¿Quién no recuerda las peripecias de Bill Murray en la lejana Tokio? Hablamos, claro, de Lost In Translation, la película que convirtió en una estrella a Scarlett Johansson y en cineasta de autor a la directora de Maria Antonieta y Somewhere, ya comentadas aquí.
En la mayestática banda sonora que Coppola preparó la que sigue siendo su mejor película, Death In Vegas brilló con Girls, tema de nostalgia inacabable, totalmente comprometido con la tristeza acumulada que ambos personajes exhibían durante su breve encuentro en la cosmopolita capital japonesa.
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Ahora Death In Vegas vuelve a ser noticia por una circunstancia doble. De un lado, la salida al mercado de su último trabajo. Trans-Love Energies ha pasado un poco de tapadillo por la recta final de este 2011, y lo cierto es que salida al mercado nos ha recuperado una banda que llevaba parada demasiado tiempo -Satan’s Circus era de 2004, nada menos- y que trata de reprender el éxito perdido desde 2004, con Richard Fearless a la intendencia y una pátina triste desprendiendo todo el relato musical. Del otro, la confirmación de su presencia en el próximo Primavera Sound, una de esas noticias que nos alegraron el mes el pasado noviembre, cuando el Festival realizó su primera tanda de confirmaciones y que nos recupera definitivamente a Death In Vegas, con la pérdida por el camino de Tim Holms, desvinculado del proyecto, y con Fearless como única cabeza visible.
Mudado a Londres desde que decidió retomar la aventura de Death In Vegas, Fearless ambiciona así recuperar el proyecto con una (re)fundación en solitario, que tiene en Your loft my acid uno de sus mejores momentos -el tema se va a los siete minutos y antecede a Medication, otro de los picos altos de un disco decidido a crecer- y que podremos disfutar en el Forum en el que será, seguro, uno de los momentos a coleccionar para nuestra galería de recuerdos la próxima primavera.
El disco supone además una concepción más modesta a la hora de presentar los nuevos temas. Atrás quedan colaboraciones como las de Liam Gallagher o Hope Sandoval -Scorpio Rising fue demasiado grande en realidad como para funcionar como debería-. Fearless se deja acompañar ahora tan solo de Katie Stelmanis, miembro de Austra, para facturar temas como Black Hole, un momento puramente shoeagaze que actúa como segunda introducción para los tramos más electrónicamente oscuros del disco. Cumplido con nota el reto de regresar sin Holmes, a Fearless le espera ahora la gira. La espera para mayo se hará larga. Paciencia. A. VANDELAY