Cuando en 2009 Anja Plaschg perdió a su padre la llamada del éxito ya había llegado para nuestra protagonista, autora de uno de los debuts discográficos más celebrados en Austria de un tiempo a esta parte. Tres años despueés llegaba Narrow, un trabajo,dicen, influenciado por aquella dolorosa pérdida. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • Segundo disco para Anja Plaschg o, lo que es lo mismo, de Soap&Skin. La austríaca lanzaba en Febrero su segundo trabajo de estudio tras lograr el respeto de la crítica en la Europa central con su trabajo anterior
  • Denso y atmosférico, Plaschg se beneficia de sus amplios conocimientos de piano para firmar un disco notable, un pequeño tesoro escondido que conviene rescatar

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Ya han pasado unos cuantos meses desde la salida del segundo álbum de estudio de Soap&Skin, proyecto personal bajo el que trabaja la austríaca Anja Plaschg, y los meses pasan con la sensación de que no le prestamos en su momento la debida atención al álbum.  Natural de Poppenford, Plaschg tuvo desde siempre un relativo contacto con la música, al tener desde bien pequeña un piano con el que practicar.

Su formación musical clásica se amplió a los 14 años cuando entra a estudiar Violín, desarrollando poco después un creciente intererés por la música electrónica, culminando así un pequeño coctail creativo que le ha servido para acabar de trufar su estilo musical.

Una primera escucha al denso, envolvente Narrow, valida lo que nos cuenta su biografía en cuanto a intereses e influencias. Xiu Xiu, Nico, Björk y, en menor medida nombres como Cat Power -algo hay también de Zola Jesus, sobre todo en tracks como Big hands nails down–  , aparecen en su catálogo referencial. Así lo vemos ya desde Vater, el primer tema que fija ya el estado anímico del álbum, sensaciones que mantiene en Voyage voyage, donde el protagonismo del piano se mantiene intacto.

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Narrow sigue en realidad la senda abierta por su primer trabajo de estudio, aquel Lovetune For Vacuum que editó en 2009 (y del que dejamos su vídeo Thanatos)  o el EP que lanzó un año antes,  trabajos  que le otorgaron un gran prestigio en Austria, copando las principales listas del país y abriéndose un relativo hueco en países como Alemania, Bélgica o Francia. Para entonces su popularidad empieza a dispararse, colocando algunos de sus temas en anuncios de Ford o en películas europeas (Més Chères Études y norteamericanas, War Games: At The End Of The Day). Entremedias, colaboraciones de peso como la que realizó con Apparat en Goodbye.

El tono solemne del nuevo disco se explica también por lo personal. El disco, a medio camino entre EP y LP, empezó a ser concebido poco después de la muerte de su padre, quedando influenciado por ese estado anímico tocado que se desprende a lo largo de sus pistas. Algunas, como la claustrofóbica Deathmental hacen buen uso de su amor por la electrónica, mientras que el recogimiento llega en instantes como Wonder, donde el piano arropa su voz, una voz que explota en los instantes finales del disco, sobre todo en la soberbia Boad turns toward the port.