Los Caprichos de Apolo acostumbran a ser, cada temporada, uno de los ciclos mejor cuidados de la programación anual de la Ciudad Condal. Del núcleo duro de conciertos previstos para el curso 2012, puede que el que nos hace más ilusión desde Shook Down sea el de la cantautora Emma Lee Moss. Este domingo, al fin, la veremos en directo. Por ART VANDELAY.

Emmy The Great pasa por ser hoy uno de los nombres claves de la escena británica. Su presentación en 2009 la puso en todas las quinielas para liderar la nueva ola inglesa, y todo gracias al enorme nivel lírico de aquel First Love. Dos años  y un cúmulo de circunstancias personales después -que incluyen cancelación de boda a las puertas de la misma y la consiguiente crisis personal resultante de aquella traumática separación-, Emma ha vuelto al primer plano con un doble trabajo que ha hecho de 2011 su curso más prolífico. Aquella separación pudo poner en jaque la carrera entonces incipiente de la cantautora británica, que escogió la música antes que perderse en el laberinto emocional en el que cayó consumada la ruptura. Como ya ha sucedido otras veces, de la experiencia del dolor surgió algo intenso, un pequeño triunfo vital al amor que escenificará este domingo en La [2], dentro de la pequeña gira que está realizando estos días por España.

Primero llegó Virtue, el disco que consagró su propuesta una vez superadas las heridas emocionales de aquella relación, abocando el desasosiego vital de en la elaboración del nuevo disco. Después vino el recopilatorio navideño que creó junto a Tim Wheeler, su nueva pareja y miembro de Ash, con el que creó un disco cargado de energía para encarar la Navidad con un saludable estado de ánimo y cierta ironía ante esas fechas, del que ya hablamos aquí.

Espíritu navideño al margen, el resultado de todo aquel proceso es de sobras conocido. Virtue es un disco intenso, precioso (y preciosista) en su totalidad, un sonido más maduro y mejor trabajado que se ve le bien de la producción de Gareth Janes, responsable entre otros de algunos de los trabajos más recientes de Grizzly Bear o These New Puritans.  Rescatamos el videoclip de Paper forrest, segundo single de obertura del disco, dirigido por Lucy Needs que ilustra bien el ejercicio de catarsis planteado por la cantautora británica tras su separación con su anterior relación.

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Virtue tuvo una doble hoja de ruta que hizo madurar la trayectoria vital de Emma. De su recorrido personal ya hemos hablado: el desplante de su novio a pocos días de casarse, su huida al extranjero  y la ruptura del proyecto de vida en común que habían iniciado hacia poco. De aquello surgió la catarsis musical, un poco a la manera de Bon Iver y The Antlers en sus penúltimos trabajos, surgidos los dos tras separaciones dolorosas y tomando la música como exilio interior y ejercicio introspectivo de primer nivel, materializada en un disco honesto, tan personal como el anterior -Real Love llamó la atención por lo punzante de sus letras, y ese espíritu sigue presente en el nuevo álbum- y de altísimo nivel lírico.

El otro aspecto que sirvió para confirmar la maduración definitiva del trabajo de Emmy fue el de la financiación del disco. La británica nacida en Hong Kong apostó por el crowfunding, una experiencia que le dio cierta libertad a la hora de confeccionar el álbum, práctica cada vez más arraigada en la industria y que tuvo en Emmy The Great a una de sus primeras caras conocidas.

Dejamos por último el videoclip de Real love, uno de los temas que a buen seguro que la británica rescatará de su primer disco, en una noche que se avecina más que especial compartida con Papercut en La [2] de Apolo.

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