DeYarmond Edison se disolvió demasiado pronto como para hablar de ellos como una de las bandas más influyentes en materia folk. Su importancia se mide más por lo que pudieron llegar a eso que por lo que fueron en realidad: una banda notable, trufada de nombres impensables que facturaron dos discos excelentes y un EP postrero antes de dar paso a los proyectos en paralelo que nacieron de aquella experiencia. De DeYarmond Edison, claro, surgieron Bon Iver y Megafaun. El resto es historia. Por RUBÉN IZQUIERDO.
- Justi Vernon, Joe Westerlund y los hermanos Cook se reencontraron como público en el HORDE Festival en 1997, cuando decidieron juntarse para tocar
- La banda publicó dos LP y un EP de despedida, el postrero Unreleased, cerrado con la nada casual Finale
- Disuelta por diferencias artísticas y creativas, Vernon terminaría por erigir uno de los proyectos musicales más especiales de la década, Bon Iver
Esta es la historia de como Justin Vernon se reencontró con tres excompañeros de la escuela de jazz donde completaron su formación musical y crearon un grupo (casi) como mero divertimento. Vernon empezó a labrarse así su carrera musical, en compañía de los hermanos Cook y de Joe Westerlund, al tiempo que ponía las bases para el que sería, aquel extraordinario For Emma, Forever Ago. Antes de Skinny love, de Flume y del exilio autoimpuesto en la cabaña de Wisconsin, Vernon brilló al frente de DeYarmond Edison. Un proyecto que, de lo grande que pudo ser, duele recordar.
Las primeras acotaciones sobre la banda resultan anodinas. Un grupo de amigos se reencuentra en un festival, el HORDE Festival y deciden tocar juntos. Estudiaron en la misma escuela de jazz, así que la complicidad existía de entrada. Años después se constituyen como DeYarmond Edison y, finalmente, publican su primer EP en 2004, dos años después de formarse como tal.
La banda se balanceó siempre en el folk y americana, logrando un sonido atmosférico de gran calado, en el que los elementos electrónicos no resultaban ajenos, publicando desde Eau Claire, punto neurálgico de su música, dos LP’s: el primerizo y homónimo DeYarmond Edison y Silent Signs.
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Sileng Signs fue seguramente el mejor trabajo de la banda antes de disolución. Su escucha es necesaria porqué nos acerca a otro Vernon, cuya música dibuja un componente más accesible que el primer Bon Iver, con varias salpicaduras 100%100 Americana rematadas con un elegante acabado. Así, Silent signs, la canción, coqueteaba ligeramente con cierto aire country, presente en parte, y con matices, después en Megafaun, al tiempo que Heroin (e) se erigía en uno de los temas más icónicos del disco.
Aquel Silent Signs fue un buen disco, excelso por momentos, trufado de buenas canciones. Sin la grandeza quizá del último Megafaun o de la obra, más en general, del propio Vernon, pero con pequeños momentos de grandeza musical, un hallazgo que alternaba temas correctos como Love long gone o la más notable First impression, con Bones o Heart for hire elevando el tono del disco.
Éste nos ofrecía ya apuntes significativos de lo que quedaba por venir. La nostalgia que suele emanar de los dos grupos ya se disfrutaba en Dead anchor, una tristeza en aumento en Dash, que se revelaba grande en Time to know, puede que una de las canciones más dolorosas de Vernon incluyendo su primer LP como Bon Iver, y eso es decir mucho, colofón brillante para el trabajo culminante del proyecto, perfecta muestra de lo que pudo llegar a ser la formación.
Cumplido el período más formativo de la banda, esta se traslada a Raleigh, en Carolina del Norte, donde viviría sus últimos años como formación antes de la disolución definitiva. En aquella separación tuvo que ver la necesidad de hallar el discurso propio, entre dos propuestas que aún coincidiendo en muchos puntos diferían en otros, con Justin Vernon tirando por un lado y los otros tres componentes del grupo apuntando a un folk más de cuna que acabaría por derivar en Megafaun.
Antes, parón motivado por la enfermedad de Vernon, víctima de una mononucleosis que dañó seriamente su hígado, y la publicación postrera de su último trabajo, un EP formado por cinco canciones, disponible en el MySpace de la formación. Fue el canto de sirena, el último vuelo del proyecto, la última parada de un viaje que se detuvo finalmente ahí, con aquellos cinco temas presentados a modo de legado musical, un testamento definitivo que dio paso a dos milagros.
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La disgregación dio paso a lo ya sabido. Los hermanos Cook, Brad y Phil, crearon con el cuarto componente de la banda, Joe Westerlund, el proyecto Megafaun, de paso por Barcelona hace unos meses, y de vuelta el próximo otoño. Debutaron con Bury The Square y desde entonces no han parado, siendo el homónimo Megafaun su última propuesta hasta la fecha, un notable LP que arrancaba con la excelsa Real slow, presentado con honores el pasado mes de febrero con aquel momento, mágico, en el que los tres megafaun cantaron a capella Worried mind desde el centro de la sala.
Lo que le esperaba a Vernon es sabido por todos. Reclusión voluntaria en la cabaña de su padre en Wisconsin, tres meses de introspección personal, un período dolorosamente creativo que acabó cristalizando en aquella larga carta de amor que en realidad era For Emma, Forever Ago.
Desde entonces DeYarmond Edison han tenido apariciones en cuentagotas, como si el reflejo de lo que pudieron ser pesara demasiado en el ánimo colectivo. Dejaron destellos en el reencuentro especial que llevaron a cabo en 2011 en el Fader Fort para el SXSW 2011. Un encuentro nostálgico, recuerdo afable de un bello recuerdo, estallido folk cuyo legado debería ir más allá de la anécdota.
Bon Iver, esta noche en el Poble Espanyol.