Mañana finalmente arranca uno de los Primavera Club más difíciles de gestar y coordinar, como mínimo en lo referente a su planificación previa. Pero tras las piedras en el camino al final llega la recompensa y con ella la música. Tercer día de nuestro especial sobre un festival obligado a reinventarse el próximo curso -ahora mismo sólo Guimaraes parece estar en condiciones de repetir sede- que sigue teniendo un line-up apetecible, gracias a propuestas como la que aquí nos ocupa, Toy. Por ART VANDELAY
- Toy ha logrado firmar la que es probablemente la gran ópera prima de las islas, un trabajo que evoca a los mejores The Horrors y que apuesta por desmarcarse de las dinámicas musicales habituales en Gran Bretaña
- El quinteto piensa ya en los preparativos de su segundo disco, al tiempo que obtiene los últimos réditos de un trabajo notable
- La banda visita Barcelona y Madrid para formar parte del cartel del Primavera Club 2012, presentando así en nuestro país su álbum de debut
[youtube id=»VDYMjvdCWpc» width=»600″ height=»350″]
Llevamos cada post del Primavera Club queriendo hablar sólo de música pero no hay manera: la noticia de que el Ayuntamiento de Madrid reducía el aforo de 800 espectadores a tan sólo 100 volvía a poner en jaque a la organización, obligada a emitir el enésimo comunicado de la temporada, aprovechado para avanzar que, salvo sorpresa mayúscula, éste también será el último Primavera Club de Madrid. La decisión dice poco, por ser suaves, de la previsión y planificación del consistorio, aplicando un criterio cuanto menos cuestionable en el cambio de capacidad a tan sólo dos días del inicio del Festival. En esas estamos cuando el calendario se apremia a pasar hojas y a traernos, al fin, el esperado Primavera Club. Y en él, claro, emerge la figura de Toy.
El álbum de debut de Toy ha sido de los más celebrados en el Reino Unido, situándose por méritos propios entre los mejores LP’s debutantes de las islas, por más que los oropeles hayan recaído en propuestas como Alt-J (si la opinión de un servidor sirve de algo Toy mejora en bastante la propuesta de Alt-J, aunque eso va a gustos). No importa: Toy ha sabido encontrar su lugar en la escena británica y, apoyándose en un directo poderoso, ha ido reinvindicando poco a poco la necesidad de considerar su discurso, variado en relación a otras propuestas inglesas, con una sonoridad propia que tiene una pequeña parte de acento español en la figura de su teclista, Alejandra Díez.
Instalada en Londres hace ya algunos años previa escala en Brighton, Díez integra la formación junto a Tom Dougal, Dominc O’Dair -pareja de la española, con la que empezó a salir antes de fijar su residencia en Londres-, Charlie Salvidge y Maxim Barron. Los primeros en colaborar juntos fueron O’Dair y Díez, que grabaron sus primeros temas en casa, mucho antes de llevar a cabo los primeros ensayos y de constituir la formación como tal. El disco ha tenido de hecho un modo de cocción casi orgánico, en el que todo ha ido generándose poco a poco, casi por adición. El resultado es un excelente compendio de temas, editado en el Reino Unido por Heavenly y Coop, y que disfruta de varias capas en su composición, algunas de ellas lo suficientemente densas como para elevar el disco a otro nivel.
Comparados a The Horrors, con los que mantienen múltiples vínculos, Toy han logrado erigir un sonido propio que les sitúa en la carrera para Mejor Debut del año
[youtube id=»dcQ2nXDvWDY» width=»600″ height=»350″]
La formación, que alterna momentos shoegaze con otros más cercanos al krautrock y a la psicodelia, se beneficia del carisma de Tom Dougall, quien coincidió anteriormente con O’Dair y Barron en la banda Joe Lean & Jing Jang Jong. Barron compartió proyecto además con Faris Badwan (The Horrors) en Cat’s Eyes, vínculo que cierra el círculo y que, en parte, terminó propiciando que en varias ocasiones se asocie el sonido de ambas formaciones.
La densidad, a veces oscuras, a veces envolvente, brilla en momentos como Dead & gone, uno de los instantes en los que logran generar un sonido más atractivo, sensaciones alargadas y sostenidas con Lose my way. Las dos canciones nos sirven de hecho para considerar lo obvio: Toy se desenvuelve con especial tino en ese terreno sinuoso, una atmósfera tocada por ese algo que te atrapa en el bucle, cuya relación va más allá al haber una sólida amistad entre varios de sus integrantes, hasta el punto de que The Horrors se los llevó de gira para acabar de darse a conocer después del lanzamiento de Left Myself Behind, su single de debut y el tema con el que se dieron a conocer formalmente.
Con todo, los doce temas del debut conforman una carta de presentación que cumple con notas las expectativas del arranque. De la instrumental Drifting deeper a la sentida My heart skips a beat, uno de esos instantes en los que una banda demuestra disponer de fondo y recorrido
Toy actúa el Viernes en Matadero Madrid y el Sábado en Sant Jordi Club.