Regresamos a Músicas Nórdicas, de nuevo a nuestro país favorito, Islandia de la mano de Sparkle Poison. De Reyjkavik nos llega este fascinante proyecto de corte experimental y fantasioso, anticipado con una curiosa biografía, y rematado con temas como la angustiosa Bitch Eat My Shit 4ever, grabada en directo. ¿El resultado? un curioso, a veces fascinante, a veces angustioso, viaje especial con 13 paradas y un destino, la trascendencia emocional. Por RUBÉN IZQUIERDO
- El sello Steak Au Zoo Records editó hace unos meses el primer cassete de Sparkle Poison, dúo islandés de corte experimental, y lo-fi, que nos gana por la mano en su primera propuesta
- Las actuaciones del proyecto están acompañadas por logradas audiovisuales que sirven para acabar de dar forma a su aventura espacial
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Hay mucho de fantasioso, y mágico, en el peculiar universo creativo de Sparkle Poison, proyecto del que poco se sabe, más allá de la publicación de su cassette en fechas recientes por Steak Au Zoo Records, y de un puñado de perfomances repartidas por la red, donde dejan claro que el componente experimental de su sugerente edición discográfica goza de una excelente translación al directo.
Antes de seguir, empero, detengámonos en su fenomenal biografía, publicada tanto en su Bandcamp personal como en su espacio web, donde por cierto pueden escucharse la práctica totalidad de temas editados hasta el momento. Sepamos, pues, quienes son Sparkle Poison:
Sparkle Poison has been operating since 1874 with different members at each time. It is expected that the band will live on for about 36,000 additional years. Members of our times are Guðlaug Mía Eyþórsdóttir and Steinunn Harðardóttir. The were both abandoned as children and brought up in a notorious foster home which was acussed of witchcraft and slavery.
Sparkle Poison regards each concert as a special item and treats all genres equally exept jazz. Sparkle Poison has adopted a number of animals in danger of extinction
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Hechas las presentaciones, su peculiar biografía nos sirve para acabar de sumergirnos en el personalísimo mundo creativo de sus dos impulsoras, Guðlaug Mía Eyþórsdóttir y Steinunn Harðardóttir, autoras aquí de una marcianada en tota regla (en el buen, buenísimo, sentido de la palabra), que les sirve para crear un mundo onírico y adictivo, donde la experimentación se desata con toda su fuerza en pasajes como Slavery bag, donde dan rienda suelta a esa capacidad suya para generar emociones, partiendo de una absoluta y entregada capacidad de emocionarnos a partir de su electrónica experimental, fantasiosa y de corte lo-fi, acompañada por una interesante puesta en escena que hace de este proyecto una sugerente propuesta a seguir.
Como hemos visto unas líneas más arriba, el proyecto sabe transliterar bien su sonido experimental al directo, llevando a cabo unas perfomances creativas, en las que lo estético y visual interactúa con las dos componentes de la banda, algo de lo que se beneficia el conjunto, redundante en ese discurso espacial, del que salen airosas con un trabajo que se va a los 13 temas y que pasa en un suspiro, tanto por lo original de su propuesta como por la extensión de los tracks -ninguno se va más allá de los 4 minutos-, un doble acierto para esta rareza personal y sugerente, que se crece en sus escasos pasajes vocales –My snake in Africa– y que termina por dejarnos con ganas de más, por más que últimamente estén algo inactivas en la red.
Reyjkavik, en fin, vuelve a ganarnos por la mano, confirmándose como una de las ciudades más creativas del momento, trufadas de pequeñas joyas casi invisibles (apenas superan hasta el momento los 100 likes en Facebook) pero dotadas de un enorme interés artístico y musical. ¡Que llegue pronto su próximo vuelo espacial!
Escucha el álbum en Bandcamp: