¡Espadas en alto!. Así anunciaban desde El Segell, euforia justificada rebozada en épica, la salida del disco homónimo de Medalla con el que la formación integrada por Suerio, Benoït, Marc y Joan completaba y ampliaba hace unas semanas la senda iniciada en 2017 con su primer trabajo de estudio. De aquel punto de partida, inicio de una trayectoria que se dio a conocer con Emblema y Poder (El Segell, 2017), al día de hoy van un puñado de canciones y conciertos con los que el cuarteto asentado entre el Vallés y Barcelona se ha puesto al frente de la nueva ola musical de la ciudad a golpe de guitarra limpia, letras certeras y un compromiso con su visión de la música que trasciende a la dinámica misma del grupo y alcanza a su relación con otros grupos y colectivos a partir de las sinergias que crean y disfrutan más allá del día a día de la formación.
Algo más encarados al pop en un viraje consciente mimado desde la sala de ensayo, visiblemente descarnados en lo lírico y apegados aún al oleaje de riffs y breaks con el que se dieron a conocer, Medalla alternan aquí un pronunciado sentido reivindicativo con visitas al imaginario de “épocas pasadas” – temas como ‘Cuello isabelino’, ‘Ritual arcano’, ‘Heráldica antigua’ así lo atestiguan- para abrazar la madurez creativa con un disco parido en los Estudios Maik Maier en colaboración con Sergio Pérez (SVPER), con quien repiten tras su celebrada primera colaboración en su primer disco. El grupo viene de poner patas arriba la sala Sidecar hace unas semanas, y encara salida a a las presentaciones de un disco que cuenta con colaboraciones de peso como las del propio Sergio Pérez (sintetizador modular), Bernard García (violencello) y especialmente un Josep Peris omnipresente a la trompeta, revelado casi como quinto Medalla de guardia de la formación, sexto si incluimos en la lista a una esencial Lidia Arruego, clave en el imaginario visual de la banda.
Aprovechamos la vorágine del estreno para charlar con ellos sobre el proceso creativo del álbum, un trabajo que nos ha dejado ya dos perlas en lo visual -‘Guardián’ y ‘Devoto cardenal’ disfrutan de sendos videoclips- y sobre las novedades de un sonido cada vez más definido, perfilado con la seguridad del que sabe que su momento es ya.
Entrevista: R. IZQUIERDO | Fotografía de portada. L. ARRUEGO
El proyecto se dio a conocer sobre todo en directo: se venía de un legado sembrado por vuestro paso en otras bandas y se buscaba conseguir personalidad propia, algo que se consiguió en parte desde los escenarios. Posicionado ya el grupo, ¿este trabajo se hace desde el disfrute?
Como grupo creemos que poco a poco estamos encontrando nuestro lugar en la escena estatal, tanto a nivel de público como de propuesta. Nunca ha habido una pretensión muy ambiciosa en plan “queremos reventarlo” pero sí que le dedicamos horas a este proyecto para hacerlo tal y como queremos y siempre desde la premisa “a poc a poc i bona lletra”.
Quería detenerme en una constancia del grupo: la importancia que le dais a las letras para no callaros nada desde la composición. En ‘Devoto cardenal’, por ejemplo, se parte de ese Hacienda somos todos como experiencia personal para hablar de muchas cosas. ¿Qué podéis contarnos del proceso compositivo a nivel de letras?
Por norma general, escribe Sueiro las letras. Suele partir de ideas y conceptos que va apuntando y que cree que tienen cabida dentro del universo Medalla. Sí que es verdad que hasta que no hay una letra que nos convence y que tiene algo distintivo no damos un tema por “bueno”. Para este disco había como alrededor de veinte letras así que en el proceso de composición también tuvo mucha importancia el filtro de 1) esta letra es buena 2) musicalmente nos flipa a los 4.
En una entrevista en Binaural hablabáis de lo imposible de conciliar vida laboral y musical. En cosa de un año y medio han dicho adiós varios grupos. ¿Cómo se mantiene la dinámica del grupo a medida que se asumen nuevas responsabilidades vitales?
Pues de momento bien. Cualquier proyecto que salga de la dinámica “trabajo para ganar dinero para pagar un alquiler más caro que el oro” siempre conlleva una responsabilidad y un compromiso por parte de todos. No nos planteamos vivir de este proyecto, al menos de forma inmediata, así que es cuestión de encontrar un equilibrio.
Tenéis planteados varios conciertos fuera de Barcelona. Creo que en el lanzamiento del primer disco os marcasteis como prioridad como banda el hecho de consolidar la propuesta a nivel estatal. ¿Vais a priorizar algún circuito en concreto?
Ahora nuestro objetivo está en tocar en toda la península, sobre todo en las ciudades que quedaron en el tintero con el primer disco, y también en consolidar un poco más la propuesta a nivel de festis, salas un poco más grandes, etc. No queremos tampoco volvernos locos pero creemos que este disco está funcionando bastante mejor que el primero así que tenemos unas expectativas (un poco) más altas.
NO QUERÍAMOS ENCASILLARNOS, ASÍ QUE NOS PROPUSIMOS LLEVAR NUESTRA MÚSICA A LOS EXTREMOS: HACERLO MÁS POP, PERO A LA VEZ MÁS PESADO EN OTROS PASAJES
No sé si hay un relativo giro estilístico. En el primer disco, Emblema y Poder, se habló mucho de ese regusto heavy, y en las primeras reseñas he leído como se destacaban desde aproximaciones al pop en temas como ‘Guardian’ a la influencia declarada de New Order. ¿Ha habido un giro consciente o fuiste a lo que pedía cada canción?
Sí que éramos conscientes de que queríamos dar un giro al grupo. Somos gente muy creativa y no nos gusta encasillarnos, así que nos propusimos como reto llevar nuestra música un poco más a los extremos: hacerlo más pop, y a la vez más pesado en algunos momentos. Es un equilibrio difícil pero que creemos que la gente lo ha pillado.
Lo que si se mantiene es el trabajo compositivo a nivel de letras. Hay referencias clásicas o marcadas metáforas. ¿Qué podéis contarme de la importancia que le habéis dado a ese apartado?
En este disco las letras creemos que están más trabajadas. Al cantar en castellano le damos muchísima importancia a lo que le decimos y queríamos también conjugar un poco ese universo medieval con la actualidad. El referente más cercano del LP1 sería “Caballero Triste”, que por tono y aproximación al tema se acercaría algunas letras del segundo disco. Pero sí que es verdad que tampoco nos hemos cerrado y hemos tocado otros temas como en “Guardián” o “El Tajo”.
Repetís con Sergio Pérez en la producción, así que no puedo estarme y preguntaros por su rol en la fase de grabación. ¿Llegasteis con los temas cerrados? ¿Qué recordáis de esos días con Sergio?
Nosotros siempre vamos al estudio con los deberes hechos pero esta vez quisimos compartir con Sergio las demos que hicimos los 4 en el local unos meses antes. Le propusimos que interviniera más en toda la producción del disco y muchos temas acabaron siendo modificados para conseguir un poco más de hostia en todo el álbum. Estuvimos seis días y medio para grabar el disco y no podemos más que repetir que Sergio Pérez es el mejor productor de Barcelona (sino del país).
Una curiosidad casi a título personal: os confirmáis aquí como grandes tituladores de canciones. Uno lee el tracklist y parece enfrentarse a una novela episódica clásica. ¿Es un ejercicio consciente?
Un poco sí (risas). Es cuestión de SEO: cuanto más complicado sea el título del tema antes nos encuentras en Google. También puede ser que luego ni te acuerdes de cómo se llamaba el tema, pero te pones el disco y se soluciona rápido.
Uno de mis temas favoritos es ‘Heredero’. Frases como “HAREMOS DEL FUEGO NUESTRO NUEVO SALMO” recogen mucho de lo que me gusta de Medalla como banda épica. ¿Qué podéis explicarme de esta canción?
La idea inicial era hablar un poco en clave de la creación del diablo, y lo tratamos un poco como que es algo tan subjetivo como qué es el bien y el mal. Benoît tuvo la idea de darle un poco el rollo juego de rol y nos acabamos inventando que “Herederos del Ocultismo” sería el hipotético videojuego de rol de Medalla. Y luego llegaron King Gizzard y nos robaron la idea, que no pudimos llevar a cabo por falta de presupuesto, con “Mars For The Rich”.
Se dan algunas novedades en temas como ‘Sultán’, como el uso la flauta travesera. ¿Cómo trabajáis la composición instrumental, sobre todo a la hora de cocinar esa mezcla de estilos?
Va un poco sobre la marcha. Benoît toca la flauta travesera y queremos explotarlo, ya que en directo es un poco difícil al tocar el bajo y tal. También dimos rienda suelta a añadir instrumentos como el Cello de Bernard García o Josep Peris de Opatov con las trompetas en todo el disco, que se marcó unas líneas geniales, como las de “Guardián” o “Herederos”.
El trabajo visual de Lidia Arruego ha sido realmente impresionante en el artwork. Creo recordar que cuando vino al podcast de La Nada Masa Madre comentó que casi comenzó a trabajar en la portada antes de que el disco estuviese completado. Disfrutado el disco da la sensación de que ese trabajo gráfico se complementa muy bien con el disco en sí. ¿Hasta qué punto son complementarios?
Van de la mano al 100%, al igual que los videoclips que también los hace ella. Confiamos ciegamente en su buen hacer y su talento y siempre estamos encantados con todas las ideas que propone para el audiovisual del grupo.
Vuestro primer disco disfrutó de una estética muy marcada, vinculada al deporte. ¿Vais a dar continuidad a ese componente visual?
Lo dudamos. Cada disco tiene su propio imaginario y su propia historia. A quien le guste el deporte que se vaya al gimnasio y se ponga “Medalla”.