“Tourmalet nace en La Alcarria, una tierra, como ellos, ajena a los centros de poder, influencia y modas”. Así arrancan las notas promocionales de Que Entre El Diablo y Escoja (Mascarpone Discos, 2016), EP que ahora presentan de la mano de Mascarpone Discos, con el que dan continuidad a su Ternera Legítima, editado en 2015. A su nuevo trabajo llegan un año después de haber pisado mucha carretera presentando el álbum, firmando una evolución que compila casi siete años de trabajo. “Llevamos ese tiempo, pero desde entonces hemos cambiado bastante. Destacaría que somos amigos desde que éramos muy pequeños, y como siempre hemos tenido inquietudes por el mismo tipo de música…”. Esa afición común por un estilo, unido al hecho de que en Guadalajara “la oferta musical no es muy amplia” les llevó a montar la banda “para tener algo que hacer y poder crear algo nuevo y diferente”, acción y reacción sobre las que sustentaron los orígenes del grupo.
Para los integrantes del grupo, núcleos urbanos como Guadalajara parten con un lastre. “Estando a tan solo 50 kms de Madrid al final acabas demasiado cerca como para crear una escena propia, ya que la gente con inquietudes culturales o artísticas tienen a colmarlas en Madrid, pero también estás demasiado lejos como para pertenecer a la capital”, un limbo que en cierto modo empuja al nomadismo y al girar y girar. “Hemos tenido suerte y hemos podido tocar en bastantes salas del país, aunque organizar conciertos sigue siendo complicado. Al final tratas de establecer contactos con otros grupos, y vía intercambio hemos podido ir moviéndonos”, lo que les lleva a sostener que la “cooperación entre ambas es la única formad de que la escena mejore, visto el apoyo que se da desde las instituciones”.
Hablando del EP que acaban de presentar, su bajista Javier sostiene que dibuja “la evolución del sonido de Tourmalet, incluyendo diferentes elementos al disco”, como el uso de sintetizadores. Eso sin alejarse del estilo marca de la casa, más definido y perfilado, reforzado también por su inclusión en la familia Mascarpone. “A Jose no le conocíamos, pero uno de los conciertos que dimos para presentar en el disco fue en la Residencia de Valencia. Sospechamos que allí es donde supo de nosotros”, nos cuentan antes de señalar a La Resi como uno de sus lugares favoritos para tocar. “Su trabajo es increíble, maravilloso”. Allí tocaron de hecho con Muerte Mortal, formación en la que milita Leticia Jimenez. Leticia es autora de la portada del álbum –“estamos tremendamente agradecidos de que nos prestase su arte para vestir el EP”-, cierran antes de presentarnos cada una de las canciones del EP.
EL EP, VISTO POR TOURMALET
Tauromaquia: Es la canción más antigua del EP, estaba compuesta cuando se estreno el anterior disco, fue la primera en la que incluimos un sintetizador. Creemos que es una composición bastante redonda, con una linea muy kraut pero a la vez bastante directa.
Medina: Siempre nos hemos caracterizado por nuestras composiciones oscuras, también en la letra, pero esta la tomamos como una canción que invita al optimismo dentro de que su dureza, tiene más rabia y ganas de mejorar que pesimismo. En cuanto al sonido también se puede notar la evolución, con un sonido muy brillante del sinte.
El rito: Es tal vez la canción en la que más hemos cambiado la forma de componer etc, con un sonido más industrial, en el que incluimos chapas y otros metales para las percusiones y un sonido electrónico muy agresivo.
Que entre el diablo y escoja: La canción que da nombre al EP es posiblemente la más directa, algo que hemos intentado en general en todo el EP es simplificar las composiciones. El título viene de una expresión colombiana que nos enseñó una buena amiga y que se nos quedó pegada, creemos que tiene mucha fuerza y un significado y una simbología perfecta para lo que intentamos transmitir en este EP.