Blood Quartet presentan esta noche en Heliogàbal Dark Energy, primer trabajo que reúne a los integrantes de Murnau b con Mark Cunningham, una cinta editada por Boston Pizza Records destinada a convertirse en lanzamiento de culto. Por RUBÉN IZQUIERDO. Lee nuestra entrevista a Murnau b y nuestro especial sobre la No Wave en Shook Down UNDERZINE 2.  Fotografía de portada: FREDERIC NAVARRO

Mark Cunningham, con Lluís Rueda y Kike Bela / Edu Mató

Mark Cunningham, con Lluís Rueda y Kike Bela / Edu Mató

El recuerdo del concierto que organizamos el pasado noviembre de Murnau b con Mark Cunningham es de lo que, personalmente, guardaré como oro en paño cuando todo acabe. Embrión de la (temprana) formación de culto Blood Quartet, Mark y los Murnau se plantaron en el Helio con un par de ensayos sobre sus espaldas y crearon una atmósfera inolvidable dentro de aquel especial No Wave que preparamos para el Underzine 2. No es que estuviera nervioso por saber cómo funcionaría aquello –bastante nervioso estaba ya con aquel número casi maldito que tanto costó sacar-, pero me pasé toda la semana previa con un cosquilleo en el estómago. Esa misma semana organizamos la charla sobre fanzines con Karren Ablaze y no sabía si nuestro poder de convocatoria daría para dos actos tan seguidos, si la propuesta cuajaría como pensábamos o qué se yo. En realidad debí preocuparme menos, a fin de cuentas hablamos de cuatro estupendos músicos, ilusionados con una noche especial y el Helio era el sitio perfecto para organizar algo así, pero aún así me picaba la curiosidad y me preguntaba como encajaría todo aquello. Recuerdo que Càndid llegó justo para las pruebas y que preguntó con quién tocaban –Càndid no pudo asistir a los únicos dos ensayos que Mark había realizado con Lluís y Kike- pero cualquier duda que pudiese tener sobre aquello se desvaneció en las pruebas de sonido. Si el concierto sonaba como las pruebas la cosa funcionaría.

Los Blood Quartet, vistos por Frederic Navarro

Los Blood Quartet, vistos por Frederic Navarro

Recuerdo también que aquel era el segundo concierto que organizábamos con Murnau como protagonistas y que el primero me había dejado un grato sabor de boca, aunque me costaba imaginar la furia desatada de la primera noche en el ambiente que presuponía para la presentación. Para quien no lo recuerde, nuestra primera vez con Murnau b fue en la presentación de Mar y Montaña, una noche especial para nosotros en la que Lluís se marcó uno de los mejores bolos que le recuerdo. Resulta que aquel día celebramos un triple concierto (abrimos la tarde en Ultra Local, de allí pasamos a Hi Jauh para acabar cerrando en la Be Good) y que hubo un poco de lío con las pruebas de sonido. Se acumuló mucho retraso y empezamos tarde, tan tarde que llegamos a pensar que no cumpliríamos los horarios y que no podrían tocar los tres grupos que quedaban por tocar. Acelerados y con un punto de rabia, Murnau se marcaron aquella noche una explosiva puesta de largo para L’Orgia Barcelonina y dieron el mejor concierto de toda la presentación de Mar y Montaña, lo que es decir bastante porque aquel día tocaron 10 de las 14 bandas que dieron forma al vinilo. No sé bien bien el motivo, pero al empezar la noche del Helio me acordé de aquella noche y de la breve charla que tuve con ellos al acabar, cuando Lluís, empapado en sudor me dijo antes de cargar todo el equipo de vuelta a Sabadell que a él lo que le gusta es tocar. Cuando Lluís habla de música, sobre todo de la música que le gusta, la pasión contagiosa con la que se expresa te hace olvidar cualquier retraso o contratiempo que pueda haber antes de un bolo. Supongo que es la ventaja de mantener un espíritu genuino a prueba de modas y hypes.

Me acordé de eso también el día que organizamos el primer encuentro entre Lluís y Mark para plantear el concierto de presentación del Underzine 2. “No parlem de condicions avui, jo el que vull es fer el concert”, me dijo entonces con una naturalidad desbordante, la misma con la que aceptó darnos los temas para el cassette J’Habite Un Riant Pays que algún día editaremos. En el primer tema del concierto, en fin, ese “vull tocar” tomó todo su significado, y creo que las casi setenta personas que nos dimos cita allí pudimos disfrutar de ese deseo compartido. Al acabar el concierto hubo cierto quórum en repetir, aunque nunca imaginé que lo que vivimos entonces acabaría derivando en la creación de un nuevo proyecto musical, gestado gracias al deseo colectivo que los cuatro mantuvieron más allá del concierto. Ya sin nuestro concurso y bajo el nombre de Blood Quartet, lo que una vez fue Murnau b + Mark Cunningham es hoy uno de los grupos más particulares de la escena local. Juntos han editado Dark Energy, una edición limitada en cassette lanzada por Boston Pizza Records que hoy jueves su puesta de largo oficial en el Helio, una bonita forma de cerrar el círculo donde Blood Quartet empezó a tomar forma, aún sin ser la banda de culto que un día serán.

Me ha costado ponerme a escuchar el disco de Blood Quartet. Los recuerdos de todo aquello –la charla previa en el CCCB, los dos ensayos y el concierto- eran demasiado bonitos como para enfrentarme a algo nuevo. Creo que el disco gustará tanto a los fans de Murnau como a los de Mark y con el tiempo el lanzamiento alcanzará el valor que realmente tiene. Como ya hicieran en J’Habite Un Riant Pays, Lluís, Càndid y Kike siguen decididos a encarar su carrera de un modo instintitivo, sin prestar demasiada atención hacia donde viran las tendencias. Si J’Habite Un Riant Pays era “una mirada atrás, a la adolescencia” lo de ahora se asemeja a una obra atemporal, y no hay mayor libertad que esa, la de hacer lo que te de la gana.

Blood Quartet presentan hoy Dark Energy en Heliogàbal. Toda la información del concierto, en su evento Facebook.

Escucha el disco en Bandcamp: