Hablamos de Murnau B hace unas semanas a colación de su teloneo para Lee Ranaldo en La 2 de Apolo y ayer volvían al primer plano de la actualidad por su happening en La Escocesa junto a Llapispanc. Épico y caótico, irrepetible en suma, el concierto se englobó en las jornadas de puertas abiertas Tallers Oberts Poble Nou 2013. Por RUBÉN IZQUIERDO
- El artista Llapispanc y Murnau B llenaron de ruido el taller del primero en un concierto participativo de alto voltaje
- La banda confirma su notable estado de forma tras telonear a Lee Ranaldo el pasado mes de abril, en un concierto organizado por Primavera Sound
Enrolados en Jacquar Records, sello responsable a su vez de los (muy estimulantes) lanzamientos de Pacosan y Autodestrucció, Murnau B -formación integrada por Lluís Rueda, Càndid Coll y Kike Bela– tiene en su homónimo lanzamiento una perfecta oportunidad para realizar conciertos como los de ayer, donde la localización termina por ser un protagonista más de la sesión, superando en mucho el recorrido vital que pueda alcanzarse en una sala convencional.
El concierto de ayer era especial por diferentes razones. En primer lugar, reunía a la banda con el artista Joan-Marc Llapispanc, cuyo taller está situado en La Escocesa, centro que participaba ayer –también hoy- en las jornadas Tallers Oberts Poble Nou, actividad que permite visitar los citados talleres y comprobar in situ los procesos creativos de sus integrantes, una experiencia fascinante que, en centros como La Escocesa, toma un significado especial, estimulando las sensaciones y tendiendo puentes a propuestas como la que ahora nos ocupa, seguramente una de las más interesantes llevadas a cabo en la jornada de ayer.
Por otro lado, servía para disfrutar del trabajo editado recientemente por Jacquard Records en unas condiciones especiales difíciles de repetir. Lo ajustado del aforo –en el taller cabían unas 20 personas-, la localización del mismo, con los diferentes objetos que pueblan el taller de Joan Marc -un maravilloso caos visual, a la postre un protagonista más en la jornada de ayer- y la esencia musical misma de Murnau B terminaron por dibujar una propuesta musical de alto voltaje, definido por sus integrantes como una happening-concierto-instalación que acabó por ofrecer una nueva y fascinante relectura del disco recientemente presentado.
La cerca de hora y media de duración de concierto –dos horas, si contamos la adecuación al espacio, una experiencia ya de por sí fascinante- pasaron en un suspiro, y pusieron en solfa las bondades de esta experimentación necesaria y efectiva, seguramente la más útil contra el recurrido contexto de crisis que afecta el panorama musical, mermado a su vez por la reducción del circuito de salas, la subida del IVA y demás consabidos problemas achacables al paupérrimo momento cultural al que algunos nos han abocado.
Ante esa situación, propuestas como las de ayer son la que te recargan las pilas. Una tormenta perfecta de ruido y emoción a la altura del nombre de la velada, els Murnau porten el seu soroll al taller, hábilmente caótica en su puesta en escena y en su realización en sí –nos comentaba Kike Bela antes de empezar que la idea era que cada miembro de la banda tuviese una setlist diferente, y que la improvisación sería uno de los hilos conductores de la tarde- logrando eso tan complicado de fijar el resultado final del concierto muy cerca de donde descansabas las expectativas iniciales con las que un servidor se plantó en La Escocesa.
Si uno le echa un vistazo al perfil de Llapispanc en la web de la Escocesa podrá leer una de las piedras filosofales de su universo creativo: «Nunca podrá haber un acto repetido dentro de este marco, ni se podrán repetir situaciones irrepetibles». Algo de eso hubo ayer, la sensación de estar ante algo que sucede muy de vez en cuando, la música apelando a la emoción, también al arte, hasta dibujar un lienzo imposible, retales de belleza en medio del caos.