El videoclip de la semana es para Sigur Rós, que sigue adelante con la presentación de su nuevo disco, en un ambicioso proyecto con el que pretenden acompañar el lanzamiento de cada uno de sus vídeos con un videoclip propio. La aportación de Alma Har’el resulta conmovedoramente bella. Por RUBÉN IZQUIERDO

Sigur Rós disfrutan del don de la excelencia, la misma que les ha permitido hacer de cada noticia un acontecimiento de primer orden a escala global. El lanzamiento de su nuevo videoclip, claro, no es una excepción.

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Fjögur Pianó mantiene, en este sentido, el componente épico que acostumbra a acompañar sus lanzamientos, con el añadido de que el mismo forma parte de un proyecto (cautivador) que tiene como propósito hacer de Valtari (Emi, 2012) algo inolvidable, además del mejor disco de 2012, algo que probablemente acabe por pasar si no lo remedia un bombazo inesperado en lo que que queda de año.

En el caso que nos ocupa, Fjögur Pianó ha sido dirigido por Alma Har’el y cuenta como Shia LeBeouf como protagonista principal. El vídeo, que se va a los ocho minutos -marca de la casa en la formación islandesa- se enmarca en el citado proyecto de Jónsi  y los suyos, que tiene como fin lograr que cada  uno de los cortes de nuevo álbum disponga de un clip propio, un ejercicio de lo más ambicioso y de una coherencia exquisita, dado el talante cinematográfico (o de arte audiovisual, seamos claros) que siempre han sabido darle a su música.

No es la primera vez, por otro lado, que la banda islandesa le otorga al desnudo un componente importante en la elaboración de sus vídeos, como recordarán los fans de Gobbledigook, presentado en 2010 y que tenía en el desnudo de varias personas uno de los ejes motores del mismo. Filmado dos años atrás por Arni & Kinski en un parque público de Long Island, el tema sirvió de lanzamiento para Með Suð í Eyrum Við Spilum Endalaust

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Har’el ha llevado a cabo un videoclip intimista, visual y de una exquisitez desbordante, una pieza (casi) de museo que sitúa a LeBeouf en las antípodas de su filmografia habitual y que mantiene intacto el don de emocionar de la banda, la misma capaz de arrancarnos el llanto en el maravilloso final de 127 Horas. Antes de iniciarse el vídeo, en la cabecera inicial podemos leer que estamos ante Sigur Rós Mistery Film Experiment nº3. ¿Cuáles fueron los dos primeros?

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 Ingibjörg Birgisdóttir se encargó de hacernos llegar el anterior con Varúð, una pieza más de videoarte, trufada de imágenes de gran carga emocional que, como en el caso anterior, conmueven por la habilidad de fundir el discurso inacabable de Jónsi con el onirismo evocador de lo visto en pantalla, un plano fijo al que se van sumando personas al tiempo que el crescendo emocional del tema sube y sube, en eterno ascenso, también lumínico, coronado de forma serena, un vídeo.

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Similar fue el Ekki múkk con el que de hecho presentaron el disco hace ya unos meses, una nueva pieza definida por el propio grupo en su canal Youtube como art moving en el que su música delicada y preciosista encajaba como un guante en la composición videoartística ideada por Ingibjörg Birgisdóttir, de nuevo en plano fijo, de nuevo con una insospechada capacidad evocadora.

Sigur Rós actuarán el próximo mes de septiembre en el DCode de Madrid.