Stop Telling Women To Smile es un proyecto de street-art por Tatyana Fazlalizadeh que parte de la problemática del acoso en la calle por cuestiones de género, especialmente aquel que se dirige hacia las mujeres. El acoso es un serio problema que afecta a mujeres de todo el mundo, y es por lo que este proyecto pretende tomar la voz de varias mujeres, ponerles rostro y trasladarlas a la calle. Hacer que las mujeres estén presentes en un ambiente donde millones de veces se las hace sentir incómodas e inseguras. Por LARA A. MIRANDA
En la web de la autora podemos leer su discurso sobre el proyecto, y anticipa que su obra no será algo que guste a todos. Es un tema que incómoda, del que no gusta hablar, porque ensucia la imagen de sociedad civilizada y pone de manifiesto el machismo imperante en todas las culturas del mundo.
Tatyana Fazlalizadeh hace abrir los ojos hacia el problema, abrir los ojos ante la objetualización de la mujer, que muchas veces se toma como mera cuestión que afecta a la imagen, aislándolo impunemente hacia cómo se visiten las mujeres o cómo llevan el pelo. Sin embargo, las consecuencias que se deducen más allá de esta superficialidad es el significado. Es ese significado intrínseco el que afecta directamente sobre la objetualización del cuerpo femenino, obligando a la mujer moderna a ser esclava de la erótica patriarcal y deudora de todas las imágenes creadas por hombres a lo largo de la Historia del Arte. Ahora éstas, un corpus de imágenes contemporáneas que se venden como liberadoras, que no lo son sino cadenas que van decapándose para repintarlas con una mano nueva. Mano igual de tirana que la anterior: El imaginario es el mismo, el sistema no ha cambiado, los códigos de representación son los mismos.
El repertorio iconográfico para la mujer le dicta asi mismo una serie de comportamientos: ser amable, resultar atractiva y sonreir. ¿Pero sonreir para quién? Es esta la pregunta a la que responde el trabajo de Tatyana Fazlalizadeh: sonreir para ellos. Si no eres amable y ries ante los piropos machistas, innecesarios y ofensivos y sexualmente agresivos, corres el peligro de ser violada o agredida físicamente. No está bien que la mujer se rebele ante un ataque, o que se pronuncie, incluso al hablar, ha de medir sus palabras. ¿A caso dista esto mucho del modelo de esposa perfecta que se promovía en época del franquismo o en Estados Unidos en los años 50? No. Seguimos viviendo en el mismo conflicto.
Faz lo plasma en los retratos de estas mujeres, relata una historia que no es anónima, que individualiza dentro de la colectividad sin caer en el victimismo. Cada mujer que se representa es única, posee unas vivencias, y sus sentimientos se encuadran dentro de un mismo proyecto donde tienen cabida otras voces. Crea una red de mujeres bajo la premisa del arte, transformándolo en el mensaje y la calle en el medio. Stop Telling Women to Smile pone a las mujeres de nuevo en el ámbito público, como revancha, sin sonreir, sin estar contentas, fuertes y combativas ante las actitudes de acoso, el sexismo y violencia.
El objetivo de poner estas imágenes a disposición de cualquier espectador es una manera de buscar la interacción directa. Acepte o rechace la imagen, está condicionado por ella, dado que se encuentra en su medio de socialización y en su espacio, haciendo que la mujer se reapodere de las calles y las hagan suyas, haciendo sentir incómodas a aquellas personas que huyen del problema, lo evitan, lo normalizan, o aquellas que incluso lo aceptan.
El proceso de creación pasa por entrevistar a las participantes, que no son sólo mujeres. También están invitados los hombres a tomar un compromiso con el proyecto y mostrarse contrarios al acoso. Por medio de fotografía y video documenta cada testimonio: conversaciones sobre experiencias o la posición general acerca del tema. Cada uno/a puede expresar su opinión.
La artista Tatyana Faz ha sabido extender el mensaje de su proyecto fuera de los muros del estudio para tocar conciencias, por medio de papel que sostiene una imagen reproducida cientos de veces, de camisetas, de charlas, y de anotaciones que las y los caminantes que circulan por las calles donde se pegan los carteles, hacen sobre los retratos.
Proyecto artístico feminista donde lo haya, que da una imagen independiente de las mujeres de hoy y de su comportamiento y presencia en las calles. Un trabajo contemporáneo, plural, valiente y nada autocomplaciente. Faz llama al diálogo con el acoso de forma tajante y gráfica, efectivamente por medio de la opción más influyente en la actualidad: imagen y pocas palabras, donde todo el mundo puede hablar pero también hacerse responsable de su actitud hacia un problema diario y violento.
Se puede seguir Stop Telling Women to Smile de cerca o saber más: