Tercer Sol son de Valencia y forman parte de la familia Boston Pizza Records desde el pasado mes de octubre, cuando el sello responsable de referencias como The Destroyed Room, Wind Atlas o +++ editó su EP de debut. Desde entonces han participado en la segunda edición del Conjunto Vacío y presentado su estupendo trabajo de presentación en varias ciudades. Hemos hablado con ellos para conocer un poco más la intrahistoria del grupo.

  • Una entrevista de RUBÉN IZQUIERDO
  • Fotografías de: TARÁNTULAS PENTIUM/ BOSTON PIZZA

Para muchos, entre los que nos incluimos, fuisteis una sorpresa grata consolidada tras el Conjunto Vacío. ¿Qué orígenes tiene Tercer Sol?
Adrián: Los comienzos se remontan al verano de 2013. Quedarte atrapado todo un verano en Valencia da mucho juego… La formación original era guitarra (Almirante), batería (Pedro) y bajo (Adrián). Teníamos claro que queríamos incluir sintes, así que en cuanto Jona tuvo la agenda un poco más relajada se unió al proyecto. Buscábamos una voz femenina pero no teníamos claro quién. Almirante propuso cantar mientras dábamos con la persona adecuada y nada más escuchar su voz dejamos de buscar, encajaba a la perfección. Durante ese invierno hicimos un par de conciertos hasta que finalmente Raúl se incorporó a la batería en abril de este año. Se puso las pilas y rápidamente comenzaron a cuajar los temas, aprovechamos el tirón y decidimos grabar algunas canciones.

Hemos leído que procedéis de varias bandas. ¿Qué os ha aportado vuestro bagaje previo a la hora de marcar las pautas para Tercer Sol?
Raúl: En mi caso pasé tocar en bandas de punk como Tucán o Venereans a tocar en Wind Atlas o Albufera, propuestas totalmente distintas. Todas ellas han sido necesarias para poder llegar a sonar como lo hacemos. Tercer Sol es el fruto de todas nuestras bandas anteriores.

Una vez tenemos el tema interiorizado, nos podemos pasar en bucle media hora hasta que cada uno encuentre su hueco dentro del drone para meter un arreglo sin que la canción pierda ese sensación de ansiedad que tanto nos gusta

En las notas promocionales del disco leemos “el problema, ahora, es que suenan totalmente equilibrados. Son un grupo raro”. ¿Cómo se logra ese equilibrio?
Raúl: A la hora de componer solemos partir de la creación de un mantra a través la base rítmica. La idea es que la batería y el bajo sean uno, que no tengas claro si eso ha sido un golpe de bombo o una nota de bajo. En principio el sinte y la voz son otro colchón más que se suman, y es la guitarra la encargada de coger la ola en todo momento. Una vez tenemos el tema interiorizado, nos podemos pasar en bucle media hora hasta que cada uno encuentre su hueco dentro del drone para meter un arreglo sin que la canción pierda ese sensación de ansiedad que tanto nos gusta. Esta forma de componer y que ensayemos en una cueva totalmente a oscuras imagino que serán los causantes de ese “equilibrio”.

Acabáis de presentar un 12’’ con tres temas, además de aportar un tema añadido en la segunda entrega de Conjunto Vacío. ¿Qué primer balance hacéis de vuestra puesta en marcha?
Raúl: Muy positivo, tanto el tema del Conjunto Vacío como el 12’’ están teniendo una aceptación increíble. En un año apenas habíamos hecho un par de conciertos y desde que decidimos grabar y publicar los temas, hemos estado tocando por varios ciudades del país y se prevé que a principios del año que viene salgamos a dar una vuelta por Europa.

Como comentábamos ahora, recientemente participasteis en el Conjunto Vacío, del que dejamos vuestro tema para el vinilo sobre estas líneas. El festival tuvo que cambiar de sede con su traslado de última hora a La Capsa del Prat. ¿Cómo veis la situación del directo por aquí?
Raúl: Imagino que como en todas partes del estado español, jodida. Vívimos todo el trajín del Conjunto Vacío muy de cerca. Ante tantos problemas y adversidades para tocar, la sensación de impotencia es tal que te llegas a plantear si tiene sentido intentar montar conciertos… Evidentemente, claro que lo tiene.

El festival está muy vinculado a uno de los colectivos más activos del momento, el sello discográfico Boston Pizza Records. ¿Es la autogestión la única salida posible para seguir realizando cosas interesantes en este contexto de mierda que nos ha tocado en suerte?
Raúl: No se si es la única forma posible pero sí la que hemos escogido. Consideramos tanto a Boston Pizza Records como a Flexidiscos un miembro más de la banda. La parte económica corre de su cuenta, pero decir que a la hora de maquetar la portada, serigrafiar los vinilos, realizar los envios entre ciudades…lo hacemos entre todos, no son simples “empresas” que han puesto “x” dinero para conseguir que tu disco salga a la luz. Por otra parte, la autogestión está muy bien, sí, aunque puede ser un arma de doble filo. Desde hace un par de años ha habido una especie de boom de la autoedición, aparecen sellos de bajo de las piedras y ferias de autoedición en cada esquina. Esto quiere decir que hay una inquietud, que la gente tiene ganas de hacer cosas!… o quiere decir tu su disco/ fanzine es más bien medicore y nadie quiere jugársela invirtiendo en él. Todos tenemos el mismo derecho a hacer música, pero también es verdad que con tanta gente grabándose en casa o con el iphone cuesta más encontrar buenas bandas.

Cuando el festival confirmó a los grupos participantes en esta edición muchos supimos de vosotros por la presencia de Raúl en el proyecto. Para Raúl, ¿de dónde viene tu relación con Boston? ¿Cómo acabas siendo batería de Wind Atlas? ¿Y cómo encaras esta nueva fase?
Raúl: Dada mi amistad con Andrea, al sello lo conozco desde sus inicios. Fue en 2012 cuando un día me llamó por teléfono para proponerme la edición de Tucán y a partir de ese momento empecé a formar parte de la familia Boston, como una de sus referencias. Al año siguiente me planté en Barcelona. Por aquel entonces Andrea y Sergi todavía no tenían muy claro como querían sonar, así que me propusieron tocar con ellos a ver si la cosa cuajaba. Y cuajó. Un par de meses después empezamos a dar conciertos como banda tanto dentro como fuera de Barcelona. Me suelo encargar de programar las giras y dado que parece que se me da bien, imagino que vieron un filón en mí y me metieron en el sello (risas).

Luego volviste a Valencia, ¿no?
Raúl: Así es. En septiembre del año pasado me tuve que volver a valencia por motivos laborales y dudé de si sería un lastre para el grupo y tendría que abandonarlo, pero por suerte no fue así y desde entonces voy a barcelona cada 3 semanas para hacernos maratones de ensayo de 4 días seguidos hasta las tantas de la madrugada. Ahora mismo acabamos de grabar nuestro segundo disco y estamos cerrando nuestra primera gira europea para antes de verano, así que todo pinta que en 2015 los de ALSA se van a forrar conmigo.

Cerrando tu relación con Barcelona. En las fiestas de Gràcia de hace un par de años te pudimos ver arropando a Albufera, otra referencia de BPR, en formato banda. ¿Vais a llevar a más esa colaboración?
Raúl: Como bien dices, aquello fue una simple colaboración y lo recuerdo como algo muy bonito, pero efímero. Llegamos a grabar unos temas en formato trío que por cabezonería de Sergio parece que nunca verán la luz, una pena. Si Paralelo es la joya escondida del nu-wave catalán, Albufera lo es del folk nacional.

Cuando los proyectos crecen se dan cosas bonitas pero en el fondo en la autogestión se da una parte ideológica y otra de necesidad

Desde Barcelona vemos con un punto de admiración todo lo bueno que está pasando en algunas zonas de Valencia, como La Residencia y similares. Desde fuera me da la sensación de que casi todo lo bueno que ha salido de Valencia proviene desde la autogestión. ¿Es un modelo aplicable a otras comunidades?
Jona: Es probable que si. Pero tampoco diría que sólo en la autogestión se encuentra la excelencia o los productos realmente underground o interesantes. En Galicia por ejemplo, que es la comunidad junto a Valencia que creo que tiene una escena más fresca e interesante, te puedes encontrar  lugares como La Casa Tomada de Coruña, El Pueblo en Ourense, El Liceo Mutante en Pontevedra etc… que son pura autogestión y es donde pasan las cosas interesantes. Hay gente editando material muy bueno también, y bandas cojonudas. Luego tienes el caso de Matapadre, o sus vecinos Discos Humeantes en Asturias, que se encuentran en algún punto entre la autogestión y una PYME.  Al final creo que la autogestión por un lado es ideología, y por otro necesidad. Si se hacen las cosas bien, al final los proyectos crecen, y eso es algo sano y bonito. En comparación a otros países, aquí no hay prácticamente ayudas ni apoyos institucionales, sino otro gallo cantaría.

Ya a nivel de bandas, este año se ha hablado mucho del boom valenciano. Personalmente, el que se plantee como un boom casi espontáneo no sé hasta qué punto es hacer justicia al trabajo que se ha hecho todos estos últimos años. Desde dentro, ¿cómo se explica la eclosión de grupos?
Jona: Yo creo que en Valencia hay muy buenas bandas de toda la vida, aunque de lo que puedo hablar es de mi propia experiencia/generación. Uno de los motivos principales de esta eclosión actual de bandas se debe a La Residencia. Es un lugar de encuentro donde mucha gente amante de la música se ha conocido, y cocido. Muchos proyectos musicales nacen de esos encuentros. Luego tener un lugar donde poder ver así de cerca a los músicos, donde poder organizar un concierto o tocar con tu banda sin palmar pasta, con buena calidad de sonido, SIN LIMITADORES, estas cosas hacen que la gente quiera participar. A final es algo así como, “Oye si mi colega tiene un grupo, ¿por qué no me monto uno yo? ¡Yo también quiero enchufar algo a un amplificador y hacer ruido!” Y así nos va. Tampoco hay que olvidarse del Magazine, que pese a tener problemas con el ayuntamiento como sala de conciertos, etc. -la historia de siempre, vamo-, llevan años reuniendo a la parroquia y organizando cosas chulas. Creo que esa simbiosis Magaizne-Residencia ha producido esta eclosión de los últimos años. Por lo menos de la música y los grupos que nos gustan.

Sois un grupo radicado en Valencia con sello en Barcelona gracias a la coedición aportada por Boston Pizza junto a Flexidiscos, lo que en cierto modo os da una visión más o menos amplía de cómo están las cosas en las dos ciudades. Si os pidiese una breve radiografía del directo en Valencia y Barcelona, ¿con qué aspectos positivos os quedaríais?
Jona: 
El aspecto positivo de todo esto es poder conocer a gente con la que compartes la misma pasión. Gente con la que entablas amistad a través de montar bolos, compartir escenarios, o editar discos. Y esto va generando una gran familia que cuando se junta no puede hacer otra cosa que pasarlo bien. Añadir que en Valencia la gente se vuelve bastante más loca en los conciertos, tenemos menos prejuicios a hacer el subnormal y definitivamente somos gente más peligrosa. Hemos desarrollado una empatía muy desagradable. Pero vamos es que a los conciertos hay que ir a bailar, no a estrenar unos zapatos. Bueno, mentira. No todos los conciertos son para bailar, y estrenar zapatos mola. Pero yo que se.

Leímos hace poco que versionasteis un tema de Spectrum. ¿Tenéis alguna cover más en camino?
Raúl: Estamos muy a favor de las versiones, ¡todo los grandes lo hacían! (Joy Division, Buahaus, Dead Can Dance…). La de Spectrum llevamos tocándola desde el primer concierto, así que creo que ya es hora de renovarla… así que sí, tenemos alguna cover que nos gustaría tocar en nuestro siguiente concierto.

Y ya para acabar,  ¿con qué expectativas encaráis el lanzamiento?
Jona: Grabar un disco tiene varias funciones, por un lado es plasmar físicamente el trabajo de varios meses, cerrar un círculo. Por otro poder compartirlo con la gente, que lo compre, lo escuche, lo disfrute, y así venga a vernos a conciertos. Las expectativas son darnos a conocer y compartir con al gente nuestro sonido.

Escucha el disco aquí: