Este sábado llega la primera edición del Salt Mortal, festival que se celebrará en el Konvent de Berga y que contará con un potente cartel integrado por nombres como vàlius –algo de su querido Festival Deficitari hay aquí-, Súper Gegant o Polseguera y por diferentes grupos pertenecientes a la familia Famèlic, lista integrada por Regalim, Dofí Malalt, Opatov, Power Burkas y L’Hereu Escampa, formación esta última especialmente implicada en la organización del festi, ya que su batería Guillem Colomer participa directamente en la organización del mismo. “Hacemos el festival por el simple hecho de querer la música y por el espacio donde se realizará”, nos contaba hace unos días contextualizando un festival que no se entendería sin la comunión entre la gente del Kovent, “una pequeña reserva protegida, una resistencia comparable a la Galia”, leemos en la nota de prensa, y los propios Hereu. Las sinergias creadas entre grupo y local llevaron a Guillem Colomer y Claudia Kidai a lanzarse a la organización del Salt Mortal junto a los responsables del Konvent, dando como resultado una cita autogestionada, sin patrocinios ni subvenciones, en la que la pasión y vocación sustituyen a todo lo que está de más en un festival. Hablamos con Guillem Colomer sobre los motivos que les han llevado a lanzar esta excelente iniciativa, a la que deseamos muchos éxitos desde aquí. ¡Larga vida al Salt Mortal!

TEXTO: RUBÉN IZQUIERDO | FOTOGRAFÍA: JORDI PLANA, CEDIDA POR SALT MORTAL

Esta iniciativa nació en una comida de domingo improvisada, entre Pep Espelt y Edu finestres del Konvent, y Guillem Hereu Escampa y Claudia Kidai. La idea inicial era llevar un paso más allá la relación entre el Kovent y los Hereu, para acabar creando un puente que uniese este espacio mágico con la escena musical emergente, y acercarla a la comarca del Berguedà

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En la nota de prensa explicáis que el festival nace con la idea de llevar un paso más allá la estrecha relación entre la familia del Konvent y los Hereu. Antes de centrarnos en el festival, y como miembro de L’Hereu Escampa, ¿qué recuerdo tienes de vuestra primera visita allí?
En Noviembre del 2013 nos contactaron para tocar allí. No conocíamos el sitio, así que intentamos encontrar por internet algo que nos aclarara de que se trataba, pero fuimos allí sin entender nada. Nos costó mucho llegar hasta la puerta principal y, luego acabamos siguiendo restos de incienso y música electrónica por las escaleras hasta llegar arriba, donde nos recibieron Edu, Pep y Rous muy eufóricamente. Nos explicaron que nos habían hecho venir a tocar para ellos a modo de autoregalo y acabamos haciendo un concierto para unas diez personas. Después de pasar aquella noche con ellos, nos fuimos con algo diferente dentro nuestro. Nuestra percepción de cómo funcionan y se entienden las cosas cambió, y descubrimos que existen otras maneras de hacer muy cerca nuestro. Puede sonar todo muy abstracto, pero no es que recordemos cosas concretas sino el impacto que supuso en nuestras vidas ese día.

El festival está totalmente autogestionado, patrocinios ni subvenciones. ¿Con qué filosofía de entrada nace el festi?
Después de casi tres años de relación con el Konvent, llegamos a entender el funcionamiento de éste y quise aplicarlo en un proyecto propio, pero siempre con su apoyo y ayuda. Además, Claudia no dudó en sumarse al proyecto y en un par de meses, siendo solo dos y sin contar con ningún tipo de financiación, ya lo teníamos bastante cerrado. La idea principal, más allá de facilitar a unas cuantas bandas el tocar allí y hacer una especie de cena familiar, era también la de acercar el modo de hacer del Konvent a grupos como el nuestro, e intentar contagiar ese cambio con el que nos fuimos nosotros la primera vez.

En el cartel vemos a muchas bandas amigas, algo que también explicáis en la nota de prensa. ¿Cómo fue la confección del line-up?
Pep hacía tiempo que nos insinuaba que quería traer a más grupos de Famèlic al Konvent; una especie de encuentro entre La Plana i El Berguedà. Decidimos materializar esa ilusión pero siempre respetando mucho toda la filosofía de Pep, y siendo conscientes de que depositaba su confianza ciega en Claudia y en mí. Hicimos un primer llamamiento entre la gente de Famèlic con la propuesta de una comida de verano,  pero al ser unas fechas difíciles, muchos no podían venir. Sin embargo, generamos mucha ilusión y decidimos tirar adelante y abrir la convocatoria a más bandas. En ese segundo llamamiento quisimos que el concepto de reunión no se perdiera, ni la idea de acercar el espacio a gente que sin una buena excusa no se desplazaría hasta allí. Al final, conseguimos ocho propuestas un poco diferentes entre sí, y sin darnos cuenta, la reunión se había convertido en un pequeño festival. Aunque nos dé un poco de miedo el tamaño que ha cogido todo esto, nos parece que el formato festival es perfecto para acabar de que la idea de acercar el espacio y la filosofía del Konvent a más gente, no se haya limitado solo a bandas amigas, sino que atraerá a público con el que, seguramente, en un futuro se puedan generar nuevos proyectos.

Salt Mortal

Como integrante de L’Hereu Escampa has participado en muchos festivales. ¿Qué es lo que más valoráis de este tipo de festis?
Le damos mucha más importancia al ambiente que se crea y en cómo podemos conectar tanto con la organización como con el público. Preferimos pasar un buen rato y conocer a gente que realmente aprecia lo que está haciendo, a tocar para llenar una sala. Por esa razón, solemos preferir tocar fuera de Barcelona y en pequeños festivales donde lo menos importante es el concierto que vamos a dar y lo que se pretende es ofrecer un buen rato a un público que, o te conoce y está muy agradecido de poder verte, o te acaba de descubrir y no duda en acercarse a hablar contigo. Además, en este tipo de festivales suelen juntarse personas con perfiles muy diferentes que de otra manera, o no vendrían a verte o no hubieses tenido oportunidad de conocer.

Y ya para acabar, saber un poco de donde viene el nombre del festi. ¿Qué es para vosotros el Salt Normal que presentáis aquí?
Decidir el nombre fue la parte más difícil. Queríamos un nombre fácil y que encajase con el espacio, pero desde el Konvent nos pidieron que no cayéramos en referencias religiosas porque lo que querían era que trajésemos aire fresco. Así que Salt Mortal tiene esa parte más divertida y pegadiza pero con un toque oscuro. Para la imagen, decidimos seguir la misma idea, y le di total libertad a Claudia , ya que ella nos suele hacer la mayoría de posters a L’Hereu Escampa. El resultado es inconfundible y anticipa bastante lo que será un festival bastante especial.