Lourdes Hernández ha alcanzado la madurez con tan sólo dos discos y un puñado de canciones. La madrileña ha necesitado apenas 23 canciones -las once del notable Fuerteventura, y las doce de su debut, algo más irregular, hace ahora tres años- para consolidar su propuesta entre los nombres de peso de la industria y aparecer como referente claro, casi indiscutible, en la avanzadilla de folk femenino que viene brillando en España los últimos años.
Russian Red presentó el pasado mes de mayo su Fuerventura en Barcelona. Lo hizo en el Auditori, dentro del Festival de la Guitarra, y pasó con nota la prueba del segundo disco, mostrando una producción más acabada respecto al primer disco, y una puesta en escena sobria, elegante y clásica con la que se metió al Auditori en el bolsillo, estrategia que siguió al dedillo el pasado viernes en el Teatre Coliseum, donde los colores azulados de la sala casaron bien con el juego de luces diseñado para el show, coronado con ese rótulo tan Russian Red que acompaña a la banda en toda su extensa (arrancó en mayo) gira promocional.
Así que Lourdes Hernández se presentó en el teatro, absurdas polémicas al margen (Rosa Montero lo explica mejor que yo), con los deberes hechos. A su triunfo anterior en Barcelona, porqué como triunfo conviene calificar aquel concierto de presentación de la actual gira, se unía la buena acogida que ha acabado por tener Fuerteventura, trabajo con el que ha esquivado ser prisionera del éxito que fue Cigarrettes, y el gran estado de forma que exhibe la banda que le acompaña.
Consciente de salto cualitativo hallado con su segundo trabajo, grabado en Glasgow con parte de la banda de Belle & Sebastian, -I Love Your Glasses se apoyaba sobre todo en tres buenos temas- fueron las canciones de Fuerteventura las que ocuparon buena parte del set. Y la apuesta le permitió pasar del optimismo vital de The sun, the trees a la emoción sostenida –The memory is cruel-, elevada a su máxima expresión con I hate you but I love you, uno de los mejores cortes de Fuerteventura, rotundo en directo gracias a la solvencia vocal de la autora de They don’t believe.
Hablábamos al principio del buen estado de forma de la banda, y ésta se permitió el lujo de exhibir músculo en temas como Januray 14th o en Tarantino, dedicada a alguien «que adora la sangre«, donde sonaron perfectamente acoplados bajo el mando de su solista.
Y aunque Fuerteventura tuvo un protagonismo mayúsculo, la banda volvió a reservar un sitio destacado a las versiones. «Nos encanta hacer versiones«, comentó divertida. «Cuando la gira acabe, nos gustaría hacer un disco con ellas. Haríamos conciertos tocando sólo versiones«, apuntó sin dejar del todo claro si se trataba de un pensamiento fugaz o de una posible apuesta de futuro. Entre las rescatadas para la ocasión, brilló Johnny and Mary, de Robert Palmer, y la habitual All my little words, reservada para el bis final, prueba clara del calado de una versión que descubrió en Argentina visitando a Campos Magnéticos. Antes, ya habíamos podido escuchar a Lourdes cantando en castellano, versionando La canción de tu vida, de Joe Crepúsculo, a la que dio otro sentido, más bucólico, presentado un día antes en el portal waaau.tv
La versión de Crepúsculo fue un homenaje a sus «amistades de Barcelona», ciudad con la que aseguró haber tejido una relación especial con su nuevo disco. «Aquí presentamos el disco, en el Auditori, y aquí celebramos el antepenúltimo concierto del año«, explicó. La relación irá a más, ya que con su paso por el Palau de la Música el próximo mes de marzo dentro del Festival del Mil·leni, Russian Red cerrará su particular triplete de conciertos en teatros ligados a raíz de la publicación de Fuerteventura. R. IZQUIERDO
Ficha Técnica:
Concierto: Russian Red, presentando Fuerteventura
Fecha: 25/11/2011. Recinto: Teatro Coliseum
Espectadores: Rozando el lleno, con algunos huecos en los pisos más elevados