El pasado mes de enero se estrenaba el nuevo trabajo de Por Qué Jeanette. Editado por Nøvak, Por Qué No Te Vas es algo más que una continuación natural de su primer disco homónimo. Supone acaso la consolidación de una nueva vía a ese cancionero deconstruido, en el que dejan de lado su vertiente próxima a la versión para adquirir una segunda línea de discurso propia, presentada de manera oficial hace ahora un mes en Sidecar, junto a la cercana Elsa de Alfonso.
Aprovechamos la salida del disco para charlar con Sedcontra sobre la evolución natural de un proyecto elevado ya sobre las expectativas iniciales.
TEXTO: R. IZQUIERDO | FOTOGRAFÍAS: JOSE MAS
Creo que el proyecto tiene ya siete años. Respecto a la idea inicial, algo que creo que os han ido preguntando con cierta frecuencia. ¿En qué ha variado más el grupo respecto al contexto en el que surgió?
Básicamente en que hemos abandonado la idea de versión, por libre que sea, para hacer temas por completo propios, sólo que manteniendo las letras (o fragmentos de las letras) de Jeanette. También se aprecia un abandono del pop en favor de un sonido más endurecido.
No sé si la salida del segundo disco te sirvió para pasar revista a los orígenes. Imagino que con el primer disco y los primeros años el desafío era sobre todo el de darle al proyecto la dimensión propia que merece y evitar esa confusión de tributismo que se pudo atribuir a la ligera cuando salió el grupo. ¿Qué retos encaraste con el segundo disco? ¿Cuál es el presente de Por Qué Jeanette a nivel creativo y musical?
Hay una apuesta musical por un sonido más áspero y seco. Conducir musicalmente a toda la banda hacia ese territorio fue quizá la principal dificultad. Se trataba de llevar más lejos la suerte de inversión de Jeanette realizada con nuestro primer disco, de manera que al final la lejanía es tan grande que deja de invertirse nada: simplemente se establece una ruptura, una pura discontinuidad con Jeanette.
Encontré muy acertada la reseña que os realizaron en Self, en donde se subrayaba la paradoja de, partiendo la luminosidad pop de Jeanette, derivar hacia un mundo más oscuro y áspero, más allá del lógico contraste de voces. ¿Hasta qué punto fue deliberado ese contraste tan marcado?
En realidad, no se trata de una reseña de Self sino de una cita mía tomada de otra entrevista. Por eso el texto en cuestión está entrecomillado. Viene siendo habitual en mí adelantarme a autoexplicar el proyecto, en primer lugar porque detrás hay un concepto y una intención muy definidos, en segundo lugar para evitar posibles malentendidos, y por último, es una manera de dar a los medios el trabajo medio hecho, es algo que, creo, el periodista agradece. El contraste fue completamente premeditado y constituye como el punto de partida del proyecto: reconducir a Jeanette hacia su registro más opuesto.
En esa misma entrevista a Self recordabas los orígenes de Por Qué Jeanette. Más que los motivos por los que creaste el grupo quería preguntarte por la recepción inicial. ¿Qué es lo que más aprendiste a nivel de situar un trabajo musical en primer plano?. Y respecto a ese feedback, ¿cómo has encarado el segundo trabajo?
Creo que la propuesta despertó el interés de la crítica musical, y la respuesta de los medios fue positiva. Ahora bien, al respecto de feedback del público, no sé gran cosa. Considero que el feedback no debe afectar en absolutamente nada el trabajo propio, el cual, en mi caso, surge de una necesidad, casi de un imperativo, interiores. Para mí, la regla a seguir es muy sencilla: si tengo algo que decir, lo digo, si no, me callo. Y creo que así se debería actuar en cualquier proceso creativo, de lo contrario sucede lo que ya está pasando: una inflación de producción la mayor parte de la cual es totalmente obviable. Hay demasiada pulsión creativa sin objeto ni fundamento, lo cual es un vicio muy propio del arte contemporáneo.
Supongo que apuntar el sentido icónico de Jeanette, también a nivel visual, está fuera de discusión. ¿Buscaste una línea visual propia con la que identificar el proyecto y acentuar el tono que querías darle?
Como he dicho, detrás de Por Qué Jeanette hay un concepto, una serie de reflexiones y de intenciones. Eso implica que no sólo la música responda a ello, sino todo el “envoltorio”, toda producción relativa al proyecto, y eso incluye fotografías, vídeos, teasers, textos, puesta en escena, incluso el discurso de las entrevistas forma parte de ello. Existe una unidad conceptual y estética en todo lo que producimos. Eso no significa que haya una línea visual preestablecida, sino que la dimensión iconográfica corre paralela con la musical y conceptual. En este sentido, las portadas de nuestros dos discos hablan por sí solas: tienen una densidad semántica notable, con diversos estratos de sentido. Cosa que todavía se complica más al remitir nuestra segunda portada a la primera. Se podría hacer todo un metarrelato con múltiples derivaciones alrededor de los implícitos que hay en esas dos portadas, sería trabajo de semiólogo avezado. Pero, para centrarse únicamente en el aspecto formal de la del último disco: se trata de una portada que consiste en la misma portada del disco previo, sólo que quemándose (o ya quemada, en la contraportada). ¿Qué pretende esa irreverente repetición, esa especie de trompe-l’oeil perverso, sino romper los códigos de lo que se supone que es una portada de disco?
Hablando de la última edición discográfica me gustaría preguntarte por vuestro paso a Novak. Allí llegáis tras casi seis años de vida en el proyecto. ¿Qué feedback previo teniáis?
No tenía ningún feedback previo. Fue algo puramente circunstancial. A Nøvak llegamos a través de Raúl López, factótum de Comando Suzie, quien tuvo la audacia de programarme a mí en solitario, como Sedcontra, en doble cartel junto a Comando Suzie, dentro de un evento organizado por su sello. De allí surgió el contacto. Digo audacia porque era arriesgado juntar una propuesta tan pop como la suya con un proyecto tan enraizado en la música industrial como el mío.
Distanciarse de Jeanette, “desviarla”, no me resulta complicado. Creo que es algo natural en mí. En realidad, lo que me resultaría difícil es acercarme, aproximarme a ella.
El proyecto ha estado sujeto a varios cambios. No sé si en cada cambio el grupo varía parte de su esencia por aquello de la adaptación a los nuevos componentes. ¿Resulta complicado perseverar variando la formación?
Los cambios de integrantes no afectan de manera fundamental a la propuesta. Pero evidentemente cada nueva incorporación aporta su propia personalidad dentro de un marco musical y conceptual prefijado.
¿Crees que estás ante la formación definitiva del proyecto? ¿Cómo resultó el proceso de poner en común las canciones? (saber cómo trasladas el proceso creativo de “recomponer” los temas
A mí la idea de “definitivo” no me gusta, tiene algo de lápida mortuoria. Las cosas, mientras están vivas, siguen abiertas e inacabadas. Así que, si nunca hay nada definitivo en la vida, menos todavía en una banda de música.
Y de la grabación, ¿qué puedes contarnos? El hecho de haber grabado en el mismo estudio, ¿marcó el tono? ¿Cómo se incorpora el resto de la banda a ese proceso?
No marcó el tono porque en el segundo disco hay una decisión de apartarse del primero y de algunos de sus excesos. Con lo cual, para este segundo disco, el tono, más austero y abrupto, lo marcamos nosotros.
¿Qué puedes contarnos del proceso creativo que marcas para el grupo? ¿Hay algún tema que te haya llevado al límite en ese proceso de reconstructivo?
Creo que lo que importa es el resultado final y que la obra debe hacer olvidar el proceso. Lo único que me lleva a cierto límite son los directos, ahí es donde se pone en juego la verdad de lo que hacemos.
¿Te costó enfocar el esqueleto que ha terminado por tener el disco?
No, por la sencilla razón de que no hay ningún esqueleto ni álbum preconcebidos. El disco recoge simplemente las últimas siete canciones que habíamos gestado en estos dos últimos años.
El disco lo presentastéis con Elsa de Alfonso. El otro día entrevistamos a Barbacoa y nos comentaba lo importante que resulta el trabajo de Elsa en su particular discografía. Voy acabando, con un par de preguntas sobre el directo. Más allá del público fidelizado de otros conciertos, ¿la recepción es positiva o negativa?
Mi sensación, todavía un tanto prematura, es que quizá estemos fidelizando otro público distinto del que escuchaba nuestro primer disco. Eso es lo que pasa cuando uno decide quemar sin contemplaciones su propio trabajo. Me temo que aquellos fans de Jeanette que creían poder conciliar su admiración por Jeanette con el pop oscuro de nuestro primer trabajo, nos han abandonado, y que ahora acude a nuestros conciertos gente que no tiene ningún interés particular por Jeanette, cosa interesante.