Hace unos días un servidor y Lluís Rueda de Jacquard Records quedamos con Joan Pons en una cafetería del Eixample para hablar de La Força (Bankrobber, 2016), el disco que ha editado este año como El Petit de Cal Eril junto a Bankrobber, y que servirá de hilo conductor en el concierto que celebrará esta noche en la Sala Apolo de Barcelona. Lluís y Joan se conocen desde hace muchos años, tantos que cuando tocaban juntos esta modesta casa aún no disponía de cimientos. Lluís Rueda, hoy en Blood Quartet, formó parte de la banda de Joan en discos como Vol i Dol, así que su testimonio es privilegiado al poder acercarse a las canciones de Pons como amigo, excompañero y ahora admirador. En la entrevista, que dejamos parcialmente disponible aquí, se habló tanto de las novedades de La Força como de la evolución natural del músico de Guissona, protagonista hoy de uno de los últimos grandes conciertos del curso.
TEXTO: R. IZQUIERDO. FOTOGRAFÍAS DE ROMÁN YÑAN CEDIDAS POR BANKROBBER
Rubén: Joan, una de las cosas que más me llamo la atención del disco fue el hecho de que lo produjese Jordi Matas, con quien trabajaste haciendo de banda en La Santa Ferida de Ferran Palau. ¿Haber compartido banda fue clave para incorporarlo como productor?
Joan: En última instancia fue idea de Ferran. Me animó a dar forma a una idea que tenía ya más o menos en marcha, pero hablarlo fue como el empujón final para decidirme. Cuando estábamos con la gira de La Santa Ferida yo ya tenía en la cabeza volver a grabar como El Petit, y hace algo más de un año me encontré con las canciones ya casi listas para entrar a grabar. A Jordi ya lo admiraba como persona, y su trabajo en La Santa Ferida me encantó, así que al poco empezamos a hablar sobre la posibilidad de grabar juntos. Me gustó mucho su visión sobre cómo enfocar la grabación de las canciones.
Rubén: Últimamente en tus discos hay transiciones interesantes. Pasó entre Vol i Dol y todo lo previo y volvió a pasar con La Figura del Buit. ¿Te lo planteaste igual en La Força?
Joan: El cambio más evidente fue en Vol i Dol. Fue el disco más diferente respecto a todo lo trabajado anteriormente. Ahora también han habido cambios, pero pienso que ha sido a otro nivel. De hecho sí que es cierto que el sonido es muy diferente al De La Figura del Buit, donde todo era un poco más jazz, hasta el punto que en los conciertos que estamos haciendo tocamos muy pocos temas de aquel disco. A nivel estético encaja mucho mejor con Vol i Dol, pero en el fondo es que son cosas incontrolables: pierdes el control porque son las canciones las que toman su propio sonido.
Rubén: De tus discos siempre me ha gustado el hecho de que son muy compactos. Cuesta percibir un hit o un single que sobresalga sobre el resto
Joan: Supongo que pasa porque, más que escuchar canciones, me gusta escuchar discos completos. Eso y que tampoco sé hacer hits (risas). Hablando en serio, me esfuerzo más en encontrar la lógica de cada cara del vinilo que en eso. Me preocupa sobre todo encontrar el grueso estético que mantenga el sentido del álbum.
¿Cómo es el trabajo interno de la banda a día de hoy?
Es una relación fluida. Ahora mismo no somos de ensayar mucho. Ensayamos más antes de empezar la gira de presentación: nos encerramos un par de semanas en el estudio y trabajamos el directo para tener unas pautas mínimas, pero por lo general somos más de tocar que de encerrarnos en el local, aunque no siempre puedes escoger cuando tocas, claro. Ahora veníamos de quince días sin bolos, así que ha tocado hacer un pequeño stage, pero aún así cuando quedamos no ensayamos temas cerrados Lluís: Creo que en tu caso siempre ha funcionado tener las ideas muy claras a la hora de saber con quien tocar. La afinidad con el músico
Joan: Es algo que nos lo han preguntado muchas veces, como trabajamos la afinidad y demás. Soy consciente que nuestra música es más sentimental que técnica, así que acabo valorando que la toques mal con sentimiento, que bien con frialdad. Enlaza con lo que hablábamos de ensayar: por el tipo de canciones que hacemos ensayar es casi gastar la canción. Encerrarnos y darle vueltas a una canción de cierta profundidad, y tocarla cinco veces seguidas es, no sé… como exprimir una naranja. Al final la gastas y acaba por no significar nada para ti.
Lluís: Cuando estaba en el grupo muchas veces lo hablaba con compañeros, o ahora con mi mujer. De ti siempre se escribe como productor, como cantante… pero pocas veces se resalta tu faceta como guitarrista, cuando personalmente creo que es una parte esencial en el sonido del Eril
Joan: ¡Qué va, qué va!
Lluís: Hace tiempo que te lo quería decir… ¡aún no he leído una puta crítica que te destaque como guitarrista! (risas) ¿Te ofende que no te lo digan
Joan: Es que no creo que sea especialmente bueno. En mis canciones doy el pego porque están preparadas para guitarra, pero si me sacas de ahí…
Lluís: Ahora en serio. Creo que es una faceta importante. Es algo que pienso desde que te vi hace muchos años tocando solo en el Cara B de Barcelona
Joan: ¡Últimamente mucha gente me habla de ese concierto! Lo recuerdo con cariño porque habían muchos músicos aquel día: estaban Ferran, Wences, Maurici de The Missing Leech… ¡Todo el público eran músicos!
Lluís: Yo ese día entendí que, en esencia, el Eril es la guitarra de Joan. Ni la voz ni otras cosas… Tienes una manera de tocar muy peculiar, así que yo creo que eso es lo que se tendría que destacar de ti. “El guitarrista Joan Pons, que también canta…” (risas)
Joan: Es una buena manera de decir que cantando soy un desastre
Lluís: No hombre, es que es una parte fundamental
Joan: ¡Qué tío!. No sé si te ríes o lo dices de verdad… pero es la primera vez que me lo dicen.
Rubén: Tú, Lluís, tienes una visión en parte privilegiada: eres amigo, excompañero de banda y ahora no sé si admirador, pero sí oyente de los nuevos discos. ¿Qué te genera lo nuevo de Joan?
Lluís: ¿Con él delante? ¡Qué presión¡ En realidad lo que pienso ya lo sabe: es un gran músico. Cuando estaba dentro aprendí mucho de él, y disfruté mucho de su manera de tocar. Recuerdo que había gente que decía que hacíamos folk, pero luego veías la banda y estábamos yo, que venía de Murnau b, Càndid de Autodestrucció, David de Pacosan… no era un bolo de folk. Ahora tampoco creo que tenga que ver con el folk rural. Su sonido es suyo, viene de sus canciones, de sus letras, y de la gente que le acompaña.
Joan: Me acuerdo cuando el Vol i Dol, que me llamaste y me dijiste. “Joan, no ets conscient però les lletres d’aquest disc son molt bones” (risas). Me alegró que me lo dijese porque es uno de los trabajos de los que estoy más orgulloso.
Lluís: Creo que siempre has sabido llevar muy bien lo de las letras. Son poéticas, pero no son pretenciosas.
Joan: El resultado depende de la inspiración del momento. Estábamos influidos por lo que estábamos haciendo esa época, lo que nos pasaba alrededor. De hecho ahora tocamos muchas canciones de aquel disco: Cendres, Partícules de Déu… las sigo tocando porque funcionan muy bien
Rubén: ¿Te llega feedback como letrista?
Joan: Sí, pero es algo mínimo. La gente no me para por la calle para hablar de las letras (risas). Al acabar algún bolo sí que te viene alguien y te dice lo que significa para él una determinada letra, y es una situación bonita porque ves que se ha escuchado el álbum y que lo ha disfrutado. Al final supongo que se trata de conectar, ya sea con la melodía, la letra o la canción en sí. Pero no es fácil que se dé. A mi me cuesta bastante
Lluís: Es lo que pasa cuando no trabajas para todo el mundo
Joan: De todas formas a veces tienes que imaginarte el feedback. Acabas un concierto y ves a todo el mundo en silencio, y dudas de si la respuesta ha sido buena. Nos pasaba mucho con el Vol i Dol, que no sabías si la gente lo había disfrutado. ¡Era angustioso!
Rubén: ¿Influye el tipo de concierto que das, o ante quién lo das?
Joan: Totalmente. Es algo que ahora sabemos diferenciar mejor que antes, porque lo vas descubriendo a medida que ganas experiencia, y a partir de equivocarte. ¿Te acuerdas una vez que tocamos en la Luz de Gas? Habían 30 super atentos y 200 que no vieron nada del concierto (risas)
Lluís: Jaja, si. Fue un día raro. ¿Notas públicos diferentes según la ciudad que toques?
Joan: Lo noto sobre todo en Vic, que es una ciudad donde por suerte toco mucho. Allí el público te escucha con una concentración muy bestia. Es una audiencia poco exaltada durante el concierto, pero muy agradecidos al acabar. Aquí creo que es algo que solo pasa en Vic. En Barcelona es una sensación diferente, aunque ahora tocamos sobre todo en festivales donde nos sentimos cómodos o nos montamos nosotros mismos el concierto, así que por lo general solemos estar muy a gusto.
Lluís: Y fuera de Catalunya. ¿La lengua es un problema para darte a conocer?
Joan: Más que un problema para disfrutar el concierto, el problema es conseguir más público. Creo que al empezar el bolo la letra es lo de menos, porque si la música es buena el público se lo pasará bien igual. En nuestro caso sí que es cierto que hacemos una música poco exportable, sobre todo porque en algunas de nuestras canciones la letra sí es particularmente importante, juega un peso mayor. De hecho un proyecto que tengo en mente hace tiempo es crear algo nuevo para tocar fuera, que es algo que me gusta mucho y que considero que te enriquece mucho a nivel musical. Con el Eril podemos hacer pequeñas cositas fuera, pero irnos de gira lo veo más complicado. Con el feedback que llevamos de años ya estaríamos en esa rueda
Rubén: Ahora que hablas del feedback, ¿el hecho de gozar de una posición más consolidada te permite trabajar con más recursos?
Joan: Intento hacer discos que me interesen, por lo que estoy de acuerdo con lo que comentas.
Lluís: ¿Es una búsqueda natural?
Joan: Siempre he pensado que cuando haces un tema nuevo tienes muchos caminos para escoger. Ahora mi cabeza ya va hacia un tipo de armonías, pienso más en voces o teclados… Puede que antes no trabajase tantas capas mentales, y eso hace que el tema pueda ser más complejo
Lluís: Entonces, en las primeras grabaciones trabajabas más bajo la premisa de voz y guitarra. ¿Ahora piensas ya introduciendo a la banda en ese proceso?
Joan: Antes de ir al estudio procuro no tocar mucho los temas. Trabajo sobre maquetas, sobre todo. El tema preferimos construirlo directamente en el estudio. Al tenerlo en casa es algo que podemos permitirnos, y eso hace que en vez de quedar para ensayar quedemos directamente para grabar y construir los temas
Lluís: ¿Sigues trabajando las canciones con la acústica?
Joan: En casa sí, es como trabajo. En directo prefiero tocar con la eléctrica, porque con la acústica sufro más, la veo más para tocar en casa y para trabajar los primeros tramos de la canción. En su momento probé de introducir la española en el set de directo y no funcionó.
Rubén: Ya casi para acabar. El hecho de que poco a poco vayas ganando repertorio, ¿condiciona el directo?
Joan: Depende del momento en el que llegue el concierto. En los primeros 20 conciertos de la gira sí que procuramos tomar como base el último disco que hemos sacado, después ya mezclamos más. Se da que hay un fijo de temas pero Lluís ya sabe como preparamos los directos
Lluís: El tío los apunta en una servilleta antes de empezar y ya lo tiene
Joan: Es casi un ritual: el momento en el que todos nos concentramos y apuntamos las canciones. Además va bien ver como está el escenario en relación a la barra, la flexibilidad de sonido que te puedes encontrar…
El Petit de Cal Eril actúa esta noche en la Sala Apolo de Barcelona. Más información en Facebook.
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