Cuando una banda, un dúo en este caso, logra que su segundo álbum de estudio se espere con especial atención por parte de la crítica es que el legado de su ópera prima fue de los que transcienden. Buscando seguir instalados en es áurea trascendental, conscientes de las enormes expectativas que su primer LP edificó para el segundo, Sleigh Bells salen con todo y prometen un nuevo disco «más grande» llamado a copar puestos de honor en listas que expliquen dentro de unos meses como habrá ido un año del que ahora sólo intuimos sus primeras señales de grandeza. Y el nuevo disco del dúo norteamericano figura entre ellas. Por ART VANDELAY
- El nuevo disco de Sleigh Bells empezó a fraguarse apenas unos días después de acabar la gira de su primer trabajo, con el que se convirtieron en uno de los éxitos sorpresa de 2010
- Consagrados ya después de la gran aceptación que lograron entonces, Reign Of Terror supone un reto mayor en la carrera del dúo norteamericano, que tratará ahora de consolidar las sensaciones positivas cuajadas entonces. Comeback Kid aparece como el primer peldaño en la carrera hacia ese éxito.
Una de las cosas que más llamó la atención en su debut fue la facilidad con la que superion alternar y combinar la guitarra eléctrica marca de la casa con la electrónica con la que tejieron Treats, el LP que sorprendió al mundo gracias a temas de indudable grandeza como Infity guitars o Tell Em, dos singles notables que elevaron a Sleigh Bells por encima de la media y que les convirtieron en tendencia de manera inmediata.
Derek E. Miler y Alexis Krauss se encuentran ahora frente a una tesitura que otros grupos ya han encarado esta temporada. El pasado martes, sin ir más lejos, un grupo en las Antípodas en lo musical respecto a Sleigh Bells como Tennis también se las vio ante la difícil papeleta de no defraudar a sus seguidores sin caer en la continuidad más anodina a la hora de afrontar su nuevo trabajo y de mantener el nivel, o aumentarlo a ser posible con su segundo disco de estudio.
Pero Reign of Terror mostró ambición desde el principio, con la publicación de un teaser que en realidad no revelaba nada pero que le valía al dúo como declaración de intenciones para lo que estaba por venir. Y el teaser ya era de por sí una maravilla, todo rabia y furia, en el que la guitarra eléctrica desempeñaba su rol de protagonista secundario habitual acompañando a unas imágenes de cierta carga épica en las que se alternaban recursos en directo con otras más oníricas, todo ello para (sobre)alimentar más si cabe las enormes expectativas que se crearon entorno al segundo disco de la formación.
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Born to lose fue el primer corte en ser presentado oficialmente, aunque no hará las funciones de single de lanzamiento, reservadas para Comeback Kid, track del que presentaron su videoclip a finales de enero y en el que pudimos comprobar como el grupo mantiene intacta la garra de su trabajo anterior, aún a costa de rebajar sensiblemente los elementos de distorsión que sí que aparecían entonces y que aún pueden intuirse en Reign of Terror.
Por ahora, la apuesta de presentar dos temas relativamente antagónicos días antes de la publicación del disco ha tenido el efecto que seguramente se buscaba. De los que abrazan el mantenimiento de estilo en Born to lose a los que destacan el refinamiento de su sonido en Comeback Kid, algo que en cualquier caso no debería llevarnos al error de considerar todo ello una caída hacia un sonido más convencional.
New York Times publicó la semana pasada en su página web una amplia reseña del nuevo disco, acompañada de los temas que dan cuerpo al mismo y que arranca con True shred guitarr, tema que retoma el hilo del discurso que empezó a tejerse en Treats y que mantiene las constantes vitales de una fórmula que alterna la suavidad vocal de Alexis Krauss con la densidad instrumental de Derek Miller, quien utiliza ahora un modelo Jackson USA Soloist para tal empresa.
El disco, en realidad, empezó a fraguarse poco después de acabar la gira de lanzamiento de su primer trabajo, lo que confirma el deseo de mantener una línea coherente respecto a su LP anterior, por más que en Comeback Kid encontramos alguna leve concesión hacia una sonoridad más liviana si cabe, pero con la misma calidad de un sello personal y reconocible ya en sus primeros acordes.
Mientras nos familiarizar con los temas del nuevo disco, recuperamos el vídeo de lanzamiento con el que ilustran Comeback Kid, videoclip de clara influencia ochentera con la que dan forma a su esperado regreso.
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