Superada la sorpresa inicial que supuso la progresiva consolidación de Maïa Vidal 2013 se presenta como el año de la reválida para nuestra protagonista, de vuelta ahora con Spaces. Con menos toques francófonos pero la misma atmósfera envolvente, su disco de regreso la confirma muy arriba, entrando ya en el terreno de las realidades consolidadas. Por ART VANDELAY
- Dos años después de su introductorio EP y de God Is My Bike el proyecto personal de Maïa Vidal se consolida ahora con Spaces
- Cuidada instrumentalización para Spaces, con el que Vidal pone de relieve la madurez de su proyecto después de asombrar el año pasado con varios conciertos para el recuerdo
- Maïa Vidal estará presentando Spaces en el Festival de la Guitarra el próximo 18 de Abril
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La eclosión y el crecimiento artístico de Maïa Vidal estos últimos meses ha sido tan grande que cuesta compararla a un fenómeno similar. Aún recordamos con cariño su encantadora presentación en La [2] de Apolo hace ya unos cuantos meses, cuando God Is My Bike empezaba a consolidarla como lo que es: una autora de enorme personalidad en el escenario, tocada con un áurea propia de gran calado emocional
Por entonces su música era una suerte de secreto compartido por unos cuantos seguidores, que no bastaron para llenar La [2] pero si para fortalecer lazos con una audiencia rendida progresivamente a su puesta en escena, esa feliz mezcla de géneros en la que apenas se deja intuir su pasado punk, el mismo que llevó a homenajear a sus queridos Rancid tiempo atrás.
Desde aquella feliz noche la progresión se torno imparable, con pasos por la FiM de Vila-seca, La Pedrera o aquella noche de vértigo en el Palau, donde abrió para unos fascinados Marlango -Alejandro Pelayo nos contaría tiempo después que el directo de Vidal les causó una gratísima impresión, sensación compartida por el (muchísimo) público que ganó aquella noche repleta de luz y, por qué no decirlo, la magia inherente que acompañó a las presentaciones de dicho álbum.
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Para su regreso, cuya puesta de largo será el próximo 18 de Abril en la Sala Luz de Gas, donde tocará dentro del Festival de la Guitarra de la presente edición, Vidal llega con el terreno ganado y la necesidad de pasar la reválida, demostrar que hubo poco de casualidad en aquel bello cuento de hadas y seguir disfrutando de una mezcla de estilos con sentidos picos emocionales aquí, como los desarrollados en los coros de la explosiva Everything was beautiful o en Wander, temas donde se adivina un paso adelanto respecto al minimalismo de algunos de los temas de su disco anterior, un crecimiento obvio si atendemos al recorrido vital desarrollado desde entonces, gira por Japón incluida.
Se mantiene el gusto por la delicadeza instrumental en pasajes como The big shift, dibujándose licencias como la coral (y fugaz) You and me para reafirmar, en fin, esa concepción de hada musical tan bien explotada en God Is My Bike, sostenida aquí por la delicadeza de temas como Bright o la muy instrumentalizada Francis & Fleur.
Disco envolvente y sinuoso, Vidal se aleja en parte de la chanson a la que se aferraba acordeón mediante en su anterior propuesta, apostando aquí la sugerencia o la evasión incluso en los temas presentados como puentes de enlace entre los dos discos, como las envolventes Katerina o , situadas justo antes que la a ratos mágica Comets + Stars, uno de esos temas donde uno se iría a vivir.
Escucha lo nuevo de Maïa Vidal en Spotify: