RAMÍREZ EXPOSURE – YOUNG IS THE NEW WORLD
Víctor Ramírez, artífice del proyecto musical Ramirez Exposure, vivió un 2016 muy intento, cuyos frutos se han alargado hasta el año en curso con la salida de Young Is The New Old, uno de los trabajos pop más recomendables de esta fase preverano en la que estamos ahora, con el que culmina todo su proceso creativo previo. Con producción de Ken Sringfellow y Marc Jonson, uno de los nombres clave en su trayectoria profesional, cuya huella sobrevuela el sentido mismo del disco, el disco cuenta con diseño gráfico de la ilustradora alemana Angela Dalinger y vio la luz el pasado 22 de abril. Charlamos con él, al tiempo que recuperamos su último videoclip, estrenado hace unos días por Tentaciones.
TEXTO: RUBÉN IZQUIERDO | FOTOGRAFÍA DE PORTADA: CÉSAR SABATER
En 2015 publicaste tu primer trabajo, con el que te diste a conocer ante los medios. Recuerdo que el disco alcanzó cierto impacto, ¿qué es lo que más te sorprendió de la acogida? ¿Con qué expectativas lo lanzaste?
Tenía buenas expectativas y la mayoría se cumplieron. De cualquier modo en esto de la música es importante dejarlas todas a un lado porque de esa manera el camino lo disfrutas mucho más. No hay que esperar nunca nada. Mi máxima en esto de la música es que tienes que hacer lo que haces solo por el puro placer de contribuir con algo valioso y único al mundo, hoy más que nunca. El disco tuvo una buena acogida en prensa y eso me ha dado muchas alegrías. Aunque últimamente he llegado a la conclusión de que existe una excesiva moderación cuando se habla sobre mis canciones, lo cual me genera cierta sensación de irrealidad (todo es bastante irreal hoy en día, también en la música). Creo que todo artista o proyecto de artista necesita recibir y analizar las críticas positivas pero también las negativas y destructivas porque considero que son una parte muy necesaria en el proceso vital de aprendizaje. Estoy abierto a todo tipo de reacciones.
En Book Of Youth trabajaste con Joaquín Pascual. ¿Cómo te gusta llegar al estudio? ¿Vas con los temas totalmente cerrados o eres partidario de abrir sinergias?
En mi música lo más importante son las melodías y eso es algo que me gusta cuidar mucho. Siempre llego al estudio con una idea preconcebida de lo que quiero pero con la mente totalmente abierta para que mis canciones no se pierdan absolutamente nada. Siempre trabajo con un productor porque considero que es fundamental para representar lo que quiero. Si lo hiciese por mi cuenta no acabaría nunca los discos. Durante el proceso de grabación me dejé llevar, precisamente porque tenía a un señor productor de mi lado que además supo intuir de forma muy especial lo que yo quería en cada momento. Disfruté mucho de esa grabación
En ese proceso de darte a conocer has contado con el trabajo de Fever!, pero también has tirado mucho de autogestión
Me decidí por la autogestión porque ninguna de las discográficas que yo consideraba interesantes para ‘Young Is The New Old’ mostró un ápice de interés. Es algo que me cabreó al principio pero luego ves cómo funcionan las cosas y lo entiendes. Ha sido un proceso frustrante pero al final no hay mal que por bien no venga. Tengo la suerte de que Munster Records se haya encargado de la distribución del disco y cuento con el apoyo de mucha gente que cree en lo que hago. Lo único que sé después de todo este periplo es que soy joven y me siento más vivo que nunca para llevar estas canciones a todas partes.
Entre los dos lanzamientos sacaste los singles que grabaste con Ken Stringfellow. ¿Qué te aportó aquel trabajo a nivel creativo? ¿Crees que marcaron la línea evolutiva de tu sonido?
Todo tiene un sentido único para mí. Grabar las canciones de adelanto del nuevo disco con Ken Stringfellow era volver a donde comenzó todo pero con una nueva visión y con un nuevo planteamiento. Ken Stringfellow produjo el primer disco de Oh,Libia!, el primer disco que grabé con mi primera banda así que no dudé en llamarle de nuevo para que formase parte de esta nueva etapa. Creo que ha sido una decisión muy acertada. Él me acercó al tipo de canción que yo quería hacer.
Los dos temas fueron de hecho un adelanto de tu nuevo disco, y uno de ellos era un guiño a Marc Jonson en forma de ‘cover’. ¿Has sentido más presión con este lanzamiento?
Un poco sí. Sentía que tenía que hacer algo diferente para encontrarme de nuevo. Lo de grabar la versión de Marc Jonson fue un accidente estupendo. ‘Suddenly Sunshine’ La escuché tantas veces que llegué a creer que la había compuesto yo. Supe a ciencia cierta que podía hacer algo bueno con ella y decidí proponerle a Ken que la grabáramos juntos. Es gracias a esa versión que Marc accedió a producir mi disco.
Con Marc has iniciado ahora una prolífica relación, que incluye gira y trabajo conjunto. ¿Qué supuso para ti contar con su trabajo? ¿Fue la culminación al primer tramo de tu carrera?
Marc es de manera muy rotunda uno de los artistas que más me inspiran en el mundo de la música. En un principio mi manager y yo pensamos que Marc produjera el disco en España, pero enseguida nos dimos cuenta de que tenía que arriesgar un poco más. La experiencia de grabar con él ha sido una de las mejores cosas que me podían ocurrir en estos momentos y me siento muy afortunado por ello. Con cada disco aprendo algo nuevo y valioso que me da fuerzas para continuar haciendo música.
A raíz del disco viajaste ya a Estados Unidos para llevar a cabo la grabación, antes de la gira que compartisteis en nuestro país. El hecho de haber girado uno en el país del otro, ¿os dio pie a debatir sobre el estado del directo aquí y allí? ¿Qué cambios más significativos ves entre los dos países?
Marc y yo giramos juntos por España el verano pasado justo después de la grabación de ‘Young Is The New Old’. Fue fantástico poder llevar al directo canciones que él llevaba sin tocar con banda casi más de cuarenta años. Fue muy emocionante. En NY tuve la oportunidad de tocar con él en el homenaje a Bob Dylan y sentí un respeto por parte del público al que no estoy acostumbrado. La gira española fue un logro muy importante para ambos. Tocamos en un montón de sitios increíbles como el Festival SinSal que es uno de los festivales más encantadores de los muchos que se hacen en España. Aparte de tocar en Santander, Valencia, Madrid, Zaragoza, Barcelona y Santiago. Después de eso, me invitaron al SXSW, el festival de música de Austin. Aproveché mi estancia allí para ir a Seattle a dar otro concierto. He conocido a gente estupenda a la que admiro muchísimo y no paro de cosechar experiencias que tienen un valor incalculable para mí. Creo que en Estados Unidos tienen menos prejuicios que aquí, lo cual es curioso porque es un país lleno de contradicciones en muchos aspectos pero en este sentido están totalmente abiertos siempre. Todavía en España no termina de cuajar que un español cante en inglés, eso me hace estar fuera de unos parámetros muy definidos.
Cerrando el tema de las colaboraciones con Marc, ¿qué huella ha dejado en ti como autor? En las notas comentabas que ha sido un proceso casi anacrónico…
Una huella muy grande porque ha marcado un antes y un después en mi forma de entender muchas cosas. Llevaba tiempo enfrascado y con una visión muy reducida de todo. De alguna manera sabía que esta experiencia me ayudaría a expandir considerablemente mi forma de entender la música, algo que necesitaba urgentemente. Para mí, el camino lógico para seguir creciendo era grabar este disco en Estados Unidos con uno de mis artistas favoritos: Un excéntrico señor de 65 años que ama la música pop de los 50’s,60’s y 70’s como nadie. Todo en Marc va de amar la música y sentirla en su sentido más amplio sin tener que engañar a nadie que es algo qué yo considero realmente importante: No engañes a nadie con lo que haces. Hoy en día casi todo el mundo engaña a todo el mundo y desgraciadamente esa es la máxima: fingir lo que no eres. Marc Jonson es un extraterrestre.
Compartís gustos, el interés por los extraterrestres… queda claro que hay mucha sintonía. ¿Le consideras un disco atemporal? Lo digo por las alusiones a sonidos de décadas pasadas.
Digo siempre que ha sido un viaje anacrónico porque nuestra manera de sentir la música pop es algo que ya casi no existe hoy en día. Creo que es muy valiente centrar toda tu energía y tu pasión en algo que ya no está de moda, por el puro placer de hacerlo porque así es como lo sientes. Me gusta pensar que no es un disco efímero y que lo que representa es válido y entendible para cualquier generación.
¿Qué puedes contarnos del apartado gráfico del disco? ¿Qué papel juega en tu rol como artista el acompañamiento vital?
El arte de las portadas en mis discos es algo que me gusta cuidar al máximo. Para “Young Is The New Old” tenía claro que Angela Dalinger podía hacer la portada. Dalinger es una amiga ilustradora con la que tenía muchas ganas de colaborar. Sus pinturas huyen de convenciones estilísticas y tiene un estilo propio muy marcado. Al principio me enamoré de una de sus muchas pinturas pero me dijo que no, que ella prefería escuchar el disco y pintar lo que le sugiriera y así fue. En la portada salimos mi perro Colombo y yo en un autocine abandonado que podría ser cualquier lugar remoto de Estados Unidos. Pero además, el diseño y el layout interior lo ha hecho también mi amiga Barbara Ribes de Uthlas Design. ¡No podría estar más contento con el resultado!