Si el primer tramo del Festivo estuvo marcado por su ritmo creciente -de la relativa calma del Jueves a los llenazos de Love of Lesbian y La Casa Azul y la euforia compartida de Kaffmaddafakka y EME DJ el segundo quedó sobre todo reducido al del triunfo rotundo de Vetusta Morla en cuanto a entrega del público se refiere y a la persistencia de El Columpio Asesino y Sidonie para mantener el tono en la sucesión de conciertos más celebrada de la presente edición. Por RUBÉN IZQUIERDO
- Vetusta Morla, El Columpio Asesino y Sidonie, tríptico ganador para la jornada del Sábado
- El domingo recuperó el protagonismo femenino gracias a la presencia de solistas como Maika Makovski o Russian Red
- The Primitives y The Dandy Warhols, aportaciones internacionales de más peso para el segundo tramo del Festival
No caeremos en el terreno del riesgo si tratamos a la jornada del Sábado como la más celebrada por el público. Enlazar propuestas tan consolidadas como las de Vetusta Morla, Columpio y Sidonie ayuda, aunque a favor de la organización diremos que el acierto se trasladó al resto de la parrilla, llenando de buena música la práctica totalidad de opciones horarias.
Jero Romero protagonizó uno de los conciertos más celebrados del horario matutino. La Plaza del Trigo se quedó pequeña en la calurosa mañana sabatina para acoger a Jero Romero, llamado a ocupar escenarios de mayor aforo en ediciones venideras. Acompañado por Amable Rodríguez, Alfonso Ferrer y Charlie Bautista Romero brindó un concierto solvente a una audiencia entregada ya de inicio, validando así la valiente apuesta que supuso su salto a la carrera en solitario. Cabeza De León sonó a disco consolidado, con el público coreando las letras, anticipando lo bueno que restaba por llegar.
Ya en el recinto, abrió el fuego Novedades Carminha y los gallegos no defraudaron. Las provocadoras letras de Jódete & Baila sonaron con fuerza para abrir la sesión de conciertos en el recinto principal. La euforia llegó con algunos de los temás más icónicos del grupo: Soy un juvenil, Amor rural, Santiago Apóstol y Pesetas confirmaron que el nuevo disco gusta, y mucho, y que su ritmo acelerado funciona como invitación al baile más canalla.
Sorprendió quizá a los no iniciados al sonido pepper potts el enorme contraste entre el rock canallesco de Novedades Carminha y el elegante soul de salón de las catalanas, que ofrecieron uno de los conciertos más elegantes de los cuatro días de Festival. Impecables en lo estético y fieles a sí mismas en lo referente a respetar los cánones del género, las autoras de Train To Your Lover tiraron de arsenal y se ganaron corazones varios apoyadas en las excelencias de una banda que supo arroparlas desde el inicio, seduciendo a los no iniciados y llevando una sonrisa a los rostros de los ganados de entrada. Simpáticas y participativas con el público -sus tres integrantes se alternaron en aquello de interrelacionar con la audiencia- The Pepper Pots sacó con nota el examen de presentar su última propuesta, manteniendo la atención de un escenario principal que fue llenándose de soul a medida que avanzaba el concierto. Como siempre, engancharon.
Engancharon también The Dandy Warhols. Presentados como uno de los cabezas de cartel del Festival, quizá el de más impacto más allá del fenómemo fan de los reclamos patrios- los de Portland perpretaron un concierto que funcionó sobre todo entre los más puristas del grupo. La banda no obvió temas de su último trabajo –Time Machine estuvo representado con temas como Sad vacation o The autumn carnival– aunque cuando más brilló fue cuando recuperó hits de toda la vida como Be-In, We used to be friends o Not if you were the last junkie on earth. Seguramente no fue su concierto más entregado en España aunque desataron el entusiasmo colectico con Bohemian like you tema con el que, así son las cosas del marketing, trascenderán en el tiempo, una apuesta segura para un concierto solvente que pudo dar más de sí, aunque la grandeza de bandas como The Dandy Warhols sea precisamente esta: aunque la entrega no sea la máxima su solvencia ayuda.
Fuel Fandango volvían al Sonorama doce meses después de salirse en la Plaza del Trigo. La democracia interna del Festival -ya saben, Escenario principal, escenario principal- es generosa con bandas como Fuel Fandango, y a la cordobesa Nita se la vio feliz completando su éxito, por más que el público se dividiese entre disfrutar de su set list sin reservas o copar posiciones en la previa a Vestusta Morla. Shini soul o Brazil amenizaron esa espera en un ambiente festivo donde todos acabaron contentos: ellos agradecidos por saltar al Castilla y León de la mano del público y éste eufórico de sellar otro matrimonio musical.
La etiqueta de vencedores de la noche le corresponde, claro, a Vestusta Morla. Los de Tres Cantos se han acostumbrado a hacer de sus conciertos ejercicios de euforia colectiva y el Sonorama no fue una excepción. Tienen los madrileños el don de arrastrar a masas, mantener en vilo a la audiencia durante todo el concierto, llevarles al éxita con precisión matemática, un divertimento interno que no da por ahora señales de agotamiento. Ni mucho menos.
Nada que reprochar pues a Vetusta Morla, banda por otra parte agradecida con el público, acertada a la hora de mantener parte de su propuesta en formato sala cuando cambien el chip al modo festivalero. Copenaghe, En el río o la Cuadratura del círculo formaron parte del show, que tuvo espacio para los guiños externos, la crítica a la subida del IVA y a la perpetuación de pequeños clásicos de su propia intrahistoria, como los coros a capela de Baldosas amarillas o la euforia nada disfrazada de Saharabbey Road.
Pasado el vendaval Vetusta, la misión de El Columpio Asesino no era nada fácil. Programados entre los dos conciertos más esperados de la noche, los hermanos Arizaleta tuvieron la suerte de contar con uno de los mejores discos de 2011 como aliados, manteniendo el tono con Diamantes gracias a la presencia de tótems del calibre de Toro o Corazón anguloso. Con menos pasiones que Vetusta Morla -aunque no muchas menas- los autores de Perlas reinvidicaron la grandeza de un disco premiadísimo, seguramente a la altura de su propio legado.
La noche la cerró Sidonie. Quizá sabedores de que la corona de la jornada estaba entregada ya tras el paso de Vestusla Morla Marc Ros y los suyos saltaron prestos a hacer las delicias de su militancia más activa, con un repertorio que alternó hits de su primera época con los temas más celebrados de El Incendio o de El Fluído García. El incencio y Nuestro baile del viernes hicieron las veces de colofón, con Un día más en la vida cantada a dúo un rato antes con su hermana y la sensación que la organización acertó otorgándoles la complicada tarea de cerrar la etapa reina de la presente edición.
Domingo, 12/08/2012
La jornada del Domingo contaba con dos handicaps de antemano. El primero, el cansancio y la sensación de despedida que transmitió la jornada desde sus primeros compases. El despertar en el camping fue diferente al de otras jornadas, con varias tiendas ya desmontadas y un trajín de marchas que nos anticipaba la clausura del Sonorama 2012.
La programación, en cambio, seguía ocultando pequeñas joyas dignas para ser vistas y disfrutadas. El show intimista de Russian Red, el retorno de The Primitives o propuestas dispares como Lüger, Calle 13 o Cooper nos invitaban a permanecer en Aranda hasta el último suspiro. Así fue.
Napoleón Sólo fueron los encargados de abrir el domingo y no defraudaron. No lo hicieron sobre todo porqué Chica Disco es un excelente disco de continuidad y porqué Alonso Carmona y los suyos se saben en su mejor momento. Brilló Antes de que ocurriera, a la altura de los mejores hits de la banda –Lolaila Carmona es simplemente un temazo- confirmando así que el grupo disfruta ya de un relativo poder de convocatoria que les hizó sortear la papeleta del concierto tempranero.
Cooper mantuvo el discurso de la jornada llevando a cabo un show elegante, trufando con su sincero power pop el segundo concierto de la jornada, que sirvió como antesala al de The Primitives, uno de los más convincentes de la tarde. Los británicos presentaron en sociedad Echoes & Rhymes, validando así un regreso marcado por la rompedora estética de Tracy Tracy y la solvencia de Paul Court. Temas nostálgicos alternados con algunos de los nuevos (The Witch o Panic entre ellos) para un concierto que remarcó su ligero cambio de estilo, más próximo a los sónidos sixties en los que se han apoyado para perpretrar el disco de regreso. Crash evidenció que su regreso se ha producido en plena forma, y como quiera que Tracy Tracy se mostró especialmente simpática el retorno de la banda dejó en el personal una sonrisa en los labios, el estado de ánimo ideal para encarar el rush final del Festival.
Maika Makovski se encargó de car continuidad al discurso femenino de la noche. Los que hemos ido comprobando de cerca el tránsito hacia la madurez de Maika ya no nos sorprendos ante la contundencia de su directo, sobre todo ahora que ha logrado el equilibro casi perfecto entre directo y disco con Thank You For The Boots. Del disco anterior brilló la inevitable Lava love, uno de sus temas más celebrados y permanente garantía de éxito.
El acento femenino del Festival quedó reforzado con la presencia de Russian Red en el escenario principal. La madrileña llegó con su Fuerteventura bajo el brazo y una banda de acompañamiento que incluyó a Brian Hunt , con el que cantó a dúo Cigarrettes en uno de esos momentos destinados a la magia que tan bien sabe conjugar la madrileña. Algo más seria que en sus conciertos en formato sala -se echó algo en falta su naturalidad divertida del Auditori o el Coliseum, sonados últimos conciertos celebrados en Barcelona- Lourdes se centró en hacer brillar su repertorio, y lo hizo haciendo del suyo uno de los conciertos más bonitos de los cuatro días sonorámicos.
Era díficil que I hate you but I love you o The sun the trees no sonasen bien con los medios que Lourdes tenía a su alcance, aunque eso no quita que su habilidad para eso, crear magia, hiciese el resto en hora seguida con gran atención por el público. Silencio reverencial en los temas más ilustres y la sensación de que, ai, la noche se nos hizo corta para todos aquellos que veneramos Fuerteventura. Armada con su Gretsch eléctrica Lourdes brilló y gustó aunque algún nuevo hit quedase en la reserva, como el ascendente cover Todas mis palabras cocinado por Campos Magnéticos, Alvy, Nacho y Rubin.
Lüger y Calle 13 se encargon de cerrar el Sonorama 2012 con un reparto de estilos quizá sorprendente. La efervescente maquinaria krack out de los primeros contrastó con el hip hop de los puertorriqueños, en otro final de fiesta mediático como el brindado el año pasado por Amaral.
Con todo, el festival arandino fortaleció los pilares en los que ha apoyado su creciente éxito en los últimos años, sorteando la crisis económica -en los dos días grandes los escenarios exhibieron músculos- y presentando un cartel con enjundia, variado y bien equilibrado. Todo lo que se le puede pedir a un Festival de verano quedó bien amarrado. Milagros de la música.