Al poco de decidir nuestra lista con los EP’s, 7» y 10» del año que más nos habían gustado nos pusimos rápidamente en contacto con David Medina y Miguel Ángel Blanca, los dos integrantes de Medievo, para solicitarles la entrevista que dejamos aquí. Ambos nos atendieron encantados en pleno viaje hacia Madrid, donde tocaron este fin de semana junto a El Pardo, Hielo en Varsovia,  repitiendo un cartel que funcionó ya estupendamente hace unos meses en una de las fiestas más reivindicativas organizadas por La Fonoteca Barcelona.

Aprovechamos la entrevista para volver la vista a su fantástico Discurso de Investidura, su interesantísimo trabajo de presentación, editado en formato vinilo, una edición en la que destaca para bien el trabajo de los artistas Nuria Güell y Levi Orta en el apartado artístico y de la manofacturación final de L’Automàtica de Barcelona. Hablamos con ellos sobre el vinilo, las sensaciones que les ha dejado el estreno de Discurso de Investigura y el estado de salud por el que pasa la música independiente dentro del paupérrimo contexto cultural propiciado por la deficiente gestión cultural de nuestros gobernantes. Una entrevista de RUBÉN IZQUIERDO. Fotos de directo de PAULA FERNÁNDEZ. Las de vinilos han sido cedidas por MEDIEVO

Desde su presentación en el concierto de La Fonoteca Barcelona junto a El Pardo y Tejero que Medievo no han parado. Aquel épico concierto sirvió para darle a su Discurso de Investidura un bautizo a lo grande, marcado por la potentísima descarga de adrenalina de su puesta en escena, marcada por la contundencia de sus letras y el enorme impacto visual de sus audiovisuales. Hablamos con David Medina y Miguel Ángel Blanca para seguir conociendo en profundidad una propuesta tan necesaria como certera.

Medievo protesta contra el conformismo de una sociedad anquilosada en el capitalismo

Discurso de Investidura ha sido vuestra carta de presentación. ¿Cómo surge el proyecto?
Medievo surge a finales de 2012 como producto del desencanto que sentimos como ciudadanos hacia el sistema democrático y la vergüenza que sentimos de nuestra clase política. Nuestro conflicto es, como el de muchos otros, la dificultad de acción como individuos más allá de las quejas de barra de bar. Fue entonces cuando decidimos plasmar todo ese sentimiento en canciones. Teníamos claro desde el principio que queríamos cantar de forma explícita, señalando directamente con el dedo y sin ironía a nuestros líderes que han provocado esta humillante situación actual y sobre el fracaso del sistema capitalista.

“Seis canciones de rabia compartida en este contexto de crisis por el que pasa la democracia”. Así empieza vuestro texto de presentación, en el que queda claro que este es un proyecto hijo de la jodida crisis que atravesamos. Siguiendo con lo planteado, ¿contra qué protesta Medievo?
Medievo protesta contra los políticos, nuevos señores feudales camuflados en trajes democráticos, y contra el conformismo de una sociedad anquilosada en el capitalismo. Nos han quitado la voz, nos han vacunado contra la queja y la revelación. Somos una sociedad drogada y muerta en la burbuja del estado del bienestar que si algún día ve como se televisa la revolución al lado de casa lo único que le preocupará será tener batería en sus móviles para subir las fotos a las redes sociales.

Miguel Ángel Blanca, el pasado fin de semana en Madrid // Paula Fernández

Miguel Ángel Blanca, el pasado fin de semana en Madrid // Paula Fernández

La situación es tan vergonzosa que todo ciudadano, también los músicos, deberían posicionarse

Repasando los discos que más nos gustan este año vemos que varios siguen esta vía de queja ante el contexto social y político que nos toca malvivir. No deja de ser paradójico que cuando peor está todo mejores bandas nuevas han surgido. ¿Cómo lo
explicamos?
Ha llegado un momento en que la situación es tan vergonzosa que todo ciudadano debería posicionarse. Los músicos, como los médicos, los estudiantes o los fontaneros, tienen que estar comprometidos con lo que ocurre. No podemos decir qué banda es mejor que otra. Podemos deciros por qué nos interesan unos grupos u otros. En este sentido nos damos cuenta que cada vez estamos más cerca a géneros músicales que nunca habían sido afines a nosotros por lo musical pero sí por lo discursivo. Nos interesan las bandas que toman partido más allá de la mera calidad, género o virtuosismo de su música. No pedimos que ahora sólo haya grupos políticos explícitos. De hecho creemos que todo es político: desde el café que te tomas, dónde compras una barra de pan, hasta la forma que tratas a tus vecinos. Se puede hablar de lo cotidiano políticamente, lo que nos asombra es que algunos músicos sigan tratando estos temas como en el 2003, en la burbuja indie de buen rollismo total y vacío de autocrítica.

David Medina, a su paso por Madrid // Paula Fernández

David Medina, a su paso por Madrid // Paula Fernández

En los directos utilizáis vídeos y proyecciones, lo que refuerza mucho vuestra puesta en escena. ¿Cómo surge la idea?
Queríamos que los conciertos de Medievo fueran una experiencia extenuante, una asfixia donde nadie baile ni se divierta, donde no haya distracciones más allá de la única idea que transmitimos. Hemos trabajado con todas las herramientas a nuestro alcance para conseguir esa sensación de trance donde, al salir de la sala del concierto, la gente se sienta cómo creemos que debería sentirse el ciudadano: humillado y lleno de rabia. Nada de vernos después en el after y desayunar churros con chocolate. En ese sentido las proyecciones, remezclas de imágenes reales de telediarios actuales, juegan un papel muy importante en provocar esa catarsis.

Hay tanta gente haciendo cosas interesantes en salas con infraestructuras ridículas como hacía muchísimo tiempo que no veíamos… Nos gustaría ver crecer esas bandas, discográficas y programadores, y que creciera el tejido cultural de la ciudad pero eso nunca ocurrirá porque no hay lugar para la clase media, tampoco en la música

“Desde las arcas del infierno cotidiano, entre el asco que provoca el actual sistema feudal disfrazado de democracia”… Realmente en muchas cosas parecemos de vuelta a un regimen feudal. Barcelona parece encerrada en si misma en un bucle de bodas de bollywood y cruceros para guiris. ¿Cómo encajamos a la escena underground e independiente ahí? ¿Nos queda salida?
Barcelona es una vergüenza constante. Cómo está tratando a la cultura el Govern de la Generalitat es una bofetada con mano abierta a los grupos pequeños y una bajada de pantalones a los grandes festivales y macroeventos que atraen el turismo masivo y crean esa marca de ciudad que tanto nos gusta a los catalanes. Hay tanta gente haciendo cosas interesantes en salas con infraestructuras ridículas como hacía muchísimo tiempo que no veíamos. Nos gustaría ver crecer esas bandas, discográficas y programadores, y que creciera el tejido cultural de la ciudad pero eso nunca ocurrirá porque no hay lugar para la clase media, tampoco en la música. Esos grupos desaparecerán cuando el cuerpo ya no aguante, cuando la cosa sea incompatible con la vida laboral. El underground en sí mismo no es una virtud, es una forma de marginalidad en la que los grupos se ven obligados a residir. Nos encantaría ver a grupos underground dejando de ser underground, trabajando con las instituciones culturales sin tener que rebajar su calidad ni su discurso, podiendo pagar sus alquileres porque llenan las salas. Salas que tienen un equipo digno para que todo pueda crecer. Nos parece increíble cómo el underground no tiene otro remedio que trabajar con las marcas de zapatillas o bebidas alcohólicas para seguir adelante. Ese underground que no puede luchar contra el drama de estar siendo utilizado por el sistema para vender más consumo.

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Muchos os vimos por primera vez en la fiesta de La Fonoteca, donde presentasteis el EP junto a Tejero y El Pardo. Fue una noche de marcado talante reivindicativo y creo que las sinergias entre las tres bandas funcionaron muy bien. ¿Cómo veis sus respectivos trabajos?
Tejero utilizan el humor para criticar la situación actual y lo hacen con un desparpajo y una sangría maravillosamente irónica que conecta muy bien con el público por ese guiño crítico a la cotidianidad del que hablábamos. Es uno de esos grupos que se han posicionado sin traicionar su estilo, haciendo un pop accesible. Esa virtud hace que sea uno de los discos más importantes del año aunque musicalmente esté en las antípodas de nuestra propuesta estilística.

¿Y El Pardo?
Lo de El Pardo es una propuesta que nos ha sorprendido a muchos niveles. Las letras de Raúl Querido son las más certeras del año, directas, macabras, juguetonas y cínicas. La puesta en escena de El Pardo es enérgica, cómplice, provocadora, alertando al público; una bofetada al conformismo grandiosa. Nos sentimos en sintonía total con su propuesta aunque trabajemos géneros estilísticos diferentes. El disco de El Pardo debería estar siendo escuchado ahora mismo por todos los adolescentes de este país.

La semana pasada repetíais con El Pardo, tocando ante 200 personas en Madrid, ¿no?
Es correcto. Y, si cuadramos un par armaduras y unos cuantos lanzallamas, montaremos una gira nacional…

Vinilo_Medievo

Parte del proceso de fabricación del vinilo, en fotos

Vinilo_Medievo02

El art-work, un componente vital de Medievo

Estos días es noticia la edición física de Discurso de Investidura. Habéis apostado por el vinilo y nos gustaría saber algo más acerca de esta elección.
El vinilo nos aleja de la banalidad del mp3 y la masa informe del streaming. Al vinilo se le presta más atención justamente porque lo tienes entre tus manos. Y nos gustaría que la gente prestara la atención que se merece al maravilloso trabajo que han realizado en el 10”, los artistas Nuria Güell y Levi Orta en el concepto artístico, y la manufacturación final que ha realizado la imprenta L’Automàtica en Barcelona. Si a esta virtud fetichista le añadimos que el vinilo es el soporte doméstico que mejor se escucha, nuestra apuesta está servida.

Que ardan las raíces es una de nuestras canciones favoritas del año. ¿Podéis explicarnos el proceso creativo de Medievo?
El proceso creativo de Medievo es bastante espontáneo y libre. Llegamos al local con melodías vocales, ritmos e ideas para letras que hemos ido reclutando con el móvil durante la semana. Con todo ese material, coordinamos las ideas, armamos la estructura y estudiamos los arreglos. Cada uno se va a su casa y sigue pensando, dándole forma a la base y escribiendo las letras. Está siendo todo curiosamente orgánico y ordenado puesto que conectamos muy bien y somos conscientes de que las flaquezas de uno se complementan con las virtudes del otro. Lo que más tiempo nos lleva es conseguir el sonido adecuado para cada canción.

¿Mantuvistéis el proceso en Qué ardan las raíces?
Con Que Ardan las Raíces fue un poco diferente. Primero se escribió toda la letra y después hicimos la melodía acorde con lo que queríamos transmitir con la letra.

Y la puesta en escena, ¿cómo la preparáis? Sois seguramente de los grupos que mejor combinan audiovisuales y música en directo y me gustaría saber un poco más de cómo ideáis el proceso. El resultado es ciertamente potente…
Una vez tenemos las canciones intentamos cerrar un concepto muy concreto en el que debe girar los visuales que son cosa del remixer audiovisual GUILLOTHINA

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¿Nos podéis poner un ejemplo?
En Muerte Cortés, por ejemplo, gira alrededor de imágenes de líderes políticos de la historia que han sido derrocados por el pueblo, la comunidad como arma imparable y violenta contra la dictadura. Montajes muy picados, texturas saturadas, colapso de imágenes e información como el caos que siente el ciudadano ante tantísima información contradictoria de los medios que le impide tener una opinión definitiva o un enemigo claro en la diana que hay que disparar.

El resultado es muy intenso…
La idea sigue siendo no dejar un segundo para la respiración, lanzar las bases sin pausa una detrás de otra, tan solo jugando con algún silencio dramático. Hablar poco o nada entre canciones. No hacer chistes. No sonreir.

Medievo, en directo // Paula Fernández

Medievo, en directo // Paula Fernández

Se han desdibujado las fronteras del sueño de la industria musical indie. Volveremos al amateurismo, para bien o para mal

Hablando a título personal muchas de las bandas que me han gustado este año han autoeditado sus trabajos y en paralelo han surgido historias como Hi Jauh, La Resistencia en Madrid. Es evidente que la autogestión da libertad, aunque me preocupa saber si es un modelo sostenible a largo plazo. ¿Cómo veis la escena independiente en los próximos años?
Tras estar en otros proyectos musicales durante la última década, llegamos a la conclusión que la escena independiente no tiene más remedio que desprofesionalizarse. Todas aquellas discográficas que nacieron con tan buenas intenciones a principio de siglo, con ínfulas de nuevo orden, no han sido capaces de reducir sus porcentajes ni sus fórmulas de trabajo frente a la crisis.

¿Es un cambio de ciclo?
La muerte del intermediario es un hecho que vemos constantemente. Se han desdibujado las fronteras del sueño de la industria musical indie. Volveremos al amateurismo, para bien o para mal; el artista actual va a la tienda de discos a dejar su trabajo en la estantería, después se pasa por correos a enviar su disco que ha vendido por Bandcamp, hace la promoción como puede por las redes o colgando carteles en las tiendas, organiza él mismo el concierto con bandas de otras ciudades, se graba en el estudio de un amigo que hace unos años cobraba por su trabajo… Y de nuevo los músicos y las discográficas de la clase media desaparecerán, nacerán centenares de pequeños grupos libres y labels de nombres imposibles, de referentes de juventud que durarán cuatro días. Y, claro, contaremos con los dedos de la mano los grandes grupos indies arropados por las solventes discográficas de ayer, hoy y siempre, necesarios para copar las cabezas de los carteles de los macrofestivales. De nuevo la autoedición, al igual que el underground, son una patología, una obligación.

¿Pero es la opción ideal?
No creemos que lo sea para el artista, que ya no sólo se dedica a componer. Ante este panorama creemos que un camino para crecer es, como en todos los otros sectores profesionales, el cooperativismo entre bandas; ayudarnos entre nosotros, compartir recursos de promoción, distribución y booking. Todo esto, en realidad, nunca se ha dejado de hacer pero, a nuestro parecer, ahora tiene más sentido que nunca. Por otra parte esta situación nos resulta muy emocionante, tenemos la posibilidad de crear las cosas a nuestra manera, crear sinergias duraderas que esperemos no destruir si las cosas crecen y siguen adelante. Nos hace gracia, y nos da miedo a la vez, pensar que este mismo discurso lo tuvieron hace veinte años los creadores de los macrofestivales indies de verano y ahora se han transformado en verdaderas máquinas de hacer dinero sucio.

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