Después de un breve descanso, vuelvo a la carga. En este tiempo hemos dicho adiós a la violetera que más fumaba -y que disfrutó de un brunch con la mismísima Marilyn Monroe– a un gran pensador y humanista, al que en nuestro país azul y nada multicolor no le dieron la importancia merecida hasta un día después de su muerte y a la brillante actriz Mariví Bilbao, a pesar de su participación en esa serie incomprensible conocida por todos. A sabiendas de que esta no es una columna de opinión y/o sociedad, no voy a inundaros de fotos de los susodichos. Pero sí con otras que ilustran lo que enlaza a todos estos personajes: La igualdad.
Según la RAE (hay que ver como me gusta a mi este librito) su definición exacta en la acepción – de la ley es: Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
En cuestiones de fotografía, la igualdad es manejada a antojo del productor de ésta. Las imágenes se manipulan no sólo estéticamente, sino también de contenido. Arguyendo diferentes elementos, nos transmiten el mensaje que creen el adecuado, despojando de neutralidad el mensaje. Esto no siempre se realiza con cierta sutileza, aunque sí con cierta picardia. Lo que mejor ilustra este ejemplo, es la portada de un periódico venezolano que informa a su pueblo sobre la amplia mayoría de 1,59 puntos que le da la victoria a su nuevo presidente. Si vamos más allá y comparamos las fotos de los candidatos, no hay parangón. Mientras el ganador luce más grande, retocado y profesional, el perdedor parece más bien un seguidor de Moto GP que un candidato a la presidencia de un país. Igualdad.
Cambiando de campo, pero siguiendo en la misma línea, nos encontramos con Amina Tyler, activista tunecina del grupo Femen. Bien, esta mujer, un día decidió aportar su granito de arena para conseguir la igualdad de derechos de la mujer en su país, y colgó en su perfil de Facebook dos fotografías suyas con el torso desnudo y escrito con mensajes reivindicativos sobre la propiedad de su cuerpo y la moral impuesta. Resultado: al imán correspondiente no le pareció del todo buena idea la iniciativa y ha emitido una condena de cien latigazos y una muerte por lapidación. La familia la recluyó a la fuerza en su casa, la mantuvieron medicada, alegando que todo había sido fruto de una enfermedad mental y otras barbaridades. Por suerte, la última noticia que se ha filtrado, es que la activista ha conseguido escapar de su casa y relata en un vídeo a través de Skype el infierno que ha pasado. Todo muy de la igualdad del siglo XXI. Si os interesa saber algo más sobre el tema, mi compi en Shook Down Lara Newell, ha hecho un seguimiento en su blog personal y un fanzine estupendo proAmina que podéis ver aquí.
Evidentemente, estas medidas desproporcionadas y paleolíticas, han provocado una muy justificada avalancha en los perfiles de la red social llamada Free Amina y manifestaciones pro derechos, tal y como recogemos aquí:
Por curiosidad, he tecleado “igualdad” en el buscador de imágenes de Google, y para mi sorpresa, la gran mayoría de resultados son dibujos sobre hombres y mujeres, o los símbolos que los definen. Lo que hace que me plantee una pregunta: ¿Es que el término de igualdad sólo es aplicable a los géneros? Por rizar el rizo, he tecleado en el buscador “igualdad de género” y entonces sí. Han aparecido perlitas como estas.
Parece ser que la igualdad entre hombres y mujeres sólo se debe dar en el trabajo. Porque está claro que todos los hombre trabajan en oficinas y ocupan puestos directivos y la ansiada igualdad de la mujer es ocupar esos puestos. De ahí que la estética utilizada para ilustrar dicha igualdad sea el típico traje oscuro de chaqueta para ellas y con corbata para ellos. Si nos vamos a la expresión corporal, las mujeres debemos adoptar posturas rígidas y serias y gestos de estoy-amargada-y-abrumada-de-tanto-trabajo-y-no-me-da-tiempo-a-hacer-la-cena, para ser consideradas en igualdad. Mejor no voy a escribir lo que pienso de la que nos muestra que la igualdad de la mujer en el trabajo oficinístico llegará en forma de traje rojo (color por antonomasia de la erótica y la seducción) melenón rubio y escote sugerente, inclinada sobre el “pobre hombre” reprimido y aleccionado. Ni que decir tiene que estas imágenes pertenecen a imágenes corporativas y/o diferentes campañas de igualdad.
Para terminar, os voy a contar una anécdota personal. He asistido a un curso/charla/coloquio de formación laboral impartido por dos mujeres responsables de la selección de personal de una gran compañía, organizado por una asociación (muy conocida y presente en la sociedad española) especializada en la integración laboral de la mujer.
Durante dos horas, me han enseñado como superar una entrevista de trabajo y a adaptarme al entorno laboral en el que desempeñe mis funciones. Como he aprendido tanto, me parece injusto quedarme estas enseñanzas sólo para mí, así que aquí os las dejo (reproducidas textualmente) por si os sirven tanto como a mí:
- Si debido a una “situación especial” (refiriéndose a las víctimas de violencia de género) no habéis podido trabajar durante un largo período, no lo contéis en el trabajo, por que no os podréis integrar. ¿Por qué? Por que a la gente les gustan las vidas normales. Y solamente se integran quiénes la tienen.
- Si vais a una entrevista de trabajo y en vuestro Currículum Vitae, hay un vacío de fechas en las que no habéis trabajado por haber vivido una “situación especial”, omitid esa información. ¿Cómo? Para nosotras, las mujeres, es fácil: decid que habéis estado cuidando de vuestros hijos. (ni se ha mencionado a las mujeres “de situaciones especiales” que no son madres, ni por supuesto, una alternativa para ellas).
- En una entrevista de trabajo no mintáis nunca. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.
- Revisamos los perfiles que podáis tener en cualquier Red Social, independientemente del puesto que vayáis a desempeñar. Así que evitad las fotos en bikini, con la cerveza en la mano o poco apropiadas. Y si ese comentario que nos puede parecer fuera de lugar, lo puedes hacer cara a cara tomando un café con tu amigo, no lo publiques en ningún muro. Es mejor si no tenéis perfiles. Las redes sociales son un horror.
- Las empresas no quieren saber nada de las personas reivindicativas, con carácter o seguridad. Para nada.
Todo lo que habéis leído, no es fruto ni de mi imaginación, ni de la vuestra. Real como la vida misma. Bienvenidos a la nueva era.
*No podía terminar del todo, sin enviar desde aquí mi más sincero apoyo a la ciudad de Boston.