que Travis se centraba en el TOC que le había sido diagnosticado de adolescente y lo convertía en algo perturbador.

Dos años después, el trío publica Prom, un álbum con el que dan un giro de 180º en lo que a estado de ánimo se refiere. La inquietud y la oscuridad se convierten en belleza y armonía, y, aunque el álbum no se podría considerar poppie, el ruido deja paso a sonidos mucho más pop , a letras serenas y a la búsqueda de la melodía.

En su segundo trabajo, las letras sobre enfermedad se dejan acunar por las melodías, una de las obsesiones de Travis y Emily en este segundo trabajo. Prom fue grabado en Philadelphia, y la banda durmió en el estudio durante toda la grabación, para poder entrar completamente en el álbum y experimentar con sonidos que no habían probado antes.

El resultado es este álbum, un álbum en el que se experimenta con nuevos estilos y con el que se invita al público a estar feliz y a estar triste, a veces inquieto, pero sobretodo, a dejarse llevar por la belleza de la serenidad.

De las portadas de los dos álbumes se deduce la diferencia de estilos