Coincidiendo con el arranque del Beefeater In-Edit 2014 recuperamos la entrevista que nos concedió Sini Anderson, directora de la ganadora del año pasado, The Punk Singer, para nuestra edición impresa. Recuperamos con ella las claves de una de las grandes triunfadoras de la edición del 2013. Una entrevista de RUBÉN IZQUIERDO

  • Sini Anderson dirigió The Punk Singer, galardonada con el premio a Mejor Película en 2013
  • La directora retrató los grandes hitos de la carrera de Kathleen Hanna, desde la formación de Bikini Kill a la creación de The Julie Ruin
Sini Anderson

Sini Anderson (izquierda), con Kathleen Hanna en el  SXSW

The Punk Singer significó tu debut como directora. ¿Qué tal fue la experiencia?
Perfecta, sobre todo para ser la primera película en la que trabajaba como directora. Admiro profundamente a Kathleen y creo que era necesario hacer un documental sobre ella y explicar su historia. Siempre ha sido una gran inspiración para mi.

En el documental nos muestras a una Kathleen muy honesta, lo que le regala a The Punk Singer momentos muy emotivos. ¿Qué contacto habías tenido con ella anteriormente? ¿Cómo construiste esa relación?
Kathleen y yo nos conocíamos de mucho antes de hacer el documental. Somos amigas desde hace unos diez años, y eso nos ayudó mucho con las entrevistas. Cuando las cosas se ponían intensas, o cuando ella se sentía incómoda, no había que parar la cámara. Simplemente nos sentábamos allí y esperábamos sus respuestas, algo que normalmente no pasa.

Fundaste Sister Spit en 1994. ¿Qué recuerdas de esa época? ¿Cómo trabajabas?
Para lo que bebía entonces podría decirse que recuerdo demasiado (risas). Ahora en serio, Michelle Tea y yo trabajábamos muy duro en aquella época. Fue una experiencia muy bonita.

Era un movimiento lésbico y feminista, vinculado con Mr. Lady Records, el sello que publicó algunas de las referencias de Le Tigre. ¿Trabajaste por aquella época con Le Tigre?
Lo cierto es que no, aunque una vez le pregunté a Kathleen si querían componer algo para un proyecto en el que estaba metida por entonces, llamado Opening Band. Ella y Jo me dieron la melodía y yo escribí las letras. Lo pasamos muy bien, y a partir de ahí nos hicimos buenas amigas.

Sister Spit

Un ejemplar de Sister Spit

En Mr. Lady Records había otras conexiones, como con The Butchies. Kaia Wilson fue de hecho la fundadora de Mr. Lady. ¿Qué sinergias había en ese momento?
Todo ese periodo fue muy importante. Estábamos encontrándonos y apoyándonos entre todxs. Creo que fue la primera vez que me sentía realmente segura con mi arte, y era fácil sentirse integrada allí con los demás artistas que participaban. Éramos una gran familia en la que no te daba miedo decir “te quiero”, y eso significó mucho para todos. Así que por encima de todo destacaría eso, el hecho de que nadie tuviese miedo de expresarse a través del arte.

Volviendo al documental, supongo que fue muy emocionante revivir todas las experiencias de las que habláis allí. ¿Fue un proceso complicado?
No lo fue mucho, trabajamos muy cómodas. Nos movimos bajo los mismos parámetros que la mayoría de proyectos artísticos vinculados al feminismo. Ya sabes, trabajar prácticamente sin dinero y volcando toda tu energía para optimizar los recursos.

El documental disfruta de abundante material de archivo. ¿Te costó reunirlo?

Lo cierto es que no. Por suerte, Kathleen tenía mucho material reunido antes de ponernos a buscar, lo que facilitó las cosas. Creo que una de las cosas buenas que deja este documental es precisamente mostrar que el movimiento riot grrrl existió, enseñar como fue.

Hay muchos más testimonios a parte del de Kathleen. ¿Cómo fuese ese proceso?
Conseguir que la gente se implicase fue en realidad lo más fácil de todo. Hubo mucho trabajo previo antes de ponerse a grabar, sobre todo a nivel de documentación. Eso nos exigió mucho trabajo

¿Qué fue lo más sorprendente para ti durante la grabación? ¿Y lo más emocionante?
Todo lo relacionado con el tema de la enfermedad de Kathleen. Aunque más que eso, la disposición que tuvo entonces para seguir adelante es lo que más me emocionó.

La enfermedad de hecho juega un papel protagonista en el documental. ¿Hasta qué punto fue complicado de gestionar?
Hubo un momento en el que tuvimos que dar marcha atrás. Kathleen estaba demasiado mal y no pudimos seguir grabando… Las imágenes que se ven cuando ella está peor las grabó su marido Adam. Era una parte muy importante para la película, por lo que le estoy muy agradecida.

También vemos fanzines, imágenes del concierto con Sonic Youth… Para mucha gente ha sido importante revivir todo aquello. ¿Con qué te has emocionado más?
En realidad, las imágenes que más me emocionan son las actuales, ya que en ellas Kathleen profundiza mucho sobre su propio pasado y trata de ser muy honesta consigo misma.

Imagino que leíste muchos fanzines durante el proceso. ¿Cómo ves la evolución del formato? ¿Le perjudica Internet?
¡Para nada! Internet nos mantiene en contacto, así que no creo que sea perjudicial para el mundo del zine… Simplemente ha generado un modo diferente de funcionar respecto al que teníamos antes, pero no creo que sea malo ni peor.

¿Qué es lo que más destacarías de la respuesta que ha tenido el documental?
Ha sido como una reafirmación del legado de Bikini Kill, así que el balance es muy bueno.

El estreno del documental fue prácticamente simultáneo al regreso de Kathleen con The Julie Ruin. ¿Cómo recuerdas el concierto benéfico que aparece en la película?
Buf, esa noche estuvo llena de trabajo. Un trabajo duro en realidad, pero pudimos contar con gente increéble y acabamos incluso antes de lo previsto. Cada uno de los artistas que actuaron, que fueron muchos, pasaron después por la caravana… Fue algo increíble de verdad.

¿Qué papel tuvo Kim Gordon?
Apareció para leer el manifiesto de Riot Grrrl y también llevó a su hija, Coco, que hizo una version de Rebel Girl con su banda… ¡Es matadora!

Texto publicado originalmente en Shook Down Underzine #1. Fotografías cedidas por Sini Anderson expresamente para esta entrevista.