Esperado y celebrado, el retorno de las Vivian Girls a Barcelona estuvo a la altura de lo esperado. Señaladas como cabezas de cartel de las Get Dirty, las vivian supieron responder a las expectativas creadas con un concierto que tuvo mucho de recopilatorio, con temas rescatados de sus tres álbumes presentados hasta la fecha, en una noche que nos recuperó a Ali Koehler como batería y que nos recordó que el directo de las Vivian sigue siendo de los más sólidos del momento. Por RUBÉN IZQUIERDO
- Concierto de alto nivel para las Vivian Girls, con instantes para la épica en un acertado reparto de roles entre sus diferentes integrantes
- El setlist estuvo integrado por temas de sus tres trabajos de estudio presentados hasta la fecha, con ligero protagonismo para el segundo de ellos, el celebrado Everything goes wrond
El FAD acogió ayer el paso de las Get Dirty Sessions -la nueva aventura promovida por This Is Underground y Converse– por Barcelona tras desembarcar en Madrid una semana atrás, de nuevo con las Vivian Girls como principal reclamo y cabeza de cartel, rol que supieron defender con su habitual potencia escénica, secundado por el carisma innato de Katy Goodman y las habituales exhibiciones de una Cassey Ramone épica por momentos, en un concierto a la altura de sus anteriores pasos por Barcelona. Y eso es decir mucho para los que recordamos con cariño su celebrado paso por Razzmattazz hace ya un par de años o su última visita a la ciudad, cuando pusieron la KGB patas arriba con un derroche de fuerza repetido ayer.
El concierto significaba además la vuelta de Ali Koehler a Barcelona, después que en su último concierto Katy y Cassey se vieran acompañadas por Fionna Campbell. Los cambios en la batería han sido constantes -antes de Ali y Fionna contaron con Frankie Rose, un dream team para el recuerdo en los orígenes de la formación, que sigue contando en el contrapunto del binomio Ramone – Goodman su principal razón de ser.
Y ambas mantuvieron sus roles habituales: Goodman desplegó su ya famosa simpatía interactuando con el público y bajando del escenario un par de veces, mientras que Ramone dejó varios momentos para el recuerdo, tocando desde el suelo en los momentos más atronadores de la noche. En acorde con el lema de la noche, las Vivian ejecutaron un set crudo, alzando una cascada sonora acelerando la marcha, y con ella los decibelios, en los instantes de mayor intensidad.
Sin disco nuevo desde su última visita -como comentamos en la previa sus dos principales integrantes se han centrado este último año en sus proyectos paralelos, Cassey con The Babies y Goodman con La Sera– La noche arrancó acelerada con dos temas de Everything Goes Wrong. Walking alone at night i I have fun sirvieron para marcar el tempo de la noche: temas fugaces tocados con precisión riot, en plena sintonía con el público. El repertorio siguió tirando de clásicos con Wild eyes, extraído de su lejano debut en 2008, para introducir a continuación Sixteen ways, antes de regresar a su debut homónimo con I believe in nothing.
Para entonces la noche ya estaba ganada, reforzándose el pensamiento de que, a nivel de directo, no hay formación femenina, con permiso de las Dum Dum, que pueda equipararse a las Vivian Girls. Los tres discos firmados hasta la fecha y la evolución de su directo las convierte en referencia, pudiéndose permitir lo que realizaron ayer, desplegar un set casi recopilatorio, una visión panorámica de lo conseguido hasta ahora, justo cuando el proyecto parece disfrutar de un barbecho que pone en perspectiva las bondades de sus tres discos.
Ese pensamiento se mantuvo con The end, de nuevo de Everything Is Wrong, y I heard you say, segundo de los temas de Share The Joy recuperados ayer, enlazado con Lake house y Death, incluidos en el mismo disco. La apuesta riot, correspondida desde el público con pogos en las primeras filas, siguió con Never see me again y When I’m gone, temas perfectamente ajustados al sentir de la noche: estribillos acelerados y fuerza desbocada a manos de sus tres integrantes.
La recta final, con todo ganado, llegaría a golpe de hit: Tell the world fue de los temas con los que empezaron a edificar y de justicia era que apareciese al final… como Out for the sun, rescatado no por casualidad del ya citado Everything Goes Wrong, seguramente el álbum que terminó de apuntalar su rol dentro de la escena estadounidense, broche para un concierto enérgico, muy a la par con el sentir de la noche, que alcanzó momentos de épica vivian: el recuerdo de Cassey marcándose pasajes de altísima intensidad mientras Goodman se infiltraba entre el público acaparando las miradas es de las secuencias que, justicia poética, quedarán para el recuerdo, poniendo un broche de alto nivel al acto central del Get Dirty Barcelona. La salud de la propuesta se nos adivina pétrea.