Debido a la repentina y enorme repercusión alcanzada por esta banda a mediados de los 60, algunos han llegado a calificar a los Lovin’ Spoonful como los “Beatles americanos”. Sin ir tan lejos, creo que este grupo representó una de las propuestas más interesantes para plantar cara a las formaciones británicas desde el otro lado del Atlántico. Hoy revisamos su primer álbum, Do You Believe In Magic, cuyo single homónimo catapultó al grupo a posiciones privilegiadas en las listas de éxitos. Por ALBERTO J. PUYALTO
Extraído del corazón de una década prodigiosa, Do You Believe In Magic es un producto de fácil escucha, cuyo colorista envoltorio pop no consigue esconder un marcado y genuino sabor americano
The Lovin’ Spoonful tienen su origen en el mismo Greenwich Village donde Fred Neil, Bob Dylan y Tim Hardin dieron sus primeros pasos. En este ambiente intelectual del legendario barrio de Nueva York, cuatro jóvenes de entre 21 y 22 años decidieron crear su propia banda de rock influenciados por la música folk que escuchaban en los clubs de la zona. Los Beatles habían marcado ya el camino y numerosas bandas de adolescentes emulaban aquella fórmula del éxito; sin embargo, los futuros integrantes de The Lovin’ Spoonful no querían crear otra formación inspirada en el cuarteto inglés, sino algo fresco y claramente americano. En lugar de imitar el estilo de los chicos de Liverpool, se dedicaron a explotar las raíces musicales de EE.UU, y lo hicieron bajo el formato pop imperante en aquel momento.
[youtube id=»X3rAvEKuETA» width=»600″ height=»350″]
John Sebastian y Zal Yanovsky fueron el núcleo central sobre el que se gestó el grupo. El primero había nacido y se había criado en el propio Village, así que lo natural había sido desarrollar precozmente alguna faceta artística; desde bien pequeño había aprendido a tocar la guitarra y la harmónica, iniciándose después con la autoarpa. Tras trabajar como músico de estudio y formar parte de The Even Dozen Jug Band, había conocido a Zal, quien por entonces finalizaba su etapa con The Mugwumps (el grupo de Mama Cass Elliott y Dennis Doherty antes de crear The Mamas & The Papas).
El momento exacto de la creación de The Lovin’ Spoonful ha quedado difuminado por la mitomanía. La versión más extendida es que Sebastian y Zal coincidieron por primer vez en casa de Mama Cass, donde se reunieron para ver la tocar a los Beatles por televisión en su primera aparición en The Ed Sullivan Show. Entusiasmados, empezaron a fantasear sobre montar su propia banda y pocos meses después propusieron a Steve Boone (guitarra rítmica) y a Joe Butler (batería) formar parte del proyecto.
La fantasía se tornó realidad cuando las primeras actuaciones del grupo en el Night Owl Café -un conocido club de música del Village- llamaron la atención del público de la zona. En poco tiempo el local se convirtió en el verdadero templo de los Spoonful, y el apoyo de gente como The Byrds, Peter, Paul and Mary o el mismísimo Dylan hizo que se corriera la voz. La joven banda fue tanteada por el importante productor Phil Spector, con quien, pese a todo, declinaron trabajar. Los Spoonful prefirieron decantarse por un sello discográfico de reciente creación, Kama Sutra Records, más dispuesto a respetar la identidad del sonido que trataban de crear.
El sello lanzó su primer sencillo, Do You Believe in Magic, y el tema alcanzó inesperadamente el número 9 de las listas de éxitos. De este modo, la recién estrenada formación se vio presionada a grabar un LP debut en un tiempo record con el fin de aprovechar el tirón. La principal sesión en estudio tuvo lugar en Nueva York, aunque se realizó una segunda grabación de la última pista (el tema instrumental Night Owl Blues considerado por ellos mismos como su seña de identidad) en Los Ángeles. El resultado global fue una interesante combinación de folk, blues y rock n’ roll pasada por el tamiz del pop, que conformaba un trabajo sólido y prometedor. El acompañamiento de la autoarpa y los sutiles solos de guitarra de Zal otorgaban una sonoridad original que tuvo una rápida aceptación entre el público.
El estilo de Sebastian como letrista quedaba patente en canciones de corte adolescente como Do You Believe in Magic, Younger Girl o Do You Ever Have to Make Up Your Mind?. Este último tema fue lanzado como segundo single del LP y alcanzó la posición nº 2 de las listas de éxitos. El resto de pistas eran versiones de clásicos de un género denominado “jug band music”. Basado en la utilización de instrumentos rudimentarios y hechos a mano (banjos, mandolinas, harmónicas, etc.), el origen de esta música de los primeros pioneros se pierde en alguna parte entre Memphis y Louiseville. Los Spoonful, sin embargo, convirtieron las canciones tradicionales en verdaderos éxitos de la música moderna, añadiendo guitarras reverberantes –muy al gusto de los 60- y rasgueos acelerados que hacían bailar con entusiasmo al público americano. Entre el repertorio de covers destacan, a mi juicio, canciones como My Gal, Wild About My Lovin’ y Sportin’ Life, donde Sebastian deja claro su talento como intérprete, una faceta que le permitiría seguir después su carrera en solitario.
[youtube id=»latec9PDCno» width=»600″ height=»350″]
Antes de ello, The Lovin’ Spoonful publicarían varios trabajos más, entre los cuales se halla el notable Daydream y Hum’s of the Lovin’ Spoonful, que contendría su único nº 1: Summer In The City. Pero la banda estaba predestinada a un éxito fugaz; Zal abandonó la formación tras ser detenido por posesión de marihuana, y funcionando como trío durante un tiempo, los Spoonful acabaron disolviéndose, protagonizando tan sólo puntuales reencuentros en años posteriores. Su líder y fundador, John Sebastian, ya inmerso de pleno en el movimiento hippie, pasó a la posteridad de la música americana tras publicar variass álbumes y aparecer en el Festival de Woodstock del ’69.
En definitiva, el vinilo que hoy proponemos es apto para todos los públicos y no deja a nadie indiferente. Extraído del corazón de una década prodigiosa, Do You Believe In Magic es un producto de fácil escucha, cuyo colorista envoltorio pop no consigue esconder un marcado y genuino sabor americano. No está a la altura de los Beatles, pero puedo recomendároslo sin reservas. Ya me contaréis.
Escucha el álbum en Spotify.