La banda Free fue una de las principales representantes de la denominada invasión británica, y actualmente está considerada una de las precursoras del género hard rock. Dando un claro protagonismo a la guitarra eléctrica y ofreciendo secciones rítmicas contundentes, Free popularizó un estilo que alcanzaría gran importancia durante la década de los 70. Por ALBERTO J. PUYALTO
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Los inicios de Free se remontan al año 1968, cuando el guitarrista Paul Kossoff y el batería Simon Kirke abandonaron su anterior banda, Black Cat Bones, y descubrieron a Paul Rodgers cantando en un pub de Finsbury Park. Impresionados por la potente voz de carácter soul y los excéntricos movimientos del cantante, le propusieron integrar el nuevo grupo que estaban apunto de formar. El posterior fichaje de un jovencísimo bajista llamado Andy Fraser -que pese a tener sólo 15 años ya había trabajado con el mítico John Mayall-, acabó por dar forma definitiva a la banda.
Como la mayoría de formaciones de finales de los 60, Free dio sus primeros pasos versionando temas de blues, pero dotándolos de ese toque especial concebido ya por otras bandas inglesas como Cream o Led Zeppelin. Se trataba de dar primacía a la guitarra eléctrica y adaptar los clásicos del género a una versión rock, donde los decibelios se multiplicaban significativamente. El primero disco publicado, Tons Of Sobs, refleja precisamente ese estilo tan en boga durante aquellos años, y lo hace mediante varios temas electrizantes que, sin embargo, no cosecharon demasiado éxito. La banda era extremadamente joven; incluso obviando al bajista, ninguno de sus integrantes alcanzaba los veinte años de edad.
El segundo LP tampoco trascendió en el panorama musical, pero ya incluía temas notables como Songs of yesterday o Trouble on double time que permitían intuir la inagotable energía que destilaba la banda en sus directos. Durante esa etapa, Free aún se estaba encontrando a sí misma, teloneando a grupos importantes como Blind Faith y preparándose para alcanzar la cima del éxito.
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Éste, como suele suceder, llegó de forma inesperada mediante el siguiente LP, Fire and Water, quizá el mejor de sus trabajos y un auténtico clásico de la historia del rock. En poco tiempo el disco alcanzó el número 2 en las listas británicas y el 4 en las americanas. Con una producción mucho más depurada, Free nos entregó siete pistas excelentes entre las que se incluye la inmortal All right now, cuyo riff pegadizo sigue sonando en las radios de todo mundo más de 40 años después. Dicha canción significó sin duda el auténtico salto a la fama para Free; a raíz de su popularización, la banda fue contratada para tocar en el Festival de la Isla de Wright en 1970, donde ofreció un magistral actuación ante 600.000 personas y se consagró para siempre.
Me atrevo a afirmar que Fire & Water es un disco redondo de pies a cabeza. El tema que abre y da nombre al LP es ya un claro ejemplo de rock maduro, sereno y de brillante factura, sorprendente teniendo en cuenta que se trataba de un grupo de meros adolescentes. Le siguen canciones que mantienen un homogéneo nivel de calidad, tales como Oh I wept o Remember (la cual ya aparecía entre los descartes del primero de sus discos bajo el nombre de Woman by the sea). Ambas ejemplifican la calidez de la voz de Paul Rodgers y su facilidad para convertir cualquier melodía en un tema pegadizo. A continuación encontramos Heavy load, una balada soul donde el cantante da muestras de sus dotes vocales con conmovedores crescendos, tal y como sucede en la otra balada del disco, Don’t say you love me, en la que Rodgers se presenta como un intérprete de gran sensibilidad.
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Antes de cerrar con el super hit All right now, Free nos deja una pieza clave en su repertorio en la que tenemos ocasión de degustar el sabor de un género incipiente. Mr. Big (puede verse el vídeo al inicio del texto) posee sin duda esa energía cruda y característica del primer hard rock; la batería marca con compás enérgico un medio tiempo sobre el que Kossof y Fraser acaban ofreciendo un duelo entre guitarra y bajo, un clímax memorable que prácticamente corta la respiración.
El grupo publicaría varios LPs de calidad más o menos contrastada, pero los años posteriores depararían momentos difíciles para la banda. Surgieron tensiones entre sus miembros y las desavenencias obligaron a disolver finalmente la formación. Rodgers y Kirke formaron Bad Company, una nueva formación con la que cosecharían importantes éxitos. La historia de Kossoff, sin embargo, es bastante más dramática. Sumido en graves problemas de drogadicción, tras abandonar Free publicó un trabajo en solitario y participó como guitarra en otras grabaciones. Acabaría falleciendo por problemas cardíacos en un vuelo a Nueva York en 1976, cuando tenía tan sólo 25 años. Su talento para el vibrato y la efectiva simplicidad de sus solos, caracterizados por un sustain realmente brillante, le han convertido en un claro referente de la historia de la guitarra rock. Sus restos fueron incinerados y enterrados en Londres, en cuyo epitafio puede leerse: All Right Now.
Como nota curiosa, señalar que Paul Rodgers -con un look sorprendentemente diferente- ha realizado en los últimos años varias giras de la mano del guitarrista Brian May interpretando canciones de Queen y de sus grupos anteriores. Al parecer, Freddie Mercury era un admirador de Rodgers y acudía a menudo a sus conciertos, hecho que gestó tiempo después esta curiosa colaboración. En realidad, el vocalista de Free está considerado uno de los mejores cantantes de rock de todos los tiempos, y se le ubica a la altura de figuras como Robert Plant. En una reciente entrevista, Rodgers reveló que tras abandonar Free recibió una propuesta para unirse a Deep Pruple y que, según le contó el guitarrista Robby Krieger, incluso The Doors pensaron en él tras la muerte de Jim Morrison.