Wind Atlas siguió presentando ayer viernes su celebradísimo EP de debut en el Alfa Bar de Gràcia, tres temas dotados de una textura tan literaria como envolvente. Música para generar emociones que se crece en las distancias cortas. Por RUBÉN IZQUIERDO
El dúo responsable de Ophelia sigue ajustando su set, con los temas de su EP como eje motor de un repertorio cuyo margen de crecimiento apunta a grande. Los primeros esbozos de su obra así lo atestiguan
Finalizábamos el año considerando el EP de debut de Wind Atlas como el Mejor en categoría estatal y apetecía volver a verlos en directo, esta vez presentando un set intimista y acogedor en el Alfa, cuya programación para las próximas semanas pinta más que bien. La sala de Gràcia fue el escenario así del primer concierto de la temporada de los autores de Fen Fire/Ophelia/Inmost Eye, un 2013 que apunta a consagración definitiva después de las gratísimas sensaciones que han ido dejando a lo largo de los últimos meses.
Sonaron, claro, los temas del EP, sugestivamente redondos, responsables en parte del sentido hipnótico orquestado por el dúo. Avisaron Andrea Pérez y Sergi Alejandre en las vísperas del concierto que el set de la noche sería intimista, con ellos dos en el escenario: «una guitarra y dos voces«. Lejos de convertirse en un obstáculo para defender con acierto sus temas más conocidos, la fórmula recogida acentúa los pasajes más sugestivos de su música, confiriéndoles una intimidad que redobla los pasajes más evocadores de su música. Agrada sentir las voces de ambos sobrevolando el escenario, hacedores de una liturgia que busca, y encuentra, lo sensorial antes que lo efectista, la poesía como eje vertebrador de un set conciso, en constancia con el material creado hasta la fecha por la banda. «No en tenim més«, comentaba Sergi risueño a medida que se acababa el concierto, que se aproximó a la hora de duración al acompañar de otros temas a los ya conocidos.
Hay mucho de pasaje literario en el EP del dúo, páginas por escribir con poso autoral, en el que la belleza de los mejores momentos de Fen fire conmueven al ritmo de los susurros de Sergi y el canto de Andrea, responsables de esos seis minutos, pura magia, cargados de una sólida carga atmosférica, la misma que potencian en la bella Ophelia, puede que la joya de la corona de lo disfrutado hasta la fecha.
Con una sensibilidad exquisita, Wind Atlas introdujo en su repertorio algún tema nuevo, quien sabe si adelanto de futuros proyectos con los que acompañar las tres perlas presentadas hace ahora unos meses, en cuya grabación cuentan con la incorporación de la cello Marina Sánchez, aportación incluida en Fen fire e Inmost eye, seguramente los dos temas que más riqueza instrumental -¿o deberíamos decir sensorial?- cuentan en su versión grabada.
Con Sergi a la guitarra y Andrea como primera voz, Wind Atlas (de)mostraron que la fórmula funciona con el mismo acierto también en esta modalidad. Nada cambia en su salto del disco al escenario -ella hipnótica y envolvente, él generando la atmósfera precisa para disfrutar al máximo las texturas de un EP que se sabe grande, una grandeza humilde, para nada sobrecargada-, destilando sus mejores momentos a compás de un manto musical donde todo encaja con una precisión que de tan conmovedora resulta sencilla. La sencillez de un recuerdo imborrable.