Siempre es una alegría que sellos y colectivos decidan sacar adelante sus proyectos, adaptándose si cabe a las necesidades del momento. Tras una prolífica trayectoria como sello el proyecto The Indian Runners se reformula en asociación cultural, una nueva vida que no abandona la edición discográfica, tal y como lo confirma el anuncio de sus próximas referencias, entre las que sobresalen los nuevos trabajos de Rombo o vàlius, además del esperado regreso de La Sentina. Antes llega el turno de Valentí, proyecto en clave dreampop que lanza su primera referencia discográfica, incorporándose a la familia indian con Any de Meteors.
Proyecto integrado por nombre con amplia experiencia en la escena local (Adrià González formó parte de Samitier y Roger Palacín hizo lo propio en Aními), la aventura de Valentí supone el encuentro de ambos con la actriz y cantante Victòria Alvelo. Los tres se estrenan presentándose como un proyecto que se define “comprometido en dar voz a las vidas olvidadas y a las fotografías en blanco y negro, aquellas que evocan historias de progreso y lucha”. El largo es la segunda referencia que presentan tras el autoeditado y homónimo Valentí EP (Autoeditado, 2015), trabajo de tintes oscuros que les hizo ver que el asunto podía ir para adelante, algo firmado entre atmósferas densas a lomos de un dreampop evocador, del que sale esta colección de canciones, con guió a Walt Whitman incorporado.
Su puesta de largo será este viernes en la sala BeGood de Barcelona, junto a Supe Gegant y Rombo djs.
Any de Meteors es el primer trabajo en formato largo del proyecto. A Adrià y a Roger ya os habíamos visto en otros grupos, además de haber pasado juntos por la formación de culto Ana Es Un Koala. ¿Cómo y cuando se forma el proyecto?
En verano de 2014, después de oír a Victoria cantando en un concierto, me imaginé su voz dentro de una música ambiental y un contexto muy emotivo. Al finalizar el concierto fui directo a ella y a Roger y les propuse vernos para enseñar un par de canciones que tenía. Con Roger musicalmente nos entendíamos muy bien y siempre habíamos pensado en hacer algo juntos. También tengo que reconocer que el visionado de Twin Peaks en esos meses me había dejado tocado y receptivo a esa sensibilidad.
El título del disco está sacado de un poema de Walt Whitman, publicado en su libro Fulles d’herba. ¿Qué valor simbólico le dais a ese guiño?
Whitman es un poeta fetiche, alguien totalmente avanzado a su tiempo; su visión, valores, hasta la defensa de su homosexualidad en pleno siglo XIX le convierten en alguien único. Su absoluto amor a la humanidad y la épica de las pequeñas y grandes historias que explica me abrió un mundo en mi juventud, también su métrica libre fue una influencia fundamental para entender la música.
En la nota de prensa Dimas explica que el plan inicial era “hacer dream pop en catalán, con cajas de ritmo disparando a discreción hacia la década de los 80’s”. ¿Os intercambiastéis música de género en ese proceso?
Sí, hubo un plan inicial. Queríamos probar cómo sería tocar con caja de ritmos (primero fue un sampler Roland 404) llenando el espacio de efectos de guitarra, bajo y sintetizadores y tener una voz preciosa planeando entre ellos. Con estas premisas empezamos a indagar y a intercambiarnos discos y enlaces: Cocteau Twins, Eyeless in Gaza, Piano Magic, M83, Julee Cruise…
Victoria acumula mucha experiencia como actriz, y también como cantante en musicales. Vicky, ¿te ha resultado complicado cambiar la dinámica al ensayo de grupo? ¿Qué diferencias ves de un modo más significativo entre tu experiencia en el musical de teatro y en tener un grupo al uso?
Victoria: No me ha costado, hace años que ensayo con músicos en diferentes proyectos y si algo me gusta es adaptarme a los diferentes ritmos de trabajo. Con Valentí todo ha sucedido de forma muy orgánica, hemos ido trabajando los temas desde antes de que existieran. La diferencia fundamental con el teatro es que cada canción es por sí misma una pieza completa, pero mucho más corta en el tiempo y eso te obliga a sintetizar todo lo que quieres explicar en 3 o 4 minutos, mientras que en el teatro siempre se piensa en la gestión de las historias en función de cómo el público recibe durante una hora o más. Eso me hace pensar también en los conciertos y como el discurso de un disco se sucede durante todo un directo
Os definís como un grupo “comprometido a dar voz a las vidas olvidadas y a las fotografías en blanco y negro”. Temas como ‘Motors’ o ‘Aquí treballava l’àvia’ van por esa línea. ¿Cómo fue ese proceso de búsqueda?
Aquí confluyen procesos cómo: qué queremos explicar con nuestra música y qué valores queremos que se transmitan. Desde hace tiempo creemos que hay una responsabilidad en el artista. Vemos indispensable que haya una significación y una alineación con unos valores, más aún en estos tiempos despiadados llenos de individualismo y fugacidad. Por eso nos interesan las historias de compromiso y de lucha, aunque esta sea la que se da diariamente; sin héroes ni focos.
En Valentí confluyen muchos procesos, cómo qué queremos explicar y qué valores queremos transmitir
¿Cómo consensuasteis los temas escogidos a tratar?
Entendimos y acotamos el concepto, cosa que nos permitió que el material que íbamos generando fuese en una dirección. No era tanto una cuestión de qué temas se trataba, sino de el enfoque que se daba a cada canción; desde qué prisma se explicaba cada historia. Aunque hay también temas de amor romántico o de superación personal, estos tienden a ser desde alguna perspectiva que entendíamos interesante o que nos aportaba cosas.
Por lo comentado de las fotografías y la colaboración de Blanca Viñas juraría que le dais importancia a lo visual. ¿Qué imagen buscáis transmitir como grupo?
Le damos mucha importancia, porque entendemos lo visual como parte indiscernible del discurso de un disco.
¿Lo consideráis un complemento al tono evocador de vuestras canciones?
Conocíamos y admirábamos mucho el trabajo de Blanca Viñas y fue mágico ver cómo su universo y el nuestro convergían hasta parecer que siempre habían estado unidos. Blanca tiene series muy diferentes entre ellas y utiliza muchos recursos para sus fotos, pero tanto la portada cómo las fotos que nos hicieron potenciar ese tono evocador.
El disco llega casi dos años después del EP de presentación, homónimo y juraría que autoeditado. ¿En qué ha variado más el sonido desde entonces?
El EP fue como una apuesta propia, autoeditada. Queríamos ver si era posible, y si tenía sentido hacer un disco con estas premisas que comentábamos. Visto en perspectiva, era un disco muy oscuro, hasta tirando a gótico, pero vimos que nos encontrábamos cómodos con ese contexto y había mucho camino a explorar. En este disco queríamos dar una vuelta de tuerca a la electrónica, sin complejos, esto se acabó de definir con el magnífico trabajo de Cristian Pallejà y Ferran Resines del estudio Caballo Grande, que con sus sintetizadores originales de los 80’s (Juno 106, Júpiter…), su asesoramiento y producción nos dieron el empaque que necesitaban las canciones. Una última ayuda en este aspecto fue contar con la masterización de Denis Blackham, mítico técnico de Sky Mastering, que ha trabajado con Brian Eno, OMD, Wire y tantos otros artistas que admiramos.
El álbum desprende un sonido dreampop en buena parte de sus temas, algo no muy visto en la música cantada en catalán. ¿Con qué referentes más o menos inmediatos habéis trabajado?
Tenemos muy pocos referentes de música actual. Hay algunos grupos como Ocellot, Desert, El Último Vecino o Anímic que tienen aspectos que nos gustan, pero básicamente no tenemos ningún referente inmediato vinculado a lo que hacemos.
El hecho de haber apostado por un sonido poco explorado en la escena local, tal y como se define en la nota de prensa, ¿lo consideráis un reto añadido? ¿Cómo os gustaría que se entienda el disco y en qué circuito os gustaría moverlo?
Es un reto, ciertamente, pero publicar un disco siempre lo es. Nosotros creemos en las canciones que hemos hecho y en la capacidad empática que pueden suscitar; hablar de problemas y de sentimientos universales y creemos que musicalmente no es nada elitista ni pretenciosa. No nos cerramos a ningún circuito que pueda ayudar a visibilizarnos.
Os estrenáis en directo este viernes en la sala Begood de Barcelona. ¿Habéis preparado muchas diferencias respecto al sonido del disco? ¿Cómo concebís el directo?
Pues hemos procurado que nuestro directo sea lo más cercano al disco posible. En este punto nos importaba mucho tener la sensación de que somos capaces de cuidar todos los detalles de la producción que llegamos a alcanzar en el estudio, pues nos parece importante como suena a parte del mensaje de nuestros temas. Para eso contamos para el directo con la colaboración de Julio Pérez, teclista, que se ha sumado al proyecto de nuestros directos y que entiende muy bien nuestra estética sonora.
¿Qué supone para vosotros inaugurar la nueva etapa de The Indian Runners? ¿Qué relación previa teníais, más allá del paso de Adrià por Samitier?
Estamos encantados de ser la primera referencia en esta nueva etapa! A parte de la satisfacción de saber que alguien confía en tu trabajo y está dispuesto a trabajar y a darle cobertura. Las personas que integramos Indian Runners tenemos la voluntad de sacar adelante los grupos funcionando de otra manera. Muchos nos conocíamos, estamos muy contentos de coincidir en esta aventura.
Os acompañarán dos grupos de la casa: Super Gegant tocando y Rombo en versión DJ’s. ¿Por qué no deberíamos perdernos el concierto del fin de semana?
¡Porqué será una fiesta! Tendremos la suerte de disfrutar de Súper Gegant, uno de nuestros grupos preferidos. Y además servirá para ver cómo defendemos nuestro directo. La noche la acabarán Rombo por todo lo alto.