Debo confesar que siento cierta fobia al transporte público, algo que hace que pise lo menos posible la redes de transporte habituales, a costa de ir caminando a donde me sea posible. Seguramente algo así sería imposible en Nueva York o en ciudades similares en las que ir caminando no sea una opción, así que en cierto modo se siento afortunado por ir caminado a casi todas partes.

Eso no quita que entienda que el cubrir distancias enormes con las redes averiadas o fuera de servicio puede ser un engorro difícil de cubrir para todo hijo de vecino, algo que Jeffrey Lewis sabe bien. Fiel a su estilo de dibujar historias asombrosas a partir de detalles nimios -en este caso la parada técnica de un tramo de la línea L de Nueva York en ciertas franjas horarias, provocando con ello auténticos quebraderos de cabeza a los usuarios que suelen completar el trayecto Williamsburg – Manhattan- Lewis presenta una de sus canciones costumbristas marca de la casa. El tema de marras, estrenado en exclusiva por Brooklyn Vegan, se llama Train song, se estrenó ayer mismo y se revela como una islita de luz trufada de ingenio y espíritu antifolk. ¡Larga vida a su estribillo pegadizo!

No L, no L, no L, no L, the MTA fucked us and made our lives hell