Aunque estaba filtrado desde hacía unos días, The Joy Formidable estrenan al fin su esperado disco de continuidad, Wolf’s Law. La formación galesa ha optado por un trabajo continuista, resuelto gracias al carisma de su solista -espléndida Ritzy Bryan- y a la contundencia de un sonido ya consolidado, que mantiene las líneas maestras de su entrega anterior, introduciendo algunos cambios que el tiempo dirá si servirán para abrir una nueva etapa en su fortalecido sonido. Por RUBÉN IZQUIERDO
- Esperado segundo disco, con el que repiten formula, para The Joy Formidable tras el celebrado The Big Roar
- El lanzamiento llega con la banda galesa disfrutando de una enorme popularidad, disparada tras sus mediáticas giras con Foo Fighters en Estados Unidos y Muse en Europa
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Había ganas de volver a disfrutar de nuevos temas de The Joy Formidable. La banda venía de dos giras grandilocuentes, abriendo para Foo Fighters en Estados Unidos y para Muse en Europa, participando además en varios festivales de postín como el de Reading o Glastonbury, ejemplos de lo bien que funcionó su anterior propuesta. Quizá por ello muchos estábamos atentos al regreso de los tres galeses (Ritzy Brian, vocalista, y Rhydian Dafydd y Matt Thomas), grabado a caballo entre el País de Gales y Estados Unidos, sobre todo para acabar de comprobar hasta donde llevarían el discurso de su anterior propuesta, cuando protagonizaron uno de los debuts más enérgicos de un tiempo a esta parte.
En cualquier caso, The Joy Formidable están de vuelta, y esa es una noticia extraordinaria para los que caímos rendidos a los pies de su fogoso debut, el notable The Big Roar. Había pues ganas de ver hasta donde podría la banda liderada por Ritzy Bryan repetir la fórmula y hacer de su regreso una vuelta a la altura de su trabajo anterior, en la siempre complicada tarea de dara réplica al debut resuelto con aplauso de crítica y público, aquello que en USA llaman con gran pompa sophomore.
Ya en This ladder is ours se percibe la intención de The Joy Formidable de mantener muy alto el listón, logrando mantener el equilibrio perfecto entre la dulzura de Bryan y el derroche instrumental de la formación, que sigue exhibiendo fuerza y carácter en todos y cada uno de los tracks que integran el disco, un despliegue quizá más contenido que en The Big Roar pero igualmente, cayendo en la licencia, formidable.
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¿Caen en la repetición con Wolf’s Law? Algo hay, quizá por aquello de que la fórmula funcionó a las mil maravillas con The Big Roar, lo que ha hecho reducir el margen de riesgo en esta operación retorno, que sigue teniendo en la solidez de su sonido -guitarrazo puro- uno de sus principales leit motiv, por más que dé la impresión de contener el despliegue, alzándose espléndido en ciertos momentos, como en algunos pasajes de Tendons, donde tensan al máximo el músculo instrumental en sus pasajes más celebrados, apelando a la emoción y a la épica de un modo nada grandilocuente.
Entremedio, ciertos instantes de pausa que le sirve a los de Gales para darnos un descanso relativo, ya que la hiperactividad se mantiene en temas como Little blim o Bats, marcando en momentos como los de Silent treatment la pausa comentada, respiros que le viene bien al disco, excepciones a una fórmula que bebe en parte de un shoegaze contundente y de una solidez pétrea, reforzada por el carisma de su vocalista y por la (auto)consciencia de ser una banda necesitada de exhibir sus señas de identidad.
Es precisamente Silent treatment, quizá junto el arranque engañoso de Maw maw song, que recupera a los pocos segundos el volumen alto de la propuesta donde se perciben los (ligeros) cambios planteados por The Joy Formidable para su retorno. Maw maw song, que empieza con suaves punteos, acaba convirtiéndose en uno de los temas más épicos del trío, un crescendo continuo que le da a Ritzy Bryan la opción de elevarse sobre sí misma, alzada por la contundencia guitarrera y ese maw maw fijado casi como una escalera a través de la qual Bryan sube y sube a lo largo de todo el track. Al que le guste la fórmula Formidable el tema le resultará de lo mejor del álbum.
Más tranquila es The Leopard and the lung, situada poco antes del final, con The Hurdle entre dos aguas y la conclusiva The Turnaround, una de las más novedosas en cuanto a estilística, apuntando quizá a nuevos horizontes. Por ahora nos queda el peso de la lírica, que sigue a un altísimo nivel, y su gusto por dibujar instantes con cierta carga épica, una fórmula que hasta la fecha les ha funcionado muy bien y que habrá que ver hasta donde saben llevar.
Escucha el álbum de retorno de The Joy Formidable en Spotify: