Las canciones recuperadas de Molly Drake, también en vinilo

Las canciones recuperadas de Molly Drake, también en vinilo

Este año se cumplen 40 años del adiós de Nick Drake. Coincidiendo, casi, con la efeméride, a finales del año pasado el sello Squirrel Things Recordings publicaba en vinilo el disco que recopilaba las grabaciones caseras de su madre, Molly Drake. El disco fue definido por Joe Boyd como el eslabón perdido necesario para acceder al universo musical de Nick Drake, un trabajo de notable impronta personal que nos recupera el repertorio perdido de su madre, una de las primeras personas en apostar por el talento de un artista hoy de culto que, cumpliendo la máxima de artista maldito, no supo encontrar en vida el reconocimiento que su impresionante obra merecía. Por RUBÉN IZQUIERDO

La recuperación de las grabaciones de Molly Drake ha contado con la implicación de personas muy próximas a Nick, como su hermana Gabrielle -su testimonio ha sido clave para aclarar ciertos puntos de su introvertida personalidad, lo que le ha convertido en ua persona esencial en la progresiva recuperación historia del legado de su hermano-, o el ingenerio de sonido John Wood, una de las personas con las que trabajó más intensamente. Este relanzamiento en vinilo, llevado a cabo a finales de 2013, será en realidad uno de los mejores modos con que se podrá homenajear la figura de Nick Drake este año, coincidiendo con los primeros 40 años desde su muerte, cuando una sobredosis segó su vida en Noviembre de 1974… curiosamente en casa de sus padres, a donde había vuelto en busca de refugio después de una carrera sin suerte comercial, trufada por 3 discos de estudio ignorados por la crítica en su momento (el más personal, el último de ellos) y varias pericias emocionales, marcadas por la depresión

Molly Drake, en una fotografía de la época

Molly Drake, en una fotografía de la época

Nicholas Rodney Drake nació el 19 de Junio de 1948 en Birmania. En vida apenas conoció el éxito a nivel comercial, ganándose con el paso del tiempo la fama de culto de la que disfruta hoy, hasta el punto de que está considerado como uno de los más grandes de siempre del siglo pasado. Hace meses la reedición de algunas de las canciones de su madre ponía luz a los orígenes musicales de Drake, compartiendo ciertas referencias en su universo musical.

Los primeros pasos musicales de Drake (el hijo), llegaron gracias a sus aptitudes con guitarra, piano, clarinete y saxofón. Todo aquello le valió para ganarse un contrato con Island Records a los 20 años, entregando en 1969 el primero de los tres álbumes que publicó en vida, Five Leaves Left. Ninguno de los tres amasó grandes fortunas -incidiendo muy poco en la crítica del momento-, aunque aquella no fue la principal batalla de Drake. Y es que Nick tuvo que hacer frente al insomnio, a ciertas adicciones y a las depresiones a lo largo de toda su vida, algo que en cierto modo se reflejaba en el tono de sus canciones, compartiendo el citado y desgarrador tono melancólico de sus canciones con las reeditadas de su madre Molly.

Al hogar paterno en Warwickshire volvió en 1972, dos años antes de morir, poco después de completar su tercer disco de estudio, Pink Moon. Su infancia la pasó en la ciudad inglesa de Tanworth-in-Arden, a pocos kilómetros de Birminghan. Sus estudios universitarios los inició en Cambridge, aunque no los acabó, abandonándolos en favor de la música, a la que trató de dedicarse hasta los 26 años, cuando una sobredosis de antidepresivos acabó con una carrera que tardaría años en verse reconocida.

Su paso a Cambridge lo consigue en 1966, logrando una beca para estudiar literatura en el Fitzwilliam College de la Universidad de Cambridge, a donde accedería un año más tarde, tras pasar seis meses en la universidad de Aix-Marseille de Francia. Allí tuvo sus primeros coqueteos con las drogas (cannabis y LSD, sobre todo), instalándose en Hampstead, Londres, junto a su hermana poco antes de ingresar definitivamente en Cambridge.

Con una vida social más bien discreta en la Universidad, Drake conoce allí a Robert Kirkby, encargado de orquestar los arreglos de cuerda y viento de sus dos primeros discos, en un momento en el que Drake se abraza a la escena folkie británica, arrancando un primer período musical de clubes y colaboraciones. Fue así como llega a Joe Boyd, propietario de Witchseason Productions, empresa vinculada a Island Records, convirtiéndose en una suerte de mentor. Boyd fue el primero en apostar por él tras escuchar sus primeras maquetas, convirtiéndose en una de las personas claves en la carrera del primer Drake, quien acabaría por debutar formalmente en 1968 con Five Leaves Left.

Los preparativos de su primer álbum le alejaron un poco más si cabe de la Universidad. Las sesiones de grabación se llevaron a cabo en Londres, lo que le hacia ausentarse de sus clases, perdiendo poco a poco el interés por completar sus estudios en Cambridge. Para reforzar su sonido, Boyd completó un pequeño equipo de trabajo de la escena folk londinense, reclutando a Richard Thompson (Fairport Convention) y a Danny Thompson (Pentagle), así como a John Wood (ingeniero) y Richard Hewson (arreglista).

Drake, en un retrato promocional

Drake, en un retrato promocional

Los inicios no fueron fáciles, lo que acabó por costar algunas tensiones entre músico y productor, sobre todo a la hora de enfocar el directo -una batalla perdida de antemano, que acabó por derivar en una política de directos más que discreta, negándose a tocar en muchas ocasiones, decisión que poco después se tornó definitiva-. Boyd finalmente accedió a algunas de sus presiones: la más importante, la que acabó por provocar la salida de Hewson en favor de Kirby, una petición explícita de Drake, que supo hacer valer su posición pese a la inexperiencia de Kirby, si bien los arreglos de River man acabaron siendo desarrollados por Harry Robinson, veterano compositor que acabó de completar el proceso.

El primer disco de Drake, que llegó tarde y no fue promocionado demasiado bien, alcanzó poca repercusión mediática en el momento de su estreno, lo que acabó por decepcionar a Drake.

En 1969 se instaló en Londres, durmiendo en sofás de conocidos o en el suelo de sus casas, lo que incomoda a Lloyd, quien no  podía localizarlo en muchas ocasiones, hasta el punto que acabó por buscarle él mismo una habitación. Aquel fue un período bastante intenso en su carrera, tocando para John Peel en la BBC, participando en algún festival y en varios clubs folkies de Birminghan y Hull, donde no acabó de seducir al público… algo que acabaría teniendo consecuencias decisivas en su carrera musical, ya que Drake, con el tiempo, acabó por no realizar presentaciones en directo (ni entrevistas), reduciendo así las posibilidades de consolidar su propuesta musical a gran escala.

En 1970 presenta Bryter Layter, y repite con buena parte del equipo de su primer trabajo, modificando algunos aspectos del estilo pastoral de su primer álbum, incorporando bajo y batería a la propuesta, contando además con la colaboración especial de John Cale en dos temas, ente ellos Northen sky, seguramente la canción que más popularidad tuvo en su momento de las compuestas por Drake. Los buenos augurios por hacer de aquel el álbum que le consagrase volvió a topar con la realidad, vendiendo menos de 3000 copias, abriendo un nuevo proceso depresivo en nuestro protagonista, agudizado pro la marcha de Boyd a Los Angeles, previa venta de Witchseasons a Island Records.

Aquello lo cambió todo. A sus problemas depresivos se le añadió la intención de Island Records de que se involucrase más en la promoción de su obra, algo a lo que Drake, por entonces bastante enganchado al cannabis, se negó a hacer, encerrándose en si mismo hasta 1971, cuando empezó a trabajar en el que sería su último disco, Pink Moon.

El disco, integrado por 11 temas, refleja el calvario emocional de Drake en aquella época. Las 11 canciones del disco eran breves y sombrías, y el disco apenas llegaba a los 28 minutos de duración, en un trabajo de corte más minimalista… algo que no ayudó a que aumentaran las ventas. Si bien logró críticas favorables, el número de discos vendidos fue bajo, un pequeño gran drama agudizado por su negativa a conceder entrevistas, una norma solo quebrada con la entrevista concedida a la revista Sounds.

Enormemente deprimido, y convencido de que su carrera llegaba a su fin, Drake volvió a casa de sus padres en Far Leys en búsqueda de refugio. Aquella fue una etapa muy difícil para Nicholas Drake: sin apenas recursos económicos, en pleno proceso depresivo y alejado cada vez más de sus amigos. En 1972 sufre una crisis nerviosa, que le cuesta una hospitalización, dando nuevas y preocupantes señales sobre su estado anímico y vital.

Dos años después deja de recibir dinero de Island y trata de poner en marcha su cuarto disco de estudio, aunque su estado fue a peor pese a viajar hasta París por tal de contactar con Françoise Hardy, colaboración que no llegó a concretarse, sobre todo por sus problemas patológicos de timidez, que hizo de su encuentro un fracaso total. Drake ya no llegaría con vida a 1975: el 25 de Noviembre del 74 fallecía en su hogar paterno debido a una sobredosis de amitriptilina, un tipo de antidepresivo que consumió en mitad de la noche, en lo que fue considerado un suicidio, pese a que personas de su entorno como el propio Boyd lo vean más como un accidente.

Los Drake, siempre relacionados con la música

Los Drake, siempre relacionados con la música

Su muerte no implicó, como en otros casos, un aumento de ventas y su música continuó siendo poco conocida durante los 70. Rob Partridge, un fanático de Drake que le vio en directo por primera vez en 1969, se unió a Islands para lanzar el box Family Tree, una suerte de retrospectiva que incluía sus tres álbumes y cuatro canciones adicionales grabadas en el año de su muerte, así como algún que otro tema inédito y una amplia biografía… que volvió a pinchar en ventas, forzando su descatalogación en 1983.

A mediados de los 80 su figura empieza a ser reivindicada, se reedita Family Tree e incluso aquella cuarta pieza ve la luz en solitario, bautizada como Time Of No Reply. Varios documentales y el uso por parte de una marca automovilística contribuyen decisiviamente, en hacer llegar su nombre al gran público, el mismo que le dio la espalda durante sus años más difíciles.

Treinta años después de su muerte aparece Made To Love Magic, disco que incluía grabaciones inéditas, con la presentación en exclusiva de uno de sus pocos temas no publicados hasta entonces, Tow the line, convertido a la postre en uno de sus temas, ironías del destino, con mayor recorrido comercial. Y eso nos lleva a 2013, con la publicación del disco de su madre, impulsado por gente de su entorno, recuperando aquí a un trabajo definido como clave para acabar de entender su sonido.

El último homenaje de Boyd y Wood
La edición de las canciones de su madre fueron en parte el último homenaje de dos de las personas que más y mejor conocieron a Drake en vida. El disco, que ha contado con una reedición este 2013 vía Squierrel Thing Recordings, incluye una serie de canciones de la madre de Nick, nunca publicadas previamente a este trabajo de arqueología musical, llevado a cabo desde el amor y el respeto por John Wood, en un trabajo que Joe Boyd ha señalado como el eslabón perdido en el sonido de Nick Drake, un trabajo esencial a la hora de conocer la biografía musical de Nike, y que ha contado igualmente con la implicación de su hermana Gabrielle.

El resultado es un intenso trabajo musical que añade algo de luz a los clarooscuros que han acompañado a Nick durante todos estos años. Las grabaciones de su madre Molly Drake nos recuperan a la persona que seguramente más creyó en él durante su infancia, en un trabajo que vio la luz primeramente con una pequeña tirada en CD, agotadísima, y contó el año pasado con una nueva edición de lujo en formato vinilo, una edición limitada de 1000 copias, lanzada el pasado mes de Octubre.

Escucha el disco de Molly Drake en Spotify: