Era joven, así que tuvo sentido. Tenía 22 o 23 años y si vas a hacer algo como cargar una película a tus tarjetas hazlo cuando eres joven
Texto: Stygian Triplet
Fotografías: Clerks
El pasado 30 de noviembre se cumplían 20 años del estreno de Clerks en España. Veinte años de la que Cinemanía, entre otras publicaciones, consideró la película esencial de la Generación X, una mención tal vez excesiva para una película que triunfó por sorpresa, seguramente cuando ni sus propios impulsores tenían grandes esperanzas en recuperar los poco más de 25.000 dólares que se gastaron en su rodaje. A falta de homenajes mayores, el pasado otoño nos llegaba la noticia de que su banda sonora original se editaría por primera vez en formato vinilo, una compilación que incluía a temas como Leaders and followers de Bad Religion, Chewbacca de Supernova o Can’t even tell de Soul Asylum y que captaba bien la energía desprendida por el film en el momento de su estreno.
La historia es ya conocida. Kevin Smith celebró su 21 cumpleaños en Nueva York, viendo una película de la que había leído maravillas en el Village Voice. El joven Smith disfrutó mucho con el pase de Slacker, aunque al salir se prometió a sí mismo intentar hacerla mejor. “Puedo conseguir que la gente se ría más”, se dijo volviendo a casa la noche del 2 de agosto de 1991, sentando las bases para la película que le cambiaría su vida. El futuro director de películas como Dogma o Red State invirtió parte de sus ahorros en un curso de cine en Vancouver, aunque la experiencia salió regular y lo dejó a la mitad. De vuelta a casa Smith decidió empezar a escribir el guión de la película que marcaría su carrera. Su escuela sería la calle, o el mostrador en el que tantas horas se pasaba al día para ganarse la vida mientras llegaban tiempos mejores.
De aquel guión inspirado en parte en su experiencia como dependiente surgirían algunos de los elementos más reconocibles de su discutida filmografía, dejando una sucesión de sentencias y gags que terminarían por alcanzar una influencia mucho mayor a lo que él mismo se habría imaginado cuando empezó a realizarla. Smith estaba tratando de hacer, a fin de cuentas, la película que le gustaría ver y que nadie hacía, algo que le ha llevado sin ir más lejos a filmar películas como Tusk, estrenada a finales del año pasado en el Festival de Sitges con la que recuperó esa motivación por filmar lo que sabía que nadie rodaría.
Película con un presupuesto ligeramente superior al de Slacker, Clerks supuso algo así como un master en cine de guerrilla para todo el equipo técnico del film. Asumir los costes de realización le llevó a pedir cerca de 3.000 dólares a sus padres, vender su colección de cómics y extraer hasta el último centavo de sus tarjetas de crédito, amasando un total de 26.000 dólares. Las estrecheces de un presupuesto diezmado les llevó a innovar y buscar soluciones de emergencia, rodando cada noche en la misma tienda donde trabajaba por las mañanas, ensayando de mala manera en ratos muertos e insuflando al film una frescura rompedora en su momento que acabó convirtiendo los 26.000 dólares invertidos en casi tres millones sólo en Estados Unidos, completando además un destacado paso por el circuito de festivales de cine independiente. ¿Su botín? El premio al Mejor Director en el Festival de Sundance, menciones destacadas en el Festival de Cannes o tres nominaciones para los Independent Spirit Awards, llamando la atención del ya por entonces consolidado Harvey Weinstein, responsable de abrir al gran público el universo Clerks.
Como comentábamos, los elementos autobiográficos con los que Smith trufó la producción fue una de las claves en el carácter urgente que disfrutaba el film. Sobre todo ello reflexionaba en el segundo capítulo de Comic Books Mens, la serie centrada en la tienda de cómics que Smith compró hace unos años, poniendo de encargados a sus amigos del alma. En el segundo capítulo de la serie -CBM va actualmente por su cuarta temporada- Smith reflexionaba sobre esa decisión, comentando algunos de los porqués de los elementos de la trama. El hockey, en ese sentido, jugó un papel importante en la película porque lo disfrutaba también en su propia vida. “El hockey jugó un papel tan importante en mi desarrollo como persona que terminó en Clerks”, reflexionaba en el podcast introducido en la serie. “Aquello estaba en la película porque es lo que hacíamos en la vida real, era parte de nuestro mundo, y mantener vivo todo aquello ha sido importante siempre para mí. Es una forma de conectar con el pasado”, ampliaba antes de revivir el partido del hockey en aquel capítulo.
En otro tramo de aquel capítulo, titulado convenientemente Life after Clerks, Smith y los parroquianos del Stash aprovechan para echar un vistazo a los cambios que ha vivido la industria desde aquel ejercicio kamikaze con el que el autor de Jersey consiguió reunir el dinero para la grabación de Clerks. En un momento del capítulo un joven ligeramente parecido a Smith entraba en el Stash presto a vender su colección de cómics para reunir algo de pasta y así su primer largometraje. “Creo que ya no es tan fácil como antes” (hacer algo como lo que él hizo), apuntaba sobre los cambios relacionados con ese cine de guerrilla propiciados por la evolución tecnológica de estos últimos veinte años.
“Eso no implica que ahora sea más fácil rodar películas como Clerks, ya que la tecnología se ha democratizado y se fabrican cámaras que cualquiera puede usar. En nuestro caso, para grabar tuvimos que alquilar un equipo, luces, un Steenbeck para editarlo… Ahora puedes hacer todas esas cosas que hicimos desde un teléfono, lo que provoca que esté en las manos de cualquiera”. Por contra, el reto ahora es sobresalir y hacerse un hueco. “El problema está en la cantidad de gente que está haciéndolo, lo que hace que sea más complicado sobresalir. El sector está mucho más lleno de competidores, porque está abierto a todo el mundo”, zanjaba para cerrar su reflexión sobre la era que afrontamos ahora en lo referente a nuevas vías de producción cinematográfica, especialmente en el ámbito de las primeras películas de bajo presupuesto..
El mito que vino tras Clerks creó en cierto modo un precedente y ánimo a muchos jóvenes a realizar sus películas de bajo presupuesto. «En cierto modo era liderar a los tontos de las cámaras”
Un vistazo rápido a Youtube nos recupera varias ponencias de Kevin Smith en diferentes universidades de Estados Unidos. Son los años post-Dogma, una época en la que el cine del director de Chasing Amy no pasaba por su mejor consideración a nivel de crítica, pero en la que su ascendente en el público joven se mantenía intacto. Los años de Comic Book Men aún no habían llegado -aunque en alguna conferencia Smith ya aludía a su amistad con Brian y Walter, dos de los personajes icónicos, y la trilogía de Jersey se mantenía como su gran legado cinematográfico.
Recuperamos a continuación algunas de sus declaraciones entonces, en las que el cineasta recuerda algunos elementos relacionados con la caótica producción de su película de debut, la misma con la que logró ser considerado como uno de los cineastas llamados a liderar la Generación X. Que lo lograse a no escapa a los intereses de este artículo.
UNA HISTORIA PERSONAL: El vigésimo aniversario de Clerks supuso también la efeméride para dos de sus personajes más icónicos. Jay y Silent Bob se dieron a conocer en la cinta de debut de Smith, película en la que tenía claro que quería saber pese a no tener ninguna aptitud para actuar. «No puedo actuar, creo que por eso escribí una película en la que debía ser el protagonista principal… Estamos en América, ¡maldita sea!«, comentó en una de aquellas presentaciones, aludiendo al hecho de que en realidad se había reservado uno de los personajes principales de la trama. «Escribí el papel de Randal con la intención de protagonizarlo yo. Supongo que por eso tenía los mejores chistes, ¿no?«, le contestó a un estudiante de la universidad de Indiana. Pero justo antes de empezar la grabación se dio cuenta de que sus aptitudes para dar vida a Randall no eran las idóneas. «Al momento de empezar a rodar vi claro que no podía memorizar los diálogos, así que le di el papel a Jeff, un compañero de la escuela de cine que no se había mostrado muy interesado en actuar. Creo que aquello fue lo que hacía perfecta su elección«, amplió antes de explicar los motivos que le llevaron a ser Silent Bob. «Aunque vi claro que no podía ser Randall quería salir en la película. Por entonces era más que probable que aquella fuese mi única experiencia en el cine, y si solo iba a hacer una película quería, además de tener que pagar una deuda de casi 28.000 dólares, poder reunirme con mis amigos y decirles «¿recuerdas el peor error de mi vida, por el qué aún estoy pagando. Pues ahí viene mi escena»
Con su incapacidad para recordar diálogos fue relativamente sencillo escoger papel, quedándose finalmente con el de Silent Bob. «Mi amigo Michael Bellicose era la persona que tenía que hacer de Silent Bob. Daba bien para el papel porque era más grande que Jason Mewes, que era mucho más delgado e inquieto que él«, algo que resaltaba el sentido cómico de la pareja. «Yo era aún más grande que Mike, ni tenía que memorizar nada y me veía bien en pantalla con Jason«. El resto es historia.
Antes de compadecernos de Michael Bellicose conviene aclarar que no fue excluído de la película. ¿Recuerdas al tipo que le contaba a Dante que su novia había chupado 37 pollas?. Era Michael, algo que realidad acabó por beneficiar de rebote a Jason, que tuvo en Kev como gran apoyo para filmar sus escenas. «Jason es muy inquieto y tenerme cerca le fue bien. De hecho si te fijas en las escenas siempre estábamos juntos: tenia que pellizcarle continuamente para rodar«. Creados los personajes, su aparición posterior en Mallrats y Chasing Amy sirvió para consolidar el mito, dos personajes icónicos que han definido el universo cinematográfico de Smith a través de varios cameos en buena parte de su filmografía. «Supongo que repetí con los personajes porque no soy una persona muy creativa, y al ver que Jason era gracioso no quise separarlos«, concluyó en aquella misma conferencia.
JAY Y SILENT BOB. Cualquiera que siga Comic Book Men sabrá de la larguísima relación de amistad que Smith ha creado con sus personajes a lo largo de los años. Cuando Kev decidió comprar la tienda de cómics donde pasa la trama su idea fue clara: Walter Flanagan debía regenterla, una especie de ejercicio de buen karma si consideramos que fue el infatigable Walt quien introdujo a Smith en el mundo de los cómics. Y fue Walt, junto a su amigo Brian, quien propició el primer encuentro entre Jay y Silent Bob. «Conocí a Mewes a través de Brian y Walt. Me contaron muchas historias sobre Jason, un chico al que todos decían conocer. Era el chico más conocido de la ciudad, una especie de subleyenda urbana«con la que él no había interactuado hasta entonces. «Recuerdo que me contaron que era muy gracioso y extraño, algo que a mi no me parecía bien… ¡yo era el gracioso del grupo!”.
Su primer encuentro, pues, no fue muy prometedor. «Lo trajeron a una movida de cómics a la que íbamos a Nueva York, con el pretexto de que se burlarse de la gente en vez de ellos. A mi no me hacía gracia ir hasta Nueva York con un menor, y además se puso de copiloto e hizo que me quedase en la parte de atrás«, relató Smith en la conferencia, una charla que contó además con la presencia de Mewes, su parteneire habitual en aquellas giras universitarias. «Así que el tío se subió como copiloto y me dejó a mi atrás, algo que me pareció muy mal porque el coche era un Firebird«, un auto de reducidas dimensiones que le hacía ir «con las rodillas en las orejas«. Del viaje recuerda que Jason se lo pasó haciendo todo el rato lo de «Snoootch y Snoooguins, que era algo que a Brian y a Walter les hacía mucha gracia, mientras yo iba detrás enfurruñado«.
De aquel primer encuentro nació algo parecido a una amistad a contracorriente. «Brian y Walt dejaron de interesarse en él, pero él siguió viniendo«, rememoraba entonces Kev. Varias anécdotas después, el auditorio que asistió al encuentro pudo comprobar el caos en el que se trufó su amistad. «En aquella época me tocaba montar los diarios que vendíamos en la tienda. Era un proceso muy aburrido, y además había que madrugar mucho. Brian y Walt me mandaron al infierno, pero Jason aceptó por 2 pavos, así que vino y juntamos diarios sobre la heladera que aparece en Clerks«. Estando Jason de por medio la historia debía tener un punto cómico: «Jason se quedaba dormido en la heladera, y cuando duerme babea como un niño. Imaginad la baba congelada sobre la nevera. La gente venía y a medida que bajaban las pilas aparecía él». Nada más que añadir.
EL LOOK VISUAL: Una de las grandes críticas a las que ha tenido que hacer frente Smith es la que hace referencia a la calidad de sus películas en su faceta más técnica. Guión al margen -Chasing Amy sigue estando considerada a día de hoy como su película de autor por excelencia- Smith ha tenido que lidiar desde siempre con los críticos en lo referente a su planteamiento visual. Él mismo reconocía entonces que el look visual de sus películas nunca ha sido prioritario para él, algo que de todas formas ha ido puliendo según avanzaba su filmografía. En sus orígenes -en Red State y Tusk se percibe una notable mejoría- , lo visual importaba relativamente poco. «Cuando empecé no tenía la intención de tener un look per se, algo que se me ha echado en cara en muchas ocasiones«. El diario The Village Voice, de hecho, acuñó inconscientemente la que a día de hoy sigue siendo una de sus señas de identidad. «Recuerdo que cuando reseñaron Clerks poco después de su estreno comentaron que el estilo de la película era no tener estilo, así que aquello terminó por ser una coletilla para mi«.
- LA BANDA SONORA. Coincidiendo con el vigésimo aniversario del estreno del film el año pasado se editaba por primera vez en vinilo la banda sonora original de la película. El lanzamiento corrió a cargo de SRC y fue anunciado en el último semestre del curso, siendo la primera vez que se presentaba en formato vinilo tras su estreno original en 1994 en cassette y CD.La cuidada edición de este lanzamiento conmemorativo incluía como era habitual en las bandas sonoras compiladas para los films de Smith pequeños fragmentos del guión en formato audio, extractos de la película con la que se redondeaba una banda sonora trufada de éxitos con nombres como Alice in Chains, Corrosion Of Conformity, Soul Asylum o The Jesus Lizard. Tal y como se explicaba en las notas promocionales adjuntas al lanzamiento, la compilación presentada fue de hecho uno de los capítulos más costosos relacionados con el estreno del film (“ the cost of licensing the songs on the soundtrack cost more than the film cost to make”