Abreviando el nombre original de Tyrannosaurus Rex, la banda de Marc Bolan dejó atrás una primera etapa de folk psicodélico y se adentró en los vericuetos del glam rock. Electric Warrior es quizá uno de sus discos más célebres y, sin duda, uno de los que mejor definen ese estilo innovador con el que el músico inglés influyó a numerosas bandas posteriores. Por ALBERTO J. PUYALTO
La conversión de Marc Bolan de místico hippie a superestrella del rock n’ roll se gestó a lo largo de varios discos de corte folk, en los que su formación era un simple dueto de percusión y guitarra acústica. El cantante había tomado su apellido artístico de una apócope de Bob Dylan debido a la admiración que sentía por el cantautor americano. Sin embargo, la música que componía por esa época distaba bastante de la publicada por el genio de Duluth.
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Revisados hoy, los primeros trabajos de Tyrannosaurus Rex no son de fácil escucha. No obstante, las letras y el sonido esconden ya una etérea fascinación. Acompañado por el percusionista Steve Peregrin Took (sobrenombre extraído de la obra de Tolkien), Bolan ofrece en estas obras un lirismo muy particular que se ve complementado por registros vocales poco comunes para la época.
Con la incorporación de batería y algo de electricidad a las guitarras, el grupo empezó a avanzar por un camino sin retorno. Took, poco convencido con el nuevo proyecto, abandonó el barco y Bolan, ejerciendo un liderazgo que eclipsaría a cuantos se asociaran con él, se rodeó de una corte de jóvenes músicos. Abrevió el nombre de la banda y publicó un disco homónimo, T. Rex (1970), contando ya con una formación completa: Mickey Finn (congos y bongos), Bill Legend (batería), Steve Currie (bajo), Howard Kaylan y Mark Volmann (coros).
El single Ride a White Swan gozó de un éxito relevante y contribuyó a que la banda empezara a sentirse popular en el Reino Unido. Sin embargo, tras este primer LP -realmente brillante pero considerado una suerte de transición-, la formación inglesa publicaría Electric Warrior, disco con el que alcanzaría la verdadera y merecida fama que andaba buscando.
Antes de esto, y como anticipo del nuevo trabajo, en febrero del 71 la discográfica Fly Records hizo circular Hot Love, un single de puro rock and roll con una sonoridad diferente a la adoptada por formaciones coetáneas. Los T. Rex ofrecían ahora un producto pasado por el tamiz del pop, cargado de melodías pegadizas, riffs de gran calado y ritmos bien marcados. Y el resultado parecía hacer estragos entre el público más joven.
Tras Hot Love, descartado para integrar el LP, el siguiente sencillo en salir al mercado fue Get It On. De hecho, cuando el tema se puso en circulación, el disco al completo aún no había sido editado. Pese a todo, la canción resultó ser una auténtica revelación y alcanzó el número 1 en las listas de éxitos del Reino Unido. En EE.UU. ascendió fácilmente hasta la 10ª posición. Atisbando un éxito incipiente, los T. Rex viajaron al otro lado del Atlántico y dieron varios conciertos en Nueva York y en la Costa Oeste con el fin de ganar algo de repercusión. Mientras tanto, la grabación de Electric Warrior seguía ultimándose a lo largo de diferentes sesiones.
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Bolan copaba ya las portadas de decenas de publicaciones y se convertía poco a poco en el nuevo dandy del panorama musical. Sus afectados gestos; su actitud provocativa, tierna o salvaje según el momento; y sus excéntricas vestiduras -que dejaban a un lado los atuendos hippies para engalanarse con lentejuelas, pieles, maquillaje y otro tipo de excesos- causaban absoluta sensación. El inminente lanzamiento del nuevo trabajo de T. Rex tenía visos de convertirse en un éxito de ventas. Todo apuntaba a que aquel muchacho de pelo rizado y aspecto élfico estaba listo para erigirse como el nuevo mesías de un movimiento arrollador.
Todo el mundo coincide con que el amanecer del glam rock tiene lugar con la publicación de este Electric Warrior. Por mucho que nuestro idolatrado Bowie se encargara de popularizar el género, Bolan está considerado su padre y fundador. Bandas como Slade, Sweet o Mott The Hopple le deben prácticamente la razón de su existencia.
Cuando en septiembre del 71 Electric Warrior se puso a la venta, los resultados cumplieron todas las expectativas. Además del primer y fulgurante single, el LP estaba integrado por muchos otros temas geniales que mantenían una calidad heterogénea y garantizaban una buena acogida. En ellos destacaban coros trabajados y arreglos con instrumentos de viento y cuerda. El responsable de ensamblar todas las piezas fue el productor Toni Visconti, quien ofreció a las pistas el equilibrio necesario. Su buen gusto combinó a la perfección los diferentes elementos de la banda sin sobrecargar el sonido, dando forma a un estilo particular pero respetando siempre la genuina crudeza que destilaban los temas de Bolan.
Lo cierto es que la energía del aterciopelado rock de T. Rex ha aguantado bien el paso del tiempo. Su música constituye aún una excelente fórmula para levantar el ánimo. Esto queda patente en piezas como la potente The Motivator, la sensual Mambo Sun o la colérica Rip Off, cuya escucha resulta todavía revitalizante. Asimismo, las baladas con las que Bolan seducía a las adolescentes están también presentes en este disco, y tienen su máximo exponente en Life’s A Gas. Digna de mención es también Lean Woman Blues, que evidencia las raíces musicales del cantante. Finalmente, encontramos otro sencillo que escaló las listas del Reino Unido hasta afincarse en la 2ª posición: Jeepster es un tema concebido para hacer bailar a las masas y que resume la capacidad que Bolan para sacar hits uno tras otro.
El compositor no había autorizado a Fly Records a publicar este nuevo single, y ello ocasionó un conflicto que provocó la ruptura de la banda con la discográfica y el posterior fichaje con EMI Records. Junto a este nuevo sello, T. Rex editaría dos grandes LPs posteriores, The Slider (1972) y Tanx (1973), que posicionaría al grupo como uno de los grandes de la escena musical de principios de los 70.
Años después, cuando el auge comercial de la formación empezó a declinar, Bolan siguió dejando discos interesantes. Sin embargo, la carrera del músico se vería truncada por un accidente de coche que le quitaría la vida el 16 de septiembre de 1977 cuando tan sólo tenía 29 años. La conductora, su novia Gloria Jones, saldría ilesa de la colisión. Curiosamente, Bolan nunca se había sacado el carnet de conducir debido al miedo que le inspiraba la carretera. Una tragedia con cierto aire de premonición que grabó con mayor intensidad el nombre de Marc Bolan en una nueva y brillante página de la historia del rock.
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