Los Bonsáis presentaron ayer algunas canciones de su primer LP, cuyo lanzamiento está previsto para este año después de la notable repercusión conseguida con Ultramarinos, 7» editado por Elefant Records que sirvió para situarles en el mapa, partiendo de un pop veraniego, adictivo por momentos y trufado de un innegociable encanto personal. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • Primer concierto de la temporada para La Fonoteca Barcelona después del parón navideño con el que se despidieron en Diciembre
  • El Faro abrió la noche tocando en acústicos varios temas, antesala de la celebrada presencia de Los Bonsáis. Los asturianos destilaron encanto y presentaron algunos de los temas que protagonizarán su primer LP

En tiempos como el actual, donde todo parece acelerarse, perdiéndonos en ocasiones el lujo de prestar atención a los detalles, asistir a los conciertos de La Fonoteca Barcelona es como bucear en un remanso de paz musical. Y es que, independientemente del cartel que se presente, uno sabe que pasará la velada a la altura de la expectativas con las que llegue, sobre todo en ocasiones como la de ayer, con Los Bonsáis consumando su primera visita a Barcelona de la mano de su celebrado Ultramarinos.

Antes, El Faro ofreció un show intimista y acústico, actuando en solitario para abrir una velada que dispuso del encanto que preveíamos, alzado por el encanto natural de la formación asturiana, cómoda y divertida sobre el escenario del Underground donde se celebró el concierto. La sensibilidad exhibida por El Faro en su concierto nos dejó con las ganas de disfrutarlo en formato banda, confirmando los destellos de su música que ya habíamos podido disfrutar previamente.

Hablábamos de los detalles y es importante remarcarlo, al menos para el que esto escribe. Servidor siempre ha sido fan de aquellos grupos que expresan su amor por la música más allá de los discos que produzcan. En el caso de Los Bonsáis ese amor se destila también en sus fanzines, una serie de cinco números que lleva por nombre Temporal, puestos a la venta ayer junto al 7» presentado al precio simbólico de un euro.

Helena, 50% femenino de Los Bonsáis

Helena, 50% femenino de Los Bonsáis

Es en estos conciertos de proximidad donde el espectador acaba creando una relación de complicidad con quien sube al escenario, circunstancia que ayer se cumplió al dedillo, gracias al carácter adictivo de los temas ya conocidos –Ultramarinos sonó dos veces por petición popular, remarcando su condición de hit- y a las agradables sensaciones que bajaban del escenario mientras los asturianos interpretaban sus temas ya conocidos con algunos de estreno, como El retorno, tema que tuvo su bautizo en directo ayer mismo, o Martín Pescador.

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Nel, en el Underground

En la que era su primera visita a Barcelona, Los Bonsáis no fallaron tampoco en lo referente a sus covers, adaptando al castellano algunas  de sus canciones favoritas -El puente, versión personal de Black Tambourines fue una gozada-, siendo especialmente celebrados los cuatro temas rescatados de su EP, así como las citadas adaptaciones, que llevaron a Helena a comentar, divertida, aquello de que «casi os gustan más las versiones que las nuestras».

De las no incluidas en el 7» gustaron mucho La mecedora e Himno latino, «nombre que pusimos casi en broma y que al final se ha quedado», así como Pigazu, otro de los temas donde Nel y Helena, integrantes del dueto, mejor sintonizaron con el público.  El concierto sirvió además para conocer algunas de las canciones que conformarán el primer largo del dúo, cuyos primeros temas dejaron sensaciones tan notables como expectantes: por lo intuido ayer, el primer largo de Los Bonsáis mantendrá el vitalismo colorista de Ultramarinos, confirmando así el notable estado del pop asturiano.

Antes de los improvisados bises, Los Bonsáis supieron acabar con dos grandes picos emocionales: su citado hit y una de las adaptaciones más celebradas que han hecho hasta la fecha, Los genios de Aventuras de Kirlian, un guiño a la organización, y tema muy celebrado por el público. Conviene remarcar lo dicho: el dueto anticipó algunos de los temas de su siguiente álbum, trufando de novedades y adaptaciones un setlist que amplió el repertorio publicado hace unos meses, las únicas cuatro canciones que servían como bagaje, ampliando así el mérito del feeling desplegado con el público, que sintió como propias y familiares temas poco escuchados hasta el momento.

Y así llegamos al final, alargado con dos improvisados bises -la noche se nos hizo corta, aunque fuese «el concierto más largo que hemos hecho hasta la fecha» corroborando lo que apuntábamos al principio: las veladas planteadas por La Fonoteca mantienen intacto el encanto de aquellas noches pops a las que apetece volver de poco en poco. Nada como bailar al son de Ultramarinos para volver a ese verano aún lejano. «El EP es veraniego aunque saliese en enero», nos comentaban el miércoles en la que entrevista que publicamos el pasado miércoles. A ese verano, brisa fresca asturiana, nos transportaron ayer felices.